Entrevista |

Vanesa Berlanga: "En el Ejército, las mujeres son clave en la resolución de conflictos, la gestión emocional y la ciberseguridad"

La doctora ha realizado un estudio sobre un nuevo tipo de reclutamiento militar más flexible y el nuevo rol femenino en las fuerzas armadas

Último recuento de mujeres en los ejércitos: 15.698, un punto más que la media OTAN

Doctora Vanesa Berlanga, profesora de estadística de la Universidad Abat Oliba CEU

Doctora Vanesa Berlanga, profesora de estadística de la Universidad Abat Oliba CEU / El Periódico

Germán González

Germán González

Barcelona
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La doctora Vanesa Berlanga, profesora de estadística de la Universidad Abat Oliba CEU, ha liderado el estudio 'Reclutamiento ligero y participación femenina en una defensa moderna e inclusiva', financiado por el Ministerio de Defensa, que analiza la percepción de la juventud universitaria sobre la cultura de la defensa y el papel de la mujer en el Ejército.

A través de una encuesta a estudiantes del Grupo CEU Universities, que contó con la participación de 591 jóvenes, el proyecto da a conocer lo que es el 'reclutamiento ligero': una propuesta de formación militar más flexible y con mayor compatibilidad con la vida civil que permita a la población estar preparada ante desafíos de seguridad que tiene Europa.

Según su investigación, el 91,2% de los encuestados están preocupados por la seguridad de España y Europa mientras que el 61,1% están dispuestos a contribuir en la defensa de España y el 49,1% a la de la Unión Europea. Además, muchos están a favor de este 'reclutamiento ligero' como una oportunidad profesional junto con la compensación económica, el ámbito que más destacan las estudiantes encuestadas.

¿Hay más cultura de la defensa entre los jóvenes?

El estudio ha puesto de manifiesto que estos jóvenes universitarios muestran un interés significativo por ella, algo que rompe ciertos estereotipos. Los datos permiten ver que el Ejército puede ser valorado tanto desde una perspectiva de oportunidad laboral como desde una visión de servicio público. 

¿Qué estereotipos rompe el estudio sobre reclutamiento?

Rompe con la imagen clásica del Ejército como un lugar exclusivamente masculino, rígido y centrado en la fuerza física. Hoy se percibe como un espacio más inclusivo, donde tanto hombres como mujeres encuentran oportunidades para desarrollar habilidades estratégicas, liderazgo y trabajo en equipo. También combate la idea de que el servicio militar es anticuado o coercitivo: el modelo de "reclutamiento ligero" lo presenta como una opción moderna, flexible y orientada al desarrollo personal.

¿Qué razones llevan a ver al Ejército como una oportunidad laboral?

El Ejército ofrece lo que muchos jóvenes buscan: estabilidad económica, formación especializada y un sentido de propósito. Además, no solo es un trabajo, es un entorno donde puedes desarrollar habilidades útiles para toda la vida, como el liderazgo y la gestión bajo presión. También destacan los beneficios sociales: acceso a vivienda, becas para estudios y oportunidades de movilidad internacional. El Ejército ya no es solo para los que buscan un futuro militar; es una opción para quienes quieren combinar carrera profesional y vocación social.

¿Se ha pasado de asociar Ejército con patriotismo a hacerlo con oportunidad laboral?

Existe un cambio de mentalidad. Las respuestas obtenidas reflejan una transición de la asociación entre Ejército y patriotismo a verlo como una oportunidad laboral. Esto puede abrir un debate sobre cómo fortalecer su rol social y económico en una Europa llena de desafíos. 

¿El rol femenino es igual que el masculino en el Ejército?

Aunque la igualdad formal existe, todavía hay barreras culturales y estructurales. Las mujeres aportan una perspectiva diferente: son clave en la resolución de conflictos, en gestión emocional y en áreas estratégicas como ciberseguridad o inteligencia. Sin embargo, enfrentan desafíos como la falta de referentes femeninos en los altos mandos y un entorno cultural que todavía puede ser hostil en algunos casos. Aun así, hay avances importantes. La figura de la princesa Leonor, formándose como militar, no solo simboliza el compromiso con la igualdad, sino que también abre puertas a una nueva generación de mujeres que quieren liderar en este ámbito.

¿Qué medidas deberían tomar los Estados para impulsar políticas de defensa?

La clave está en la educación y la comunicación. Desde las escuelas, habría que enseñar qué significa realmente la defensa y cómo contribuye a la sociedad, más allá del combate. Campañas en redes sociales y testimonios reales pueden conectar con los jóvenes, mostrando al Ejército como un espacio moderno e inclusivo. Además, iniciativas como el "reclutamiento ligero" pueden atraer a quienes buscan flexibilidad y desarrollo personal. Por otro lado, necesitamos más mujeres en las Fuerzas Armadas, y esto requiere políticas activas: mentorías, incentivos y entornos de trabajo inclusivos. La defensa debe ser vista como algo que nos involucra a todos, no como una responsabilidad lejana de unos pocos.

Usted también es directora de difusión y divulgación del Proyecto Estratégico de Ciberseguridad de la Universitat de Barcelona (UB) e INCIBE. ¿Cómo se podrían abordar los riesgos globales y conflictos para que la ciudadanía sea consciente?

Los peligros han evolucionado y la digitalización masiva nos expone cada vez más, especialmente a través de las redes sociales. La educación es fundamental. Tenemos que hablar en las aulas sobre geopolítica, sostenibilidad y ciberseguridad, temas que afectan directamente a nuestras vidas. También es importante que los medios de comunicación expliquen los riesgos globales de forma clara y accesible, desde el cambio climático hasta el terrorismo o los ciberataques. Además, la ciudadanía debe involucrarse. Foros abiertos, simulacros comunitarios y campañas dirigidas a diferentes públicos pueden ayudar a que las personas comprendan su papel en estos desafíos. No es solo tarea de los gobiernos; todos podemos contribuir, desde el uso responsable de la tecnología hasta la participación activa en nuestra comunidad.

¿Qué herramientas para la protección cibernética debería conocer la ciudadanía? ¿Quién debería facilitar su aplicación?

La autenticación multifactorial, los gestores de contraseñas y las copias de seguridad deberían ser herramientas básicas para todos. Pero también es crucial enseñar a reconocer estafas como el 'phishing', algo cada vez más sofisticado. El Estado y las empresas tienen una responsabilidad compartida: educar y facilitar el acceso a estas herramientas, mientras garantizan la seguridad de las infraestructuras digitales. Los ciudadanos deben hacer su parte, pero no podemos dejar todo en sus manos; protegernos en el ciberespacio es una tarea colectiva.

¿Han crecido los peligros por internet?

Los riesgos en internet son cada vez más complejos y globales. Las mafias han trasladado sus actividades al ciberespacio, aprovechando la cantidad de información personal que volcamos online. Hoy, un delincuente no necesita estar físicamente presente para cometer un delito; basta con un clic. Además, el uso de inteligencia artificial y 'deepfakes' está llevando el cibercrimen a un nivel completamente nuevo, desde extorsiones hasta campañas de desinformación. Esto no solo afecta a individuos, sino a infraestructuras críticas, como hospitales o redes eléctricas, con consecuencias devastadoras. La solución pasa por una combinación de educación, tecnología avanzada y una colaboración estrecha entre gobiernos, empresas y ciudadanos. Si no tomamos acción conjunta, el ciberespacio será cada vez más peligroso para todos.

En su trabajo como profesora de estadística e investigadora aplica técnicas de Inteligencia Artificial para parametrizar y prever fenómenos criminológicos. ¿Qué permite en este campo trabajar con mucha información?

Trabajar con numerosos datos y variables es clave para dotar a cualquier investigación de rigor. No solo buscamos recopilar respuestas, sino también analizar patrones de conducta mediante la triangulación de variables. Esto nos permite llegar a conclusiones más sólidas y menos sesgadas. Aunque ninguna predicción puede considerarse absoluta, trabajar con modelos basados en datos permite entender tendencias y comportamientos con mayor precisión. 

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