Educación en Catalunya

Voluntariado empresarial contra el abandono escolar: "Estudia, necesitamos a gente en estas especialidades"

La Fundación Èxit une a voluntarios de grandes empresas con jóvenes barceloneses en situación de vulnerabilidad para aportar referentes y mostrarles el día a día del mundo laboral

Marcos, el éxito de la orientación: "Sin acompañamiento me habría desmoronado y hoy no estaría estudiando"

Carolina y Keidi, esta semana en Barcelona.

Carolina y Keidi, esta semana en Barcelona. / Jordi Otix

Helena López

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Cuando Keidi, joven de 17 años llegada hace apenas 10 meses a Catalunya, se vio sentada en una sala de reuniones de PwC España en Barcelona, tuvo claro que no regresaría a Honduras. Que quería intentarlo. Estudiar y labrarse un futuro en Barcelona. "Me di cuenta, además, de que me gusta la administración, el mundo de las cuentas", explica la joven –hoy por hoy cursando un Programa de Formación e Inserción (PFI) de Informática–, sentada junto a Carolina, quien la mira orgullosa. Carolina hace 20 años que trabaja en PwC, pero este ha sido el primero que se ha sumado al Proyecto Coach de la Fundació Èxit, que acompaña a jóvenes con contextos difíciles a través de un programa de voluntariado empresarial [es decir, que los empleados realizan dentro de su jornada laboral] en el que en esta edición han participado 14 empresas. De PwC España a AXA o Esade, donde trabaja Karinna, otra de las voluntarias que este miércoles se ha reunido en la sala de actos del Hub Social en la clausura de la 34ª edición del Proyecto Coach.

El 80% de los jóvenes que participa en el programa sigue estudiando

El principal objetivo del Proyecto Coach es reducir las alarmantes cifras de abandono escolar temprano a través del acompañamiento a chicos sin referentes, una orientación individualizada que está demostrado que funciona: el 80% de los jóvenes que participa en el programa sigue estudiando.

Josué y Karinna, este miércoles en la clausura de la 34º edición del Proyecto Coach de la Fundación Èxit.

Josué y Karinna, este miércoles en la clausura de la 34º edición del Proyecto Coach de la Fundación Èxit. / Jordi Otix

Por su trabajo, el día a día de Karinna es ayudar a los jóvenes, lo que la hace sentir mejor. "Estoy acostumbrada a ayudar a nuestros estudiantes, que son de entornos más privilegiados, y me apetecía acompañar también a chicos de otros lugares porque creo mucho en el talento", relata la voluntaria de Esade, quien explica que conectó muy rápido con Josué, el joven de 16 años de Ciutat Meridiana a quien le hace de 'coach' y a quien define como "el alumno ideal".

Josué estudia un PFI de Auxiliar de Montaje y Mantenimiento de Equipos Informáticos en el Institut Tecnològic de Barcelona (ITB), en Trinitat Nova, y tiene clarísimo que lo suyo es la informática. "Después del PFI quiero hacer el grado medio y después el superior, me estoy esforzando porque la nota es alta, pero tengo suerte de estar ya dentro del ITB, algo que, además, me va muy bien porque, por mi discapacidad visual, me es muy práctico tener el centro a pocas paradas de bus de mi casa", prosigue este joven de Ciutat Meridiana, a quien Márketing es el área de Esade que más le llamó la atención de las distintas visitas que hicieron a la escuela.

Jorge y Anna, dos de los participantes del Proyecto Coach de la Fundación Èxit, este miércoles en Barcelona.

Jorge y Anna, dos de los participantes del Proyecto Coach de la Fundación Èxit, este miércoles en Barcelona. / Jordi Otix

Igual que Josué y Keidi, Jorge –"de la Guineueta", se presenta– estudia un PFI (curso de un año dirigido a jóvenes entre 16 y 21 años que no han acabado la ESO y que, una vez superado, abre la puerta a poder hacer un ciclo de grado medio). En su caso, cursa Mecánica en el Institut de Seguretat i Mobilitat de Barcelona (ISMB), nuevo centro integrado de FP en la Guineueta, su barrio. "Estaba muy cerrado a que quería hacer mecánica, mecánica y mecánica, pero, tras conocer todo lo que hacen en Molins, ahora me atrae también la Pneumática", prosigue el joven, quien, como Josué y Keidi, conectó rápidamente con Anna, su ‘coach’, empleada de la multinacional catalana Molins.

"Me gustó mucho entrar en la fábrica y que me lo enseñaran todo", recuerda el joven. "Los trabajadores le decían que estudiara, que necesitaban a gente de esos perfiles, y eso fue muy motivador", añade Anna, mientras Jorge asiente. "Ha sido otra forma de aprender estar en el mundo real en lugar de en el instituto", zanja el joven, quien también está animado a estudiar un ciclo formativo de grado medio en cuanto termine el PFI. 

La cifra del 80% de jóvenes que siguen estudiando tras pasar por el Proyecto Coach no es la única que confirma la importancia del acompañamiento para evitar el abandono escolar temprano de los jóvenes en situaciones de vulnerabilidad. Desde la Fundació Bofill hace años que también impulsan con éxito el programa Mentora –con el mismo objetivo–. Lo mismo que Fundesplai con el proyecto Heura. El impacto de este último, además, fue estudiado por la investigadora ICREA en el Institute of Political Economy and Governance Caterina Calsamiglia, quien confirmó que, tras pasar por el proyecto de mentoría de Fundesplai –también a través de voluntarios, como el de la Bofill–, el 58% de los jóvenes que pensaba dejar los estudios cambia de opinión.

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