Medio ambiente

El Govern aprobará esta semana el proyecto de ley para erradicar el amianto

El Ejecutivo catalán prevé trasladar el documento, que fue redactado durante la anterior legislatura, al Parlament en los próximos días

Una vida marcada por el miedo a respirar amianto en Badia del Vallès: "¿Cuándo se acabará esto?"

Edificios con amianto en Badia del Vallès

Edificios con amianto en Badia del Vallès / ANNA MAS TALENS

Guillem Costa

Guillem Costa

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El Govern prevé aprobar este martes el proyecto de ley para la erradicación del amianto antes de 2032 en el Consell Executiu. Este es el paso previo para luego tramitarlo en el Parlament. Este documento lo anunció en mayo de 2023 el Ejecutivo liderado por Pere Aragonès. Sin embargo, los republicanos dejaron la ley en un cajón y no llegaron a trasladarla a la cámara catalana. Ahora, como ya sucedió semanas atrás con el Estatut de Municipis Rurals, el Govern de Salvador Illa acelera el proceso y da luz verde al plan diseñado durante la anterior legislatura para terminar con el amianto, tal y como exige la Unión Europea.

El proyecto de ley se ha pilotado desde el Departament de Presidència, pero en caso de que el Parlament lo apruebe, será Territori, Habitatge i Transició Ecològica la conselleria responsable de su aplicación, a través de la Agencia de Residuos de Catalunya, dirigida ahora por Albert Planell.

El Govern de Pere Aragonès la aprobó en mayo, pero queda en manos del próximo ejecutivo tramitarlo en el Parlament para refrendarlo, de hecho tienen un máximo de 10 meses para poderla despachar en la cambra catalana. La nueva ley, pionera a nivel estatal y europeo, prevé crear un fondo económico, establecer sanciones altas sanciones de hasta 100.000 euros y dar amparo para imponer obras que eliminen la sustancia. 

Cuando el proyecto de ley llegue al Parlament, podrán introducirse enmiendas y modificaciones antes de someterlo a votación para su posible aprobación. Sin embargo, el texto que será validado por el Govern de Illa el martes incluye varias acciones orientadas a la erradicación del amianto en Catalunya.

Se estima que aún permanecen unos 4 millones de toneladas de este material, ampliamente utilizado en la construcción durante la segunda mitad del siglo XX. El amianto libera microfibras tóxicas que, al ser inhaladas, pueden causar diversas enfermedades, como el mesotelioma pleural (cáncer de pleura), cáncer de pulmón, asbestosis o fibrosis pulmonar. Además, las enfermedades relacionadas con el amianto presentan un periodo de latencia elevado, que puede alcanzar hasta 40 años.

Reunión con afectados

La semana pasada, asociaciones que luchan para eliminar el asbesto se reunieron con todos los grupos parlamentarios. En aquel encuentro, los socialistas les comunicaron la intención de tramitar de nuevo el proyecto de ley para que se votará en el Parlament.

Estas entidades llevan tiempo reclamando que se agilice el proceso político para que la ley sea una realidad cuanto antes. Aseguran que no pueden esperar más tiempo y que el amianto debe desaparecer de todos los barrios. La Unión Europea recomienda retirar el amianto de los edificios públicos antes de 2028 y del resto de lugares antes de 2032. La intención del Govern es cumplir con estos plazos, aun sabiendo que será complicado.

Una de las decisiones que deberá tomar el Ejecutivo catalán es cómo solucionar la falta de espacio para depositar el amianto que se retire. En estos momentos, en Catalunya, existe un único vertedero controlado especializado en residuos peligrosos, en Castellolí (Anoia). Una posibilidad que se baraja es su ampliación, algo que insinuó el ejecutivo de Aragonès, aunque, por el momento, el de Illa no lo ha confirmado oficialmente. Otra alternativa sería abrir una nueva instalación, una opción que, a priori, parece más compleja debido a los permisos y las medidas de seguridad requeridas para su puesta en funcionamiento.

'Mineral mágico'

El amianto era conocido como el 'mineral mágico' por sus innumerables aplicaciones. Se empleó en una amplia variedad de productos, desde frenos de automóviles hasta pinturas, asfalto e incluso cortinas de teatro. Sin embargo, su uso alcanzó su auge entre las décadas de 1960 y 1980, especialmente en la industria y la construcción. Aunque sus propiedades parecían revolucionarias, como su resistencia al calor y su durabilidad, en 2001 se prohibió su uso por su carácter cancerígeno.

La vida útil del amianto varía según factores como la ubicación, la exposición a fenómenos meteorológicos o las vibraciones, pero suele oscilar entre 30 y 50 años. Esto implica que muchos de los materiales que contienen este tóxico están alcanzando el final de su ciclo, liberando fibras altamente peligrosas para la salud. Actualmente, el amianto persiste principalmente en tejados de fibrocemento (como la popular uralita), depósitos de agua, bajantes, jardineras e incluso en aislamientos térmicos o acústicos.

En Catalunya, destaca un caso paradigmático: Badia del Vallès, una ciudad levantada íntegramente con materiales que contienen amianto durante la dictadura franquista. Hoy, Badia está llamada a convertirse en la primera ciudad completamente desamiantada de Europa. Gracias a una subvención de 4,5 millones de euros otorgada por el Govern de Pere Aragonès, se proyecta iniciar en marzo de 2025 unas obras complejas y costosas, tanto desde el punto de vista logístico como presupuestario, para garantizar la seguridad de los trabajadores y del vecindario. Un proyecto que fue documentado por EL PERIÓDICO en un documental estrenado en octubre pasado.

Badia del Vallès, además, fue pionera en la elaboración de un mapa de detección de amianto, presentado en 2021, marcando un camino que la Generalitat ha instado a seguir a todos los ayuntamientos. Estos deben elaborar sus propios censos de materiales con amianto, un requisito que debía cumplirse en abril de 2023. Sin embargo, a día de hoy, tan solo el 27% de los consistorios ha entregado dicho censo.

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