Incidentes recurrentes

Catalunya prepara un grupo de trabajo para responder a accidentes químicos en el Besòs

Ayuntamientos, ACA y Protección Civil han iniciado los contactos para establecer un protocolo ante incidentes como el ocurrido en Polinyà el pasado verano

El caso de Polinyà evidencia la necesidad de reducir el riesgo de vertido tóxico en el Besòs

La cuenca del Besòs suma nuevos proyectos de restauración ambiental

El incendio en Polinyà

El incendio en Polinyà / Bombers

Guillem Costa

Guillem Costa

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En Catalunya, pese a los matices, pocos dudan de los pasos agigantados que se han dado en el río Besòs para mejorar su calidad ecológica y su situación general. La calidad del agua aún tiene un gran margen de mejora, que en buena parte pasa por las obras pendientes en las depuradoras del tramo medio del cauce. Los ecosistemas, muy antropizados y sometidos a la presión urbanística y amenazados por la presencia de especies invasoras, son todavía mediocres. Pero se ha avanzado y por esta razón el Govern de la Generalitat sitúa el Besòs como uno de los futuros grifos metropolitanos, algo impensable hace unos años.

El grupo abordará la necesidad de crear tanques de gran capacidad para almacenar los vertidos corrosivos o el agua en caso de accidente

Sin embargo, en los últimos años, varios episodios han enturbiado el progreso logrado hasta la actualidad. En el Vallès, la mayoría de ciudadanos saben de qué les hablas si mencionas los casos de Ditecsa, en 2019, y de Polinyà, el pasado julio, tras un incendio en el polígono industrial de la empresa Barnastock, que obligaron a cerrar el parque fluvial. Dos incendios originados en industrias cercanas al río provocaron un vértido tóxico que se calificó como "desastre ecológico". Estos dos son los más llamativos, pero el Besòs, en las últimas décadas, ha sufrido otros vertidos peligrosos para la calidad del agua.

Para hacer frente a este tipo de episodios y minimizar su impacto, Catalunya trabaja para responder a estos incidentes químicos con un grupo de trabajo y un protocolo que deberá establecer las medidas necesarias. Tanto el consorcio Besòs-Tordera (ayuntamientos implicados incluidos) como la ACA (Agència Catalana de l'Aigua) y Protección Civil ya han empezado los contactos y han agendado reuniones para constituir el grupo de manera formal y estudiar cómo reaccionar ante el impacto de eventuales incendios industriales en el Besòs.

Incendio industrial

Fuentes de Protección Civil de la Generalitat subrayan que estos episodios, oficialmente, no se abordan como accidentes químicos sino como incendios industriales. En muchas ocasiones, los impactos en el río tienen su origen en la cantidad de agua utilizada para la extinción, que arrastra productos químicos u otras sustancias que ponen en peligro al ecosistema fluvial.

Según ha podido saber EL PERIÓDICO, una de las principales cuestiones que se pondrán sobre la mesa es la necesidad de crear nuevos tanques de gran capacidad para almacenar los vertidos corrosivos o el agua en caso de uno de estos accidentes.

Otra posibilidad es disponer de este tipo de depósitos también en las plantas depuradoras. De esta forma, en caso de que el vertido dañe la estación de tratamiento, se puede recibir más cantidad de agua residual sin que la planta se vea obligada a trasladarla al río, hecho que conlleva consecuencias negativas para la calidad del agua y también para el posterior tratamiento que se realiza en potabilizadoras como la existente en la Trinitat y las que se prevén edificar en Montcada i Reixac y el Bon Pastor (Barcelona).

Varias voces plantean un marco normativo más exigente para las compañías que operan en polígonos industriales

Durante este verano, tras el accidente de Polinyà del Vallès, la depuradora de la Llagosta sufrió dificultades importantes para recuperar su funcionamiento habitual. Pero la potabilizadora, aguas abajo, también recibió un agua con más contaminantes, y por tanto, más complicada de sanear y transformar en recurso potable.

Para tener listos más tanques de un volumen considerable serán necesarias inversiones. En las futuras reuniones se deberá analizar, a medio plazo, cómo se puede hacer frente a este gasto. ¿Deben ser costeados por las empresas, los ayuntamientos o la ACA? Es otra de las discusiones que se habrán de afrontar.

Normativa más estricta

En paralelo, varias voces plantean un marco normativo más exigente para las compañías que operan en polígonos industriales, normalmente de química fina. Sectores ecologistas y consistorios afectados por los vertidos han sugerido en más de una ocasión la importancia de las medidas preventivas para evitar que estos episodios sucedan.

Tanto Aigua és Vida como Ecologistas en Acción reclaman un sistema de bloqueo obligatorio que impida que el vertido acabe en las aguas del Besòs. Pero después del caso de Polinyà, el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet subrayó que se debía poner fin a la recurrencia, puesto que cada desastre ecológico declarado en la zona suponía un frenazo o directamente una marcha atrás respecto a las mejoras obtenidas en los últimos años por el río y sus ecosistemas.

"Vemos bien que se trabaje en un plan para frenar estos accidentes" opina ,

Amparo Benjumea

— Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet

"Es importante que se blinde la calidad del agua y desde el consistorio vemos bien que se trabaje en un plan para frenar estos accidentes, aún más si se tiene en cuenta que la ACA tiene intención de sacar más agua del río para el uso doméstico", opina Amparo Benjumea, responsable de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet.

En los casos de Ditecsa y Barnastock, el fiscal de medio ambiente de Barcelona, Toni Pelegrín, también ha señalado las responsabilidades de las compañías y ha apuntado que se podrían tomar más medidas para reducir los riesgos. En el caso de Ditecsa, el ministerio fiscal solicita en su escrito de acusación seis años de prisión, una multa de 16.200 euros e inhabilitación durante cuatro años para profesión y oficio relacionados con la gestión de residuos tóxicos y peligrosos para tres directivos de la empresa Ditecsa (Diseño de Soluciones Media Ambientales) de Montornès del Vallès por el caso de 2019.

La fiscalía calificó como desastre ecológico los dos sucesos por los daños producidos al medio ambiente y por la "inacción de Ditecsa, en lo ocurrido cinco aós atrás, para tomar medidas que podían haberlo evitado.

Ahora, cinco años después y con la vista puesta también en el accidente de este verano, los agentes implicados en la gestión del río Besòs se conjuran para evitar que se repita y confían en que la creación del grupo de trabajo y la elaboración de protocolos precisos puedan servir para conseguirlo.

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