Las cifras del fenómeno en Catalunya

La soledad no deseada afecta a un 28% de jóvenes, el doble que a los mayores

El 18,4% de los catalanes se sienten solos y el 12,6% padece soledad crónica

Un 54% de quienes sufren soledad no deseada ha tenido pensamientos suicidas y el 62% ha vivido acoso

Los adolescentes se sienten cada vez más solos: ¿lo están?

Dos jóvenes en el Turó de la Rovira

Dos jóvenes en el Turó de la Rovira / FERRAN NADEU

Elisenda Colell

Elisenda Colell

Barcelona
Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un 28,4% de jóvenes catalanes (de entre 18 y 34 años) sufren soledad no deseada. Una cifra que duplica la de los mayores de 55 años (12,4%) y que rompe con la idea de que este fenómeno se ceba más en los ancianos. Es uno de los datos del Barómetro de la Soledad No Deseada en Catalunya, elaborado entre ONCE y AXA, que se ha presentado este martes en rueda de prensa. "Vemos varios factores que lo explican y uno de ellos es la digitalización, hay jóvenes que no saben relacionarse", ha explicado Adrián Tuñón, representante del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada y consultor en Fresno.

La digitalización y el sentimiento de discriminación son dos de los factores que explican la soledad de los jóvenes

En total, en Catalunya, un 18,4% de ciudadanos se sienten solos y un 12,6% padece soledad crónica (la que se prolonga más de dos años). Unos datos más bajos que la media estatal. "En Catalunya los indicadores son mejores porque el trabajo de las entidades sociales y el tejido asociativo es más fuerte que en el resto de España, y además las administraciones públicas, especialmente el Ayuntamiento de Barcelona, llevan años haciendo programas, trabajando y estudiando este asunto", opina Tuñón, que cita como ejemplos el programa municipal Radars o Vincles.

Los mayores se sienten más solos en las grandes ciudades, mientras que los jóvenes se sienten así en municipios pequeños

"La soledad no deseada funciona como una U. Vemos que los jóvenes y los más mayores son los más afectados", apunta Tuñón. El primer barómetro de la soledad en Catalunya demuestra que, de hecho, las personas entre 18 y 34 años son las más afectadas. La digitalización explica parte de esta realidad. "Las personas que se comunican de forma 'online' tienen cuatro veces más soledad que las que no lo hacen. Y este es un comportamiento que vemos en los jóvenes especialmente", añade.

Tuñón considera que los jóvenes están perdiendo habilidades sociales y que les cuesta relacionarse con otras personas. "Necesitamos trabajar en las escuelas, que las personas sepan que cuando se sienten solas pueden pedir ayuda. Hay estudios que apuntan que el lugar en el que los niños se sienten más solos es el patio de los colegios: tenemos que poder hacer algo", pide.

Pero Tuñón va más allá. "También tiene que ver con la discriminación, con no sentirse parte de la sociedad. Entrar en una fiesta y sentirse diferente potencia el sentimiento de soledad, y esto a la vez provoca que se aíslen como forma de autoprotección. En estas edades, sentir que no encajas tiene un mayor impacto", sigue Tuñón, que señala a colectivos como el LGTBI, inmigrantes o con discapacidad, además de la pobreza, como factores que potencian el sentimiento de soledad. De hecho, más de la mitad (63%) de las personas que se sienten solas han sufrido acoso en la escuela o en el trabajo, una cifra la catalana sensiblemente mayor que la media del Estado, que está en el 50%.

Las cifras de soledad no deseada entre los migrantes o entre quienes tienen al menos un progenitor inmigrante se duplican respecto a quienes son españoles y sus padres también lo son. La sensación de soledad pasa del 15% al 31%.

En el caso de las personas con discapacidad, la sensación de soledad sube hasta el 37%, aunque en el resto de España es aún peor y llega a la mitad del total de personas con discapacidad.

La sensación de soledad de un migrante es del 31%, frente al 15% de un catalán. En las personas con discapacidad es de un 15%

En relación a los ingresos económicos, a los que les cuesta más llegar a final de mes tienen diez puntos más de soledad que los que lo hacen con facilidad. Y los que están enfermos experimentan también cuatro veces más de soledad.

El informe también señala la interrelación que hay entre la salud mental y la soledad no deseada. El 44% de las personas con un trastorno de salud mental se siente sola, mientras que este sentimiento existe entre el 13% de quienes no padecen ningún problema de salud mental.

La mitad de las personas que se sienten solas en Catalunya ha tenido pensamientos suicidas, siendo el suicidio la primera causa de mortalidad entre los más jóvenes. "Es una relación bidireccional, la salud mental empeora si uno se siente solo y a su vez si uno tiene mala salud mental se sentirá más solo, y a la vez más discriminado", describe Tuñón.

El aislamiento social de los ancianos

A pesar de las cifras de soledad no deseada en jóvenes, Tuñón recalca que los ancianos, especialmente aquellos mayores de 74 años, también son víctimas destacadas. "Son perfiles distintos: gente que ha enviudado, que ha perdido amistades, que tiene problemas de movilidad, cuya casa no está adaptada y no puede salir, que no tiene quien le ayude... este es un aislamiento social más físico y son los casos más complicados porque también se mezclan problemas de salud y de poca capacidad económica", describe.

En estos casos, las nuevas tecnologías pueden ser una ayuda. "La teleasistencia que les permite estar en contacto con otras personas, videollamadas con quien está igual que ellos para hacer actividades conjuntas. Es una herramienta, aunque no se puede sustituir por las personas".

El 90% de encuestados opina que debe ser la Generalitat quien resuelva el problema 

El informe también revela que la soledad va por barrios. "En las grandes ciudades es donde los mayores experimentan mayor soledad. Y en cambio los jóvenes se sienten más solos en los pueblos pequeños. Los mayores tienen una mayor red de apoyo en los pueblos, mientras que en la ciudad es todo más anónimo. En cambio, los jóvenes sienten que en una gran ciudad tienen más acceso a personas como ellos, pueden hacer actividades de ocio que les gusten... En los pueblos están más aislados e incomprendidos", apunta Tuñón.

En este sentido, el experto propone explorar medidas en el ámbito del diseño urbano. "Hay que crear espacios para propiciar la interacción. Y en los pueblos hay que trabajar la tolerancia, además de la comunicación y los servicios de transporte público", enumera el experto.

El informe recoge que el 74% de los catalanes conocen personas que pueden experimentar soledad no deseada y el 90% opina que debe ser la Generalitat quien resuelva el problema. "La Administración es quien debe liderar con programas y proyectos, pero la sociedad también tenemos cierta corresponsabilidad", remacha el consultor.