Seguridad vial

Trànsit desplegará 25 carros-radares en las carreteras catalanas para controlar la velocidad de forma "más dinámica"

Se trata de pequeños remolques con cámaras que se instalan durante un periodo determinado en lugares donde se ha detectado un problema de seguridad vial

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Uno de los carro-radares que ya Trànsit ya ha probado en la red viaria catalana

Uno de los carro-radares que ya Trànsit ya ha probado en la red viaria catalana / Trànsit

Carlos Márquez Daniel

Carlos Márquez Daniel

Barcelona
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Los radares fijos de velocidad han llegado al final de su vida útil en Catalunya. Pero que nadie se haga ilusiones: el Servei Català de Trànsit no tiene ninguna intención de retirarlos. Lo que sí se hará es dar forma a una estrategia más dinámica y cambiante. También existen los de tramo y los móviles, que tanto pueden estar dentro de un vehículo de Mossos, con un trípode en una esquina de la autopista, en un helicóptero o dentro de una caja roja que siempre genera la misma duda: ¿estará vacía? Ahora se ha unido una nueva modalidad que responde a esa voluntad de estar más y mejor en todas partes: los carro-radares. Se trata de un pequeño remolque que ya se ha probado en los últimos meses y que se instala durante días o semanas en un punto concreto de la red viaria en el que se ha detectado un problema de seguridad vial.

Control de tránsito en Montcada i Reixac con radar láser este jueves.

Control de tránsito en Montcada i Reixac con radar láser, en junio / ANNA MÁS

Se presentaron en noviembre de 2023 con la intención de realizar una prueba piloto a lo largo de 2024. Trànsit ya dispone de cuatro de estas máquinas, aunque por ahora solo se ha podido probar una unidad después de que el pasado septiembre se obtuviera el plácet de todas las adminitraciones implicadas, incluidas aquellas que son titulares de las vías en las que podría colocarse este nuevo ingenio. El problema, detalla a EL PERIÓDICO Ramon Lamiel, director de Trànsit, es "la matriculación del remolque", trámite burocrático que están terminando de pulir para poder desplegar no solo los otros tres, sino los 25 en total que prevé el plan de seguridad vial 2024-2026.

Trànsit ya ha probado un carro-radar y está a la espera de acabar trámites burocráticos para desplegar el resto

"Tenemos una siniestralidad muy dispersa", resume el responsable de Trànsit. No solo se han empezado a descartar los radares clásicos, sino que la idea es colocarlos de manera más estratégica, en puntos, que pueden ser cambiantes, en los que se detecte un repunte de la siniestralidad que requiera de una vigilancia efímera.

La parte trasera del carro-radar, donde está la cámara

La parte trasera del carro-radar, donde está la cámara / Trànsit

Uno de estos carro-radares se podría colocar, prosigue Lamiel, en la C-25, donde se ha producido un incremento de la mortalidad al volante entre enero y mediados de septiembre: dos fallecidos en 2019, tres en 2023 y cinco en 2024. También podría apostarse por la C-37, donde este año ya han fallecido seis personas, el doble que el año pasado, aunque es justo señalar que tres de ellas perdieron la vida en un mismo y trágico siniestro sucedido a finales de junio.

La C-25 o la C-37 son dos puntos en que ha habido un aumento de la mortalidad y que podrían ser susceptibles de instalar un carro-radar

A diferencia de las enigmáticas cajas rojas que, en teoría, esconden un radar, sobre todo en operaciones especiales de movimiento de muchos vehículos, la idea es que los carro-radares se queden durante semanas en un mismo punto. En las reuniones de los lunes con Mossos d'Esquadra, sostiene Lamiel, se podrá ir decidiendo si se mantienen o si hay un nuevo destino que requiere su presencia para atajar una siniestralidad sobrevenida. Sitios no les faltarán: el director de Trànsit señala que ya tienen una lista de 150 lugares en los que podrían pasar un tiempo, y de manera segura, pues en ningún caso pueden entorpecer la circulación. En algunos casos, se ha pedido al titular de la vía una mejora de la infraestructura para que puedan desarrollar su función sin problemas.

Más allá de carreteras concretas, el nuevo invento de Trànsit, señala su director, puede ayudar mucho a resolver los excesos de velocidad en las vías secundarias que atraviesan municipios. Ejemplo: la C-53 que pasa por el medio de municipios como Tornabous, el Tarrós, la Fuliola o Bellcaire, en la C-55, con camiones cruzando por el casco urbano de Monistrol, o en la C-63 a su paso por Vidreres. El citado plan de seguridad vial tiene entre sus objetivos reducir un 10% las víctimas mortales por atropello en 2026 respecto a las cifras de 2019. En lo que llevamos de 2024 se ha conseguido, veremos dentro dos años.

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