Catalunya encara la legislatura de los grandes proyectos renovables

Decenas de proyectos están pendientes de aprobación en Catalunya. El autoconsumo fotovoltaico está estancado y se debe relanzar. La compañía energética pública (L'Energètica) está avanzando para acelerar la producción de energía verde pública que cubra los gastos de la Administración. Estos son algunos de los desafíos vigentes para el Govern de la Generalitat. En ello coinciden entidades implicadas en la transición energética como Renovem-nos y Oikia.

No obstante, fuentes conocedoras de los planes de Catalunya para los próximos cuatro años, dan por hecho que esta debe ser la "legislatura de los grandes proyectos". O sea, además de cambiar de marcha para mejorar en el grado de cumplimiento de los retos enumerados antes, la cantidad de energía renovable producida debe dar un salto hacia adelante importante.

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Un buen ejemplo de ello es la decisión de la conselleria liderada por Sílvia Paneque de poner en marcha el Plemcat, una plataforma de pruebas que debe ser la antesala del primer parque eólico marino de Catalunya. El Ejecutivo trabaja para que los aerogeneradores de este proyecto sean visibles en el golfo de Roses, pese a la oposición de cientos de vecinos, en 2025. La plataforma flotante estaría a unos veinte kilómetros de la costa y a su alrededor habría un parque eólico a pequeña escala. Este es el diseño que planea el Govern. Los datos que recopile este laboratorio podrán ser útiles para empresas que quieran instalar sus aerogeneradores en esta misma zona del Mediterráneo.

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El parque definitivo no llegaría hasta más adelante, ya que el Ministerio para la Transición Ecológica aún no ha subastado la energía eólica marina. No obstante, la cantidad de energía producida permitiría avanzar hacia los porcentajes que el Govern se ha fijado como objetivo: la intención es cubrir más de la mitad (un 54%) de la demanda eléctrica con energías renovables en 2030. En estos momentos, no se llega al 20%. 

Siete proyectos para Roses

El Estado aprobó a principios del pasado año los planes que incluyen el golfo de Roses como único punto de Catalunya donde se podrán instalar parques eólicos marinos. Con la incógnita de cuándo se celebrarán las subastas públicas, en estos momentos ya hay siete proyectos sobre la mesa. El último empezó la fase de consultas previas el pasado agosto. Se trata del que promueve Repsol Renovables y recibe el nombre de Mediterráneo 1. Según el documento previo del proyecto, el parque plantea hasta 70 molinos flotantes con una potencia total de 1.050 MW, con 15 MW por aerogenerador.

Este parque es el segundo con mayor potencia proyectada. El primero fue presentado por una sociedad del grupo Cobra, Instalaciones y Servicios Moscardo III, el Catwind, con una potencia prevista de 1.200 MW. Hay otros dos proyectados por Ferrovial y Capital Energy Offshore. El de Capital Energy recibe el nombre de 'L'Empordà' y prevé 34 molinos con una potencia total de 510 MW. El otro, promovido por Ferrovial, se llama 'Creus' y contempla también la instalación de 34 molinos con 510 MW de potencia total.

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El que tiene la tramitación más avanzada es el Parc Tramuntana, que contempla la instalación de 35 aerogeneradores con 500 MW de potencia a unos 24 km de la bahía de Roses. Los promotores, BlueFloat Energy y SENER, han abierto también la puerta a realizar una prueba piloto previa con sólo tres aerogeneradores y 50 MW de energía. Además, una filial de Iberdrola proyecta el llamado parque Gavina también con 500 MW de potencia y la ingeniería vasca Saitec prevé otro, con sólo cinco aerogeneradores y una potencia de 50 MW.

Embudo burocrático

En cuanto a los proyectos terrestres, los que no dependen de Moncloa sino del Govern de Salvador Illa, el Ejecutivo está negociando para incluir en los próximos presupuestos un mecanismo que simplifique uno de los trámites burocráticos. Esto permitiría desatascar una cantidad considerable de planes que hoy por hoy siguen pendientes de una respuesta por parte de la Administración.

Paneque ya ha repetido en más de una ocasión que para atraer a compañías industriales modernas, es necesario garantizarles agua y energía verde. Una de las dificultades será encontrar el equilibrio entre la aprobación de proyectos de gran extensión, que generen mucha energía, y el consenso con los municipios y las hectáreas afectadas. Por esta razón el Govern pretende facilitar las cosas a las empresas que presenten planes acordados con el territorio implicado y que sigan las directrices recogidas en los manuales publicados.

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