Seguridad en Catalunya
Cada día se roban 168 teléfonos móviles en Catalunya
La mayoría de los terminales sustraídos acaban en Marruecos para ser vendidos, aunque cada vez más se envían a Asia para ser despiezados
La Fiscalía pide más penas por robar móviles porque son "más que un objeto material"

Intento de hurto de un móvil. / JORDI OTIX


Germán González
Germán GonzálezPeriodista.
Soy licenciado en Historia y Periodismo. Hace casi 30 años que me dedico a informar. He pasado por varios medios y he sido profesor de Derecho a la Información en la UIC durante una década.


J. G. Albalat
J. G. AlbalatRedactor
Ha trabajado en el Diario de Barcelona, El País y AVUI. Desde hace años en El Periódico cubriendo los acontecimientos judiciales. Premios Ortega y Gasset, Save the Children, Ramon Barnils y Josep Maria Planes por la investigación del 'caso Maristas' sobre abusos sexuales en los colegios. En el 2016, mención honorífica de la Generalitat en el Día de la Justicia. Premio del Col.legi de l'Advocacia de Barcelona a la Trayectoria en el Periodismo del Sector Legal 2023. Colaborador de publicaciones jurídicas. Ha ejercido de profesor asociado Master de Criminología de la Universitat de Barcelona.
Desde enero hasta finales de septiembre de este 2024 se han hurtado en Catalunya 37.900 teléfonos móviles y se han robado con violencia 8.167, unas cifras totales de 40.067 que suponen la sustracción diaria de unos 168 terminales de media. El robo de estos teléfonos va a la baja según datos de los Mossos d'Esquadra. En todo el año pasado se sustrajeron 67.579 móviles en toda la comunidad, lo que supone una media de 185 al día.
En concreto, en 2023 se robaron con violencia 12.629 móviles, un 4,4% menos que en 2022, y se hurtaron 54.950, un 1% más que el año anterior. Según la policía catalana, si extrapolamos estas cifras con la tendencia que llevamos los primeros nueve meses de 2024 lo más seguro es que el número de sustracciones, con fuerza, violencia o al descuido, sean inferiores a las de años anteriores.
De enero a septiembre se han robado 40.067 móviles, pero los Mossos auguran que el año acabará con cifras inferiores a los 67.579 del año pasado
Lo que ha aumentado significativamente son los detenidos por robar o hurtar móviles. En 2023 hubo un total de 2.331 arrestos. De estos, 1.192 fueron por robo con violencia (un 17,4% más que en 2022) y hasta septiembre de este año hay 771 arrestados. El incremento de detenidos por hurto es más alto. En 2023 fueron 1.139 (un 34% más que el año anterior) y en los primeros nueve meses de este año ya llevamos 779. Las actuaciones contra la multirreincidencia de Mossos han hecho subir el número de detenidos.
Las cifras que van al alza son las de detenidos: en los nueve primeros meses del año ha habido 1.550 arrestos
El 'modus operandi'
A diferencia de las joyas o los relojes, que se roban los más caros, los ladrones se intentan apoderar de todos los móviles sin hacer distinciones de marcas, valor o estado del terminal. Un teléfono siempre se puede revender en las redes de receptación de la ciudad, ya que hay mercado negro para este tipo de productos de segunda mano. Los delincuentes suelen actuar aprovechando un descuido y en zonas concurridas, como puntos turísticos de la ciudad, o cuando hay masificaciones como conciertos y festivales de música.
Por eso, los Mossos d'Esquadra establecen dispositivos específicos para atrapar a los ladrones de móviles, como el desarrollado en los accesos al Primavera Sound el pasado mayo en el Fòrum que permitió detener a un hombre de 39 años acusado de robar 34 teléfonos en una sola noche aprovechando las aglomeraciones.
Tras robar un móvil, los ladrones apagan el terminal y lo envuelven en papel de aluminio para evitar el rastreo
Y es que los cacos se aprovechan de un despiste para llevarse el teléfono o, en zonas de fiesta, si la víctima va muy bebida. Si el delincuente actúa solo, como hacen el 50% de los ladrones de la ciudad, puede acumular varios teléfonos antes irse. En caso de hacerlo en compañía de cómplices, rápidamente se entrega el móvil a otra persona disimuladamente. Lo habitual es que apaguen el terminal y lo envuelvan en papel de aluminio para evitar el rastreo.
Después, llevan los teléfonos para vender a grupos organizados de receptación que compran estos objetos robados. Cualquier teléfono puede ser vendido, aunque los más antiguos o en peor estado son más baratos, entre 10 y 20 euros, mientras que los de última generación suelen pagarse más caros, entre 200 y 400 euros, según fuentes judiciales. Otra opción es la venta por piezas.
Eliminar datos
Lo habitual es que el teléfono se formatee con programas informáticos específicos antes de volver a ponerse a la venda sin ningún tipo de dato de su anterior propietario, aunque también hay grupos organizados dedicados a hacerse pasar por los fabricantes del teléfono o la operadora ante la víctima del robo para intentar conseguir las claves. En septiembre pasado precisamente se desarticuló una banda que operaba en España, Argentina, Colombia, Chile, Ecuador y Perú dedicada a desbloquear teléfonos móviles de alta gama sustraídos y a robar la vida digital de las víctimas.
Una vez reformateados, los aparatos acaban mayoritariamente en Marruecos o en pujante mercado asiático
Para ello simulaban ser la empresa comercializadora de teléfonos, a través de una web ficticia, y enviaban un SMS a los titulares legítimos en el que adjuntaban un enlace para conseguir los datos de acceso al terminal. De esta forma desbloquearon 1.300.000 dispositivos telefónicos de alta gama sustraídos, de ellos 30.000 en España.
Camino de Marruecos
Los móviles robados, formateados o no, se transportan fuera de España, ya que es complicado venderlos dentro del país. En su mayoría van a Marruecos, a ciudades como Rabat o Larache en las que hay numerosos bazares y vendedores ambulantes que ofrecen teléfonos de segunda mando de todo tipo. Muchas personas a las que les han robado un iPhone, que tiene un buen sistema de localización, han visto cómo su terminal estaba en Marruecos.
El número IMEI permite bloquear el teléfono robado si se encuentra en la UE, pero esta opción es imposible en el norte de África
"Es prácticamente imposible recuperarlo", explican a este medio fuentes policiales. El procedimiento habitual que siguen los investigadores tras el robo de un móvil es buscar su número IMEI (Mobile Equipment Identity), un código de 15 cifras único para cada terminal que habitualmente está en la caja del aparato y que "no se suele conservar". Si se tiene este número, los agentes pueden rastrear el teléfono y pedir a la operadora que bloquee el IMEI. Sin embargo esta opción solo es válida en la Unión Europea porque en los países del norte de África, por ejemplo, no es efectivo este bloqueo.
Los investigadores señalan que hace unos años había otras rutas predominantes y los móviles se llevaban a Argelia o Senegal vía Francia o Países Bajos, pero actualmente lo más habitual es que acaben en Marruecos. Para ello, los ladrones los esconden en huecos de vehículos que transportan objetos más grandes de forma legal. Otra opción es enviarlos camuflados por paquetería.

Móviles encontrados en un control de Mossos con 4 detenidos. Los robaron en las Fallas de Valencia / Mossos
Asia como nuevo destino
En los últimos meses, los investigadores han descubierto que algunos teléfonos robados acaban en el mercado asiático, donde hay una numerosa demanda de piezas de recambios de móviles. En febrero pasado, la Guardia Civil y la Agencia Tributaria intervinieron en el aeropuerto de Barcelona-El Prat ocho paquetes con 472 teléfonos de alta gama robados, con un valor aproximado de 400.000 euros. El hallazgo se produjo durante el control de la carga aérea de exportación. El material iba destinado a Asia y los delincuentes usaron identidades falsas en los envíos. Tras analizar los terminales, se pudo averiguar que la mayoría de teléfonos fueron robados en Catalunya, Madrid y Aragón, algunos con violencia, usando armas blancas y provocando graves lesiones a sus propietarios, según la Guardia Civil.
Los Mossos controlan los locutorios
Dentro de sus competencias, los Mossos d'Esquadra hacen inspecciones regulares de tiendas de telefonía y locutorios para descubrir si se venden móviles robados. El pasado 18 de abril, se inspeccionaron 53 locales de compraventa y reparación de artículos de segunda mano en Barcelona y denunciaron a 13 comercios por no tener registros obligatorios de estos teléfonos y por omisiones del deber de comunicación, según la ley de protección de la seguridad ciudadana.
Estos comercios tienen la obligación de enviar semanalmente a los Mossos un listado de los números IMEI, el identificador personalizado de cada terminal, de los móviles a la venta para que la policía los pueda cotejar con los sustraídos. En las inspecciones realizadas en abril, en un local del distrito de Ciutat Vella de Barcelona los Mossos requisaron cinco teléfonos móviles procedentes de hurtos y otros 100 de alta gama nuevos de los que el propietario no pudo acreditar su procedencia. Y en Nou Barris se localizó un móvil que había sido denunciado como sustraído.
Por redes sociales, los Mossos también ofrecen consejos para prevenir el robo de teléfonos y advierten a la ciudadanía de que debe conocer el IMEI del terminal, ya que es fundamental para poder denunciar o recuperarlo si se pierde. Contactando con la operadora y dando el IMEI se puede bloquear el terminal y se impide que se hagan llamadas o se consuman datos. Para conseguirlo, se tiene que marcar el código *#06# y luego apuntar el número, aunque no hay que apuntarlo en el mismo teléfono, sino en un lugar seguro.
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