Inauguración de la COP29

Bakú insta a los gobiernos del mundo a "invertir hoy" contra la crisis climática "para salvar el mañana": "No es caridad, es supervivencia"

El presidente de la cumbre del clima de Azerbayán, Mukhtar Babayev, reclama a los países "movilizar más fondos para aumentar la ambición climática"

Arranca la cumbre de Bakú, marcada por la agenda climática de Trump y la superación del límite del calentamiento global

Guía hacia la COP29 de Bakú: ¿qué son las cumbres del clima y por qué son necesarias?

El presidente de la COP29, Mukhtar Babayev, pronuncia un discurso durante la apertura de la cumbre del clima de Bakú.

El presidente de la COP29, Mukhtar Babayev, pronuncia un discurso durante la apertura de la cumbre del clima de Bakú. / ALEXANDER NEMENOV

Valentina Raffio

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Barcelona
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"Estamos ante la carrera de nuestras vidas". Este es el mensaje con el que Mukhtar Babayev, presidente de la cumbre del clima de Bakú (COP29), ha iniciado sus discursos ante la asamblea de Naciones Unidas reunida desde este lunes en la capital de Azerbaiyán para uno de los encuentros diplomáticos más importantes de los últimos años. "Nuestras políticas actuales llevarán al mundo a un calentamiento de más de tres grados de media, algo que provocará consecuencias catastróficas para millones de personas de todo el mundo. Necesitamos movilizar más fondos para aumentar la ambición climática. No como un acto de caridad, sino porque es nuestro deber moral y porque nuestra supervivencia depende de ello. Debemos invertir hoy para salvar el mañana", ha declarado Babayev durante la inauguración oficial de este encuentro.

"Nuestras políticas actuales llevarán al mundo a un calentamiento de más de tres grados de media, algo que provocará consecuencias catastróficas para millones de personas de todo el mundo"

La cumbre de Bakú ha arrancado oficialmente este lunes con los primeros discursos pronunciados en el plenario de Naciones Unidas. El primero en tomar la palabra, tal y como dicta la tradición, ha sido el presidente de la anterior cumbre, Sultan Al Jaber, quien ha recordado que "el ambicioso acuerdo logrado en Dubái" en el que los países acordaron, entre otros, dejar atrás los combustibles fósiles, "no significa nada si no lo convertimos en acciones concretas". "La historia nos juzgará por nuestras acciones, no por nuestras palabras", ha afirmado Al Jaber, quien ha instado a los gobiernos de todo el mundo a escoger "las alianzas por encima de la polarización, el diálogo antes que las discusiones y la concordia antes que las provocaciones" durante las negociaciones que tendrán lugar en las próximas dos semanas.

"Las discusiones que tienen lugar en esta cumbre pueden parecer alejadas de la realidad, pero en realidad es todo lo contrario. Esta crisis afecta a todos los individuos del mundo de una forma o de otra. Ningún país es inmune ante este problema", ha recalcado Simon Stiell, secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, durante su intervención. En este sentido, Stiell ha recordado que la crisis climática se está cobrando la vida de miles de personas cada año, causando desastres naturales sin precedentes y, además, está afectando directamente a cuestiones tan esenciales como el precio de la compra o las facturas que pagamos. "No podemos irnos de aquí sin un acuerdo ambicioso", ha destacado.

Financiación climática

Entre este lunes y el 22 de noviembre, los gobiernos de todo el mundo se reúnen en BakúAzerbayán, para volver a abrir el debate sobre cómo hacer frente a la crisis climática. Este año, todo apunta a que el grueso de las negociaciones girará en torno al nuevo objetivo global de financiación climática (también conocido como NCQG, por sus siglas en inglés). Bajo este paraguas se engloban buena parte de los fondos que los países deben movilizar para cumplir el Acuerdo de París y, por ejemplo, llevar a cabo medidas de mitigación y adaptación. Hasta ahora, los países a duras penas han logrado movilizar los 100.000 millones de dólares anuales prometidos hace casi una década. Ahora, mientras el caos climático sigue causando catástrofes en todo el mundo, hay quien plantea que el objetivo de financiación deberían ser de más de un billión de dólares al año y que debería movilizarse de forma inmediata.

El encuentro arranca con la ausencia de los jefes de estado Estados Unidos, Rusia y China, los tres grandes emisores del globo 

La cumbre de este año arranca con importantes ausencias entre los jefes de estado, unas figuras que juegan un papel simbólico clave en este tipo de encuentros aunque, en la práctica, no siempre intervienen en el núcleo duro de las negociaciones de la cumbre. Este año, por ejemplo, no se espera la presencia del presidente de Estados Unidos Joe Biden ni de su sucesor, quien aún no ha asumido el cargo, el republicano Donald Trump. Tampoco asistirá al encuentro el presidente ruso, Vladimir Putin, ni el presidente de China, Xi Jinpin, ni el mandatario de Brasil, Lula de Silva.

En las filas europeas, destacará la ausencia de Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán Olaf Scholz. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, por su parte, declaró que asistirá a la cumbre este martes ya que este encuentro "cobra un significado y una importancia mayor" tras las "devastadoras consecuencias" sufridas en Valencia

Más allá de Bakú, cientos de activistas climáticos han salido a la calle este lunes para reclamar a los gobiernos "un acuerdo ambicioso" para esta cumbre del clima que se celebra justo cuando el planeta acaba de cruzar por primera vez la línea roja de los 1,5 grados de calentamiento extremo. Greenpeace, por ejemplo, ha reclamado a los gobiernos de todo el mundo dejar atrás de forma inmediata todo tipo de combustibles fósiles y, a su vez, crear un impuesto contra las petroleras para que "paguen por todos los daños que producen". El colectivo Extinction Rebellion, por su parte, también ha denunciado la "hipocresía homicida" de un encuentro en que, pese a las promesas, "no consigue frenar unas emisiones que siguen aumentando año tras año". "Las activistas están sufriendo una dura represión y hasta enfrentándose a penas de cárcel por señalar la verdadera dimensión de esta crisis", afirman desde el colectivo.