Más de 40 cámpings catalanes están ubicados en zonas inundables

Las consecuencias fatales de la DANA en Valencia han obligado a revisar los riesgos de inundabilidad del resto de España. ¿Cómo se deben gestionar los cauces de los ríos y los barrancos? ¿Qué se debe hacer con las construcciones en áreas amenazadas por riadas? El Govern de Salvador Illa ha anunciado que va a encauzar el problema para dejar Catalunya más preparada ante una posible inundación.

La ACA (Agència Catalana de l'Aigua) está reevaluando el mapa de superficies anegables para analizar si hay algún punto de riesgo no incluido hasta ahora. Protección Civil prepara apoyo a los gobiernos locales para que puedan desarrollar sus planes de emergencia ante inundaciones, que deberán estar listos en dos años. Y al mismo tiempo, varias conselleries ya trabajan para reevaluar las actividades que se realizan en zonas inundables.

Hay escuelas, residencias de ancianos, centros sanitarios, comercios, viviendas y todo tipo de construcciones. Pero este lunes el president Salvador Illa ha puesto el foco sobre los cámpings en una entrevista en Catalunya Ràdio. En concreto, ha dicho que algunos preocupaban y que si era necesario se tomarían medidas.

Según ha podido saber EL PERIÓDICO, en Catalunya hay más de 40 cámpings en terrenos con riesgo de inundación. Destacan algunos situados en la ribera de ríos pirenaicos y en la desembocadura de ríos como el Ter, el Fluvià, el Tordera, el Llobregat y el Ebro.

Centímetro a centímetro

¿Y qué se hará con estos centros de acampada? La idea del Govern es actuar con prudencia y analizar cada caso en particular, como se va a hacer también con otros edificios. Fuentes consultadas por este diario avisan de que la idea no es, en ningún caso, proceder a despoblar todas las zonas inundables de Catalunya. Tampoco se van a prohibir actividades que ya existen y que en su día fueron autorizadas de forma sistemática. De hecho, la Generalitat asume que pueden existir cámpings y se pueden desarrollar actividades económicas sobre lugares incluidos en los mapas de riesgo del Ministerio para la Transición Ecológica y la ACA.

La prioridad del Govern será analizar cada caso, buscar medidas técnicas y solo de forma puntual y quirúrgica se estudiará el traslado

La prioridad será siempre aplicar medidas técnicas o estructurales para reducir la amenaza, además de diseñar planes de emergencia eficaces. Pero para algunos cámpings, estas soluciones no serán viables. Será solo en estos casos concretos cuando, de forma quirúrgica, se estudiará el traslado (es decir, sacar el cámping de un punto geográfico). Es probable que esto suceda en los lugares de más riesgo, pero esta no va a ser, ni mucho menos, la praxis del Govern.

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La conselleria de Territori, Habitatge i Transició Ecològica tiene claro que no es lo mismo un cámping ubicado en una zona llana, que se inunda con un palmo de agua de vez en cuando, que uno situado al lado de un río de montaña que puede desbordarse y arrasar con las tiendas y los bugalós, como sucedió en Biescas en 1996. En cualquier caso, en el Ejecutivo no quieren tomar ninguna decisión apresurada y se estudiará todo al detalle.

Quejas del sector

La Federació Catalana de Càmpings (FCC), pese al posicionamiento cauto que asegura tener el Govern, ya ha manifestado que el tema, en su opinión, se está abordando a la ligera. Lamentan una alarma innecesaria a partir de "informes obsoletos". En un comunicado, reclaman una reunión urgente con Illa y aseguran que hace años que sus centros trabajan para gestionar los posibles riesgos con sistemas de alarmas y otro tipo de medidas.

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Añaden que tienen pleno conocimiento de los fenómenos acentuados por el cambio climático y que ellos son los primeros interesados en garantizar las condiciones de seguridad: "Los riesgos afectan a muchos sectores y territorios de Catalunya en zonas urbanas altamente pobladas y no compartamos que se haya focalizado el problema en el sector del cámping".

El plan director de cámpings aprobado en 2021 por la Generalitat, sin embargo, ya advierte de riesgos graves para personas y bienes e insta a no construir ningún nuevo establecimiento de acampada en las áreas rojas del mapa.

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En cuanto a las actividades existentes, este documento especifica que se deben ejecutar medidas estructurales, para reducir los riesgos. Hay todo tipo de posibilidades entre las que también se incluye la alternativa de cambiar de ubicación. La Administración, reza el escrito, deberá facilitar ampliaciones de actividad que estén pensadas para mejorar la respuesta ante una posible inundabilidad, excluyendo unidades de acampada de los lugares más peligrosos.

Cabe recordar que en un mismo cámping pueden existir áreas de más riesgo (las cercanas al cauce del río) y otras que sean menos preocupantes, al estar más lejos.

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