Gestión hídrica en Catalunya
Empresas y ayuntamientos captan cada año 3,6 hm3 del río Besòs
La utilizan para usos urbanos como el riego y la limpieza, usos industriales y agrícolas
Nuevas lagunas y una futura isla: avanza la recuperación del Besòs, el futuro grifo de Barcelona

El río Besòs. / ZOWY VOETEN


Guillem Costa
Guillem Costa3,6 hectómetros cúbicos cada año. Es la cantidad que empresas y ayuntamientos pueden extraer del río Besòs y sus acuíferos según las concesiones actuales. En cifras absolutas, supone un volumen de agua relativamente bajo: equivale a la capacidad máxima del embalse de Foix, que actualmente está lleno a rebosar. Pero si se tiene en cuenta que el caudal del Besòs es bastante bajo, de entre 7 y 9 metros cúbicos por segundo, se trata de una cantidad de agua considerable.
En total, según los datos de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) recogidos por EL PERIÓDICO, constan 133 aprovechamientos de agua inscritos en el registro. ¿Pero para qué se usa el agua del río? Una parte se potabiliza en la planta potabilizadora de Trinitat, gestionada por Aigües de Barcelona, y sirve para abastecer a hogares. En otros casos, la utilizan ayuntamientos para usos urbanos como el riego. También hay una pequeña porción destinada a los usos agrícolas y el resto es para usos industriales.
Extender la regeneración de agua debe servir para mejorar los procesos de restauración y renaturalización del río
Estas captaciones, en la mayoría de casos, son subterráneas. O sea que el agua se extrae del acuífero. De esta forma, tiene mejor calidad, puesto que se ha filtrado al penetrar en la tierra. Aun así, existe alguna excepción en el tramo final del río Congost y en la riera de Vallcarca: en estos puntos se producen captaciones superficiales, directamente del cauce del río.
Albert Solà, del Consorcio Besòs-Tordera, afirma que mejorar el estado del agua del río Besòs debe ser uno de los retos urgentes si se pretende generalizar el uso de este río para el abastecimiento urbano. Una de las medidas sugeridas es extender la regeneración de agua y aplicar este saneamiento extra en las principales depuradoras que vierten agua en el río. Cabe recordar que todo el caudal del Besòs depende de las depuradoras: el río estaría seco durante muchos meses del año si las depuradoras no depositaran en él el agua residual tratada.
Pero este hecho, sumado a los riesgos de vertido químico, como los ocurridos en Montornès del Vallès y Polinyà del Vallès en los últimos años, convierten al Besòs en un recurso frágil y vulnerable. Solà subraya que el Besòs no solo debe ser un río potabilizable, sino que también lo debe parecer: "Es necesario apostar por proyectos de renaturalización y fomentar la recuperación ambiental y la biodiversidad". Estas medidas también promoverán la mejora de la calidad del aire.
Todo el caudal del Besòs depende del agua que sale de las depuradoras
En Santa Coloma de Gramenet hace años que está en marcha un plan de restauración, con la instalación de lagunas inundables. No obstante, se trata de actuaciones aisladas. Lo que reclama Solà es un plan conjunto: "Se podría invertir una parte del dinero destinado a la preservación ambiental del Besòs a redactar un plan de consenso para que todo el mundo actúe en la misma dirección". Hay aún muchas decisiones por tomar sobre cómo gestionar el río. ¿Es necesario eliminar especies invasoras? ¿Se debe restringir el acceso de la ciudadanía en ciertos puntos clave? ¿Es posible recuperar el bosque de ribera? Son preguntas a las que se debe responder de forma conjunta, opina el gerente del consorcio.
Además de regenerar el agua antes de que se vierta en el río y de impulsar mejoras ambientales, varios expertos ven imprescindible la creación de nuevos depósitos para frenar los posibles accidentes químicos, que en un futuro pueden poner en jaque el engranaje de potabilización del agua del Besòs.
A medio plazo, todos los agentes implicados en la gestión del Besòs coinciden en la importancia de reducir los desastres ecológicos. Estos episodios recurrentes no solo amenazan el desarrollo del Besòs como grifo metropolitano potable sino también los proyectos de renaturalización, que han facilitado hitos como la presencia esporádica de animales como el martín pescador o la nutria.
El reto en el Besòs es ahora especialmente complejo. Treinta años atrás se inició la recuperación del río, que se había convertido prácticamente en un vertedero. Pero ahora, este curso de agua ha de encontrar en equilibrio que permita sostener los diferentes usos. La Administración pretende que el Besòs sea una fuente de abastecimiento de agua, un río más naturalizado y con una mejor agua, una área verde en la que pasean miles de personas y un eje vertebrador de municipios e industrias. Algunas de las empresas, que ya han emprendido acciones para adaptarse a las necesidades del río y son las primeras interesadas en que el Besòs mejore, afirman desde los ayuntamientos de la zona, aún tienen margen para garantizar más seguridad ante incidentes químicos.
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