La solidaridad vecinal en Montcada logra un techo para los chabolistas desalojados: "Están empapados, viven en un lodazal"

"No pedimos más, que pase esta DANA, podamos estar algo calientes en algún lugar, comer caliente y poder descansar. Solo eso. Pero se ve que somos como perros", pide Ester Guix, una de la veintena de chabolistas desalojados la semana pasada en Montcada y Reixac y a quien la DANA ha arrebatado lo poco que tenía. Al fin, duerme en una cama de una habitación de un hotel en La Llagosta, pagada durante un mes con fondos de los servicios sociales. "Hacía un año que no me tumbaba en una cama", explica la mujer, agradecida. Una respuesta que ha llegado gracias al compromiso de una ola de solidaridad vecinal tras las tormentas de esta semana.

El desahucio de los chabolistas de Montcada tuvo una amplia repercusión mediática. Ester Guix, desesperada al ver que se quedaba con lo poco que había construido, salió en las teles de medio país. El consistorio les desalojó, pero no les pudo ofrecer ninguna alternativa habitacional. Así que todos volvieron a acampar. "El viernes, andando por el monte, la reconocí. Estuve hablando con ella y les hemos estado ayudando prestándoles ropa, mantas, comida, tiendas de campaña...", explica Noelia Narejo, vecina del municipio. De esta forma se ha ido tejiendo una red vecinal que, durante los últimos días, ha ido dando apoyo a varias personas afectadas.

"Este lunes, al ver el aviso naranja por las lluvias, hemos ido a verles. Estaban empapados, lo habían perdido todo. Incluso les habían robado comida. Sólo había que tener una mínima humanidad", sigue Narejo. "El sitio donde estaban era impracticable, un lodazal lleno de agua y fango, era imposible andar más de dos metros", sigue la vecina que ha estado en el terreno este lunes. Al mediodía, los vecinos solidarios han optado por buscarles una solución. "El hotel d'entitats de Montcada estaba abierto e infrautilizado, con muchas salas disponibles", cuenta Narejo. Allí se han quedado una decena de chabolistas, con la intención de pasar la noche.

A primera hora de la tarde del lunes, la Policía Local se ha personado hasta el lugar para tratar de expulsarles, de nuevo. "Es evidente que un equipamiento municipal no es una vivienda, pero estamosh ablando de una solución de emergencia y de humanidad para evitar que lo pasen más mal de lo que ya están", ha explicado José Luis Conejero, presidente de la asociación de vecinos Can Sant Joan. Conejero ha intermediado con el alcalde y ha logrado un permiso para que puedan pasar esta noche. "El trato es que mañana a las diez de la mañana se tendrán que ir", sigue el hombre.

Júlia, otra vecina implicada en la atención solidaria a los vecinos de las chabolas, lamenta la respuesta municipal. "Solo piden un techo y comida caliente. Que se han quedado sin nada, en medio de la DANA... Es una temeridad dejarles en la calle", insiste. Conejero recuerda que hay decenas de familias como ellos durmiendo a orillas del Besós. "Hace años que sabemos que viven allí, ya ha habido muertos, y ni la Generalitat, ni el Consorcio ni nadie hace nada. Imagínate que hubiera pasado si aquello se inunda del todo. Hubiera podido ser un drama humano", lamenta el hombre. Los vecinos, al tener el compromiso del alcalde de que la decena de vecinos de las barracas se han podido quedar en el equipamiento municipal esta noche, han traído cena caliente a los afectados.

Este martes, un grupo de vecinos se ha acercado a los servicios sociales. Muy pocos de los afectados han dado el paso. Quien sí lo ha hecho, como Esther, ha logrado techo para un mes. "No puede ser que les dejen a la intemperie en medio de este temporal", exigía Júlia el lunes, que pidiendo soluciones urgentes para estos vecinos. "Es una deshumanización brutal, no tienen nada, se les ha mojado todo", insistía Narejo, que reclamaba una respuesta urgente de los servicios sociales para que se hagan cargo de estas personas.