Día mundial contra la pobreza

La pobreza se recrudece en Catalunya: medio millón de catalanes trabajan y son pobres

La privación material más severa se acerca por primera vez al 10% de la población

Càritas Barcelona, al límite: "Nos pasamos el día diciendo a gente que no podemos ayudarles"

Comedor social de la parroquia de Santa Anna.

Comedor social de la parroquia de Santa Anna. / FERRAN NADEU

Elisenda Colell

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Barcelona
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Cada día se levanta a las cinco de la mañana para ir a trabajar. Por delante le espera una jornada de 10 horas asfaltando calles, levantando pisos o derrumbando estadios. No tiene casa y desconoce qué salario cobrará a fin de mes. De noche regresa a dormir en un piso de tres habitaciones con nueve personas más. "Es lo que hay si quiero vivir en España, no tengo otra opción", asume Mohamed cabizbajo, tras más de 20 años residiendo en Catalunya.

Él es uno de los rostros de la pobreza en Catalunya, que diez años después de la crisis financiera, sólo ha hecho que empeorar. Tener empleo ya no salva de ser pobre. El 16% de personas con un empleo vive bajo el umbral de la pobreza y la privación material más severa ya se acerca por primera vez al 10% de la población. "Son cifras inaceptables pero la lucha contra la pobreza es posible. El problema es que las políticas sociales no son eficaces", lamenta Francina Alsina, presidenta de la Taula del Tercer Sector, que este jueves, día internacional para la erradicación de la pobreza, debate sobre la pobreza y la desigualdad territorial.

En la última década, los indicadores de pobreza en Catalunya no han mejorado. Al revés, muestran que hay una bolsa importante de catalanes que se quedan atrás, ahogados en la exclusión social. Hoy, uno de cada cuatro catalanes es pobre, el 24,4%, según los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Institut d'Estadística de Catalunya. Es el mismo porcentaje que en 2013. "Catalunya arrastra desde hace años una bolsa de pobreza crónica y enquistada que condena a un 25% de la población catalana a vivir de forma precaria y con muchas dificultades para cubrir las necesidades más básicas", insiste Alsina.

Hace diez años, era pobre un adulto que cobraba menos de 9.500 euros al año, ahora lo es quien ingresa menos de 12.500 euros

Los datos muestran que cada vez hay que ganar más dinero para poder escapar de la pobreza. Un total de 583.700 catalanes (16% de ocupados) trabajan pero viven en la pobreza. Hace diez años, era pobre un adulto que percibía menos de 9.500 euros al año, ahora entran en la pobreza los que ingresan menos de 12.500 euros. Para una familia de dos padres y dos hijos menores, la horquilla se ha movido de los 19.800 euros a los 26.400 euros al año. A su vez, el índice de desigualdad lleva años estancado, y es que el grupo de catalanes más rico cobra cinco veces más que el grupo más empobrecido.

El 45% de catalanes tiene dificultades para llegar a final de mes y el 62% de los hogares perciben alguna prestación de la Administración

Migrantes, mujeres, trabajadores y menores son las principales víctimas. Dentro de esta bolsa de pobreza que no se reduce, un dato explica el agravio. El 9% de catalanes vive en la privación material severa. Son medio millón de personas que no pueden pagar la vivienda, los suministros, hacer vacaciones, comer carne o pescado cada dos días, tener móvil, televisión, lavadora o coche propio. Es la primera vez que Catalunya llega a esta cifra tan elevada, hace diez años este grupo representaba el 6%.

Varios acontecimientos explican esta realidad. Primero, la crisis financiera y los recortes, después la pandemia del coronavirus, la crisis de precios de la energía que terminó afectando al IPC y a la cesta de la compra. Esto explica por qué la pobreza energética, que en 2013 afectaba a un 5% de catalanes, ahora ya llega al 20% de ciudadanos que no pueden mantener su casa a una temperatura adecuada. Los hogares que no pueden comer proteína cada dos días han crecido del 2% al 5% y los que no pueden pagar la vivienda han pasado del 9,8% al 12,2%. A día de hoy, el 45% de catalanes tiene dificultades para llegar a final de mes y el 62% de los hogares perciben alguna prestación de la Administración.

"Actualmente la vivienda es la gran losa de las familias y un factor determinante en la exclusión social"

Francina Alsina

— Taula del Tercer Sector

Alsina destaca también la problemática de los precios de la vivienda. "Actualmente es la gran losa de las familias y un factor determinante en la exclusión social", dice la presidenta de la 'taula'. Coincide con este análisis Peio Sánchez, párroco de la parroquia de Santa Anna de Barcelona que cada día atiende a 420 personas que viven en la calle, 30 nuevos a la semana. "El problema irresoluble es el de la vivienda. La gente puede encontrat trabajo pero es imposible conseguir una habitación, No hay salida para tener un techo en toda la área metropolitana. Vamos a peor porque las políticas no terminan de responder a las necesidades, y esto facilita los discursos de la extrema derecha", opina el párroco.

Perfil: migrantes, niños y mujeres

Los más afectados por la pobreza son los inmigrantes y los niños. La mitad de las personas nacidas en el extranjero que viven en Catalunya son pobres, mientras que los que tienen DNI español no llegan al 20%. La pobreza infantil es una de las grandes losas que ningún Gobierno ha conseguido atajar. En diez años se ha mantenido, y superado, la barrera del 30%. Si en 2013 el 29% de los menores de edad eran pobres, hoy ya son el 32%. De hecho, las familias con hijos a su cargo están ocho puntos por encima en el escalafón de la pobreza, si lo comparamos con las familias sin hijos. Las mujeres también están tres puntos por encima en la tasa de pobreza.

La Taula del Tercer Sector pide acuerdos parlamentarios a largo plazo y políticas preventivas

La realidad es que las ayudas sociales no permiten escapar de la exclusión social. La Renta Garantizada de Ciudadanía, la prestación social de la Generalitat, solo cubre al 22% de hogares que viven en la pobreza extrema. Tampco la pensión salva a un 14% de jubilados que son pobres, además del 55% de personas en el paro. "La cuantía de estas prestaciones no es suficiente para cubrir necesidades básicas en un contexto claro de encarecimiento del coste de la vida", añade Alsina.

La Taula del Tercer Sector pide a las administraciones un cambio de rumbo. "No tenemos políticas preventivas que eviten que la persona caiga en esta situación de precariedad de la que, una vez dentro, es muy difícil salir de ella. La receta no puede ser la misma para todos", argumenta Alsina.

El Govern de Salvador Illa ya ha anunciado que está estudiando un plan para cambiar el sistema de prestaciones sociales. Pero la Taula del Tercer Sector reclama acuerdos parlamentarios y a largo plazo. "Estos acuerdos deben hacer efectivo el traspaso del ingreso mínimo vital a la Generalitat, el convenio que regula la pobreza energética, poner en marcha la prueba de la Renta Básica Universal, desplegar la Estrategia de lucha contra la pobreza infantil y el Marco de acción para abordar el sinhogarismo, reducir las listas de espera en los servicios sociales o reanudar la Agencia Integrada Social y Sanitaria", pide Alsina.

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