El Priorat tendrá un 'minitrasvase' del Ebro en 2025 pero el agua regenerada de Reus deberá esperar a 2027

Las tres soluciones propuestas por el Govern para dar respuesta a la grave sequía que vive la comarca del Priorat no serán inmediatas. Gran parte de la mitad sur de Catalunya está sufriendo una falta de lluvias importante. Sin embargo, como Tarragona y muchos otros municipios forman parte del CAT (Consorci d'Aigües de Tarragona), que dispone de agua del Ebro obtenida a través del llamado 'minitrasvase', no tienen problemas de acceso a este recurso. En el Priorat, en cambio, el agua para los ciudadanos, los agricultores y los ecosistemas (forman parte de la Red Natura 2000) sale de los acuíferos y del río Siurana.

El problema es que, desde 1970, la gran mayoría del agua del embalse de Siurana se deriva hacia el pantano de Riudecanyes para que la usen los agricultores del Baix Camp. Las consecuencias de este trasvase que los ecologistas califican de "expolio" han sido peligrosas para el medio ambiente y la economía: masas de agua subterránea en mal estado, río seco, dificultades para acceder al agua e impacto en las explotaciones agrícolas.

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En realidad, a día de hoy el trasvase como tal no existe, puesto que apenas hay agua en el pantano de Siurana. No obstante, en el Priorat temen que cuando se llene de nuevo, regrese la extracción de agua hacia Riudecanyes.

El uso de agua regenerada permitirá que Reus deje de necesitar agua del Siurana

Para que los payeses del Baix Camp no dependan del agua del Siurana, la ACA (Agència Catalana de l'Aigua) asegura que les ofrecerá agua regenerada. Pero la estación regeneradora de Reus no estará lista, como pronto, hasta finales de 2027. Será a finales de ese año cuando el Govern estima que los regantes de Riudecanyes y el Ayuntamiento de Reus podrán usar agua de una balsa que costará 16 millones de euros. Jordi Aixalà, viticultor y miembro de Unió de Pagesos, defiende que el consistorio recurra al agua del CAT. "El problema es que les sale más cara que sacarla del Siurana. Es una lucha económica", denuncia.

'Minitrasvases'

La consellera de Territori, Habitatge i Transició Ecològica, Sílvia Paneque, desde que asumió el cargo, siempre se ha esforzado en mencionar la situación del Priorat y el Alt Empordà, otra zona que ha sufrido con intensidad la escasez de agua. En el norte de la Costa Brava se instalarán unas desalinizadoras móviles el año que viene y una desalinizadora fija a partir de 2032, aunque este segundo proyecto todavía es poco concreto. De hecho, tanto Paneque como Òscar Ordeig, conseller de Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació, han visitado ambas comarcas para escuchar las necesidades de los alcaldes.

En el caso del Priorat, el agua regenerada para Reus, que deberá esperar como mínimo hasta 2027, es solo una de las tres medidas anunciadas. Las otras dos se centran en trasladar agua desde otros puntos para garantizar el riego a los agricultores del Priorat. El Ejecutivo catalán se ha comprometido a conectar el Ebro con el embalse de Guiamets en 2025. Las obras costarán 5,5 millones de euros y han de servir para que el riego esté asegurado en la zona. Más adelante, en 2026, está prevista una conexión del canal Garrigues Sud con la zona del Montsant.

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Estos dos 'minitrasvases', pensados en clave agrícola, no convencen del todo a algunos sectores de la comarca, que muestran ciertos recelos. Andreu Escolà, miembro de GEPEC (Grup d'Estudi i Protecció dels Ecosistemes Catalans), rechaza la posibilidad de llevar el agua trasvasada hasta el pantano de Siurana: "Hubiera sido el pretexto ideal para luego seguir enviando agua hacia Riudecanyes". Oriol Ponti, de la plataforma Riu Siurana Viu, considera innecesario el trasvase: "En caso de que se haga, no es necesario subir el agua hasta tan arriba, basta con que se queden en Guiamets".

Aixalà tiene claro que los viñedos del Priorat deben seguir siendo cultivos de secano. "No pretendemos transformarlos en regadíos, aquí la producción jamás será muy elevada, pero sí necesitamos este pequeño trasvase para tener garantizado un riego de apoyo en caso de sequía extrema", afirma. No se pueden permitir perder el 80% de las cosechas como ha ocurrido durante la última campaña en algunas explotaciones.

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