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Infancia

Los niños de entornos vulnerables tienen cuatro veces más trastornos mentales y de aprendizaje que los más favorecidos

Los niños de los servicios educativos de la Fundació Pere Tarrés presentan una tasa de problemas mentales y de aprendizaje del 14%, cifra que baja al 3,7% en las familias más favorecidos

Los menores de 6 años con diagnóstico de discapacidad intelectual se multiplican por 10 en 20 años

La pobreza infantil se cronifica en Catalunya.

La pobreza infantil se cronifica en Catalunya. / Ferran Nadeu / Save the Children

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La pobreza infantil y la vulnerabilidad social son un potente "disparador" de los problemas de salud mental en la infancia, a la vez que los trastornos mentales y las dificultades de aprendizaje se retroalimentan entre sí en un bucle de difícil freno. Tales son las conclusiones de un nuevo estudio de la Fundació Pere Tarrés, que apunta a que el 14% de los menores de sus servicios socioeducativos, procedentes de entornos muy vulnerables, presentan problemas de salud mental, una tasa que dobla a la de la población infantil de clase social más desafavorida (7,9%) y casi multiplica por cinco a la de entornos más favorecidos (3,7%). El informe también subraya que los niños con dificultades académicas también suelen sufrir problemes de salud mental, a la vez que estos últimos penalizan el rendimiento escolar.

De hecho, según el estudio, ese 14% de niños con diagnóstico podrían suponer solo la mitad de las cifras reales. Los equipos educativos de la fundación señalan que el estigma aún asociado a los trastornos mentales y el difícil acceso a los servicios sanitarios de muchas familias en riesgo de exclusión podrían estar provocando un infradiagnóstico de los casos. De hecho, los profesionales de Pere Tarrés estiman que, entre los niños no diagnosticados, alrededor de un 15% presentan características compatibles con algún trastorno mental, y que por tanto, deberían realizar evaluaciones psicológicas por confirmar esta hipótesis. Entre los desórdenes detectados, prevalecen el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDH), así como trastornos alimentarios, de conducta, de ansietat o esquizofrenia.

Brecha de género

En este sentido, el estudio señala que el 74% de los niños y adolescentes atendidos con diagnóstico son varones, lo que corrobora el hecho de que las niñas tienden a invisibilizar más lo que sienten y los niños son más disruptivos en sus conductas.

"La perpetuación de roles hace que ellos tiendas a ser más explosivos y ellas queden más relegadas a la invisibilización y la no comunicación", detalla el informe. Así, las niñas sufren más síntomas y trastornos que se expresan "hacia dentro" como depresión, ansiedad y trastornos de conducta alimentaria, y ellos tienden a presentar "trastornos externalizados" como conductuales o agresividad.

Combinación de situaciones de vulnerabilidad

Más allá de eso, si en un aspecto incide este informe es en cómo la combinación de situaciones de vulnerabilidad que experimentan las familias analizadas se convierten en "un factor desencadenante y multiplicador" de trastornos. Bajo ese paraguas de "vulnerabilidad" figuran la pobreza, la inseguridad alimentaria y de vivienda, la desestructuración familiar, la violencia machista, la trayectora migrante o las dificultades de acceso a servicios de salud adecuados.

Otro factor detectado en el estudio –y que corroboran otras investigaciones publicadas– es que este tipo de trastornos aparecen en edades cada vez más precoces, "una circunstancia que los educadores encuestados relacionan con el contexto socioeconómico del menor y su situación de vulnerabilidad", recoge el informe. De hecho, casi el 60% de los menores con diagnóstico tienen entre 3 y 11 anys. "Los niños de menos edad muestran una alta incidencia de problemas como la ansiedad, la soledad y, en algunos casos, también trastornos alimentarios", añade el informe.

Psicólogos y detección precoz

Como respuesta a la situación diagnosticada, el informe de Pere Tarrés –que ha impulsado la campaña solidaria 'Actua per la salut mental' para reunir recursos para abordar este problema– propone reforzar la detección precoz de los problemas de salud mental, aumentar la formación de los profesionales e incorporarar psicólogos especializados en todos los centros socioeducatius. El estudio también aboga por impulsar programas que contribuyan a revertir el estigma que aún se asocia a la salud mental, priorizar las intervenciones en la primera infancia y proporcionar "una respuesta integral y coordinada entre los diferentes agentes sociales, educativos y sanitarios".

TEMAS

  • Pobreza
  • Niños