La lacra del machismo

El agujero de la violencia machista en municipios pequeños: "Hay muchas mujeres que tienen miedo a que su situación trascienda"

Una cuarentena de ayuntamientos han recurrido al servicio de asesoramiento de la Diputación de Barcelona para ayudar a víctimas

El 40% de las asistencias se han producido en los meses de verano

Minuto de silencio en Rubí por el doble crimen machista.

Minuto de silencio en Rubí por el doble crimen machista. / AP

Arlette Suriñach

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Los municipios grandes cuentan en general con más recursos en todo que los pequeños. En un ámbito como el de la violencia machista, ya difícil de atender en ciudades con recursos, esa 'brecha municipal' es especialmente dolorosa. A la complejidad de los casos, con sus casuísticas diferentes, se añade el factor del silencio, agravado en municipios pequeños donde todo el mundo se conoce.

Para intentar solventar esa brecha, la Diputación de Barcelona cuenta con un servicio de asesoramiento jurídico y psicológico que en lo que va de año ha atendido ya a 38 ayuntamientos. Han gestionado 66 consultas, el 40% de las cuales durante los meses de verano, época del año especialmente conflictiva por la mayor convivencia de las parejas.

"Es muy necesario, indispensable, que las profesionales tengan las herramientas adecuadas para dar respuesta a estos casos y que la calidad de esta supervisión sea la misma tanto en un municipio grande como en uno de menores dimensiones", subraya Eliana Camps, técnica de Servicio de Políticas de Igualdad en la Diputación.

"En el caso de madres con hijos, el 98% de situaciones de violencia machista derivan en violencia vicaria"

Eliana Camps

— Políticas de Igualdad de la Diputación de Barcelona

Camps apunta a otro factor: no solo están atendiendo más consultas por violencia machista, sino también por violencia vicaria. "El 98% de casos de madres con hijos e hijas que se encuentran en situación de violencias machistas derivan en situaciones de violencia vicaria, en tanto en cuanto el padre utiliza a las criaturas para dañar a la madre, dañándolas directamente o poniéndolas en contra de la madre", detalla Camps.

“Cuando han venido hombres preguntando si sus mujeres han estado aquí, nunca decimos nada”

Núria Branzuela

— Técnica del SIAD de La Garriga

Las consultas más recurrentes tienen que ver con el protocolo a seguir en casos de violencia machista y cuestiones administrativas sobre denuncias, sentencias, juicios, derivación a un Servicio de Información Especializada (SIE), certificados o redacción de informes. La segunda categoría con más consultas es solicitar información del convenio regulador o custodia de hijos menores de edad (regulación de visitas, potestad compartida, etc.).

En tercer lugar figuran las consultas de extranjería, que tienen tanto casos de violencia machista como consultas de hijos/as (NIE, extranjería en casos de menores, custodia, residencia, empadronamiento, vivienda, etc.). Por último, el resto de consultas son más genéricas (explicación del marco jurídico, modelo acreditativo de violencia, protocolo de los ayuntamientos en casos de violencia machista, etc.).

Presión social negativa

Las trabajadoras sociales de los Servicios de Información y Atención a Mujeres (SIAD) municipales reciben cada día muchas consultas de mujeres que necesitan apoyo y consejos. Que una mujer decida contar sus problemas supone un acto de valentía, sobre todo en municipios pequeños como La Garriga (Vallès Oriental), con menos de 20.000 habitantes. La presión social hace que muchas mujeres decidan callar situaciones de alto riesgo para ellas mismas e incluso para sus hijos. "A veces vienen hombres preguntando si sus mujeres han estado aquí", explica Núria Branzuela, trabajadora social del SIAD en La Garriga. 

Cada caso es diferente y singular, y algunos de ellos se complican hasta el punto de necesitar un ‘asesoramiento extra’. Ahí es donde entra el servicio de la DIputación, que ofrece a los técnicos municipales apoyo para orientar a las mujeres. Las consultas se responden en 24 horas. Branzuela subraya que contar con un servicio así “da seguridad a las profesionales que atendemos mujeres con problemas de alta complejidad”. 

Tratar un caso de violencia machista es más que delicado, por eso Branzuela asegura que el servicio de consultas jurídicas es crucial: “Recuerdo un caso que atendí de urgencia, un intento de feminicidio de una mujer extranjera, en situación administrativa irregular y que requería un recurso de acogida urgente”, cuenta. Las asistentas sociales empiezan su trabajo con una entrevista para entender el perfil de las mujeres que acuden en busca de ayuda. “Después de la entrevista, me puse en contacto con el servicio de atención psicológica de la Diputación para hablar del caso, para supervisar mis actuaciones y que me ayudaran a atender a la mujer”. "A la hora de atender a víctimas de violencias machistas, hay muchos factores que se cruzan y no siempre es fácil dar una solución. Es un tema que nos atraviesa a todas y se nos pueden generar dudas”. 

Los pueblos, un sitio donde las mujeres temen a hablar

Uno de los elementos clave del proceso es la confidencialidad: las trabajadoras sociales favorecen un espacio seguro, donde el miedo de la mujer debe ir desvaneciéndose. “Hay muchas mujeres que tienen miedo a que su situación trascienda. Algunas se van al SIAD de otras ciudades como Granollers”, revela Branzuela. Y es que a pesar del acompañamiento, los temores hacen que muchas mujeres vivan en silencio o rehuyan sus problemas.

Cuando han venido hombres preguntando si sus mujeres han estado aquí, nunca decimos nada”, apunta Branzuela. Hay muchos factores silenciadores, sobre todo en poblaciones pequeñas como La Garriga. Y no hay un único perfil de víctima, puesto que cualquiera, independientemente de su condición socioeconómica o cultural, puede estar viviendo una situación de riesgo y tener miedo miedo a contarlo: "Pueden ser mujeres conocidas de las que nadie imagina que puedan vivir una situación de violencia de género o extranjeras que se sienten presionadas para aguantarlo todo, que es la misma situación que una mujer catalana, silenciada por estar rodeada de gente conocida”, detalla. 

La importancia de no estar sola

Contar con amigos o familia es fundamental a la hora de abordar la violencia machista. Pero las situaciones son diversas: “Me he encontrado con mujeres que han perdido este gran soporte cuando, finalmente, no se han separado o han vuelto con el agresor”, explica Branzuela, que apunta que hay gente que no entiende el ‘ciclo de la violencia’, es decir que no entiende cómo esa mujer no toma la decisión de romper. Sin embargo, peor es la situación de las mujeres que están solas: “Lo tienen aún más difícil”. Otra casuística es la de mujeres extranjeras que ya han vivido las violencias machistas hacia sus madres o hermanas y que por ello no identifican las agresiones como tales.  

"Entendemos la complejidad de estas situaciones y las necesidades de cada mujer. Las hay que tienen más recursos personales, que son más resilientes y otras que son más dependientes, por ejemplo”, añade. 

En el SIAD no sólo se atienden situaciones relacionadas con las violencias machistas, sino que se puede acercar cualquier mujer para hablar de cualquier dificultad con la que se esté encontrando por el hecho de ser mujer. Aún así, Branzuela asegura que “mayoritariamente se tratan situaciones de violencia machista”.

Formación especializada

Por su parte, Camps hace hincapié en que por menos recursos que tengan los municipios pequeños, "todos los casos deben de ser atendidos. Sea quien sea, merece una respuesta".

Para seguir acompañando a municipios pequeños, la Diputación pondrá en marcha este octubre y noviembre cápsulas formativas para profesionales municipales especializadas en violencias machistas, a fin de ayudarlas a dar respuesta a la realidad de cientos de mujeres de la demarcación de Barcelona que se acerca a los servicios municipales para ser atendidas. 

Estas formaciones se centrarán en el abordaje de la prevención de violencias machistas para niños y adolescentes desde la perspectiva de infancia, la redacción de informes en los casos de familias en situación de violencias machistas y la detección y prevención para familias en situación de violencia vicaria.

Guía de acción tras una violencia sexual

Guía de acción tras una violencia sexual / Dirección: Bárbara Favant / Vídeos: Zowy Voeten / Edición: Laly Chávarry / Producción periodística: Beatríz Pérez, Germán González y Bárbara Favant