Crisis migratoria

Fin de la búsqueda de las 54 personas desaparecidas en aguas de El Hierro

El dispositivo de Salvamento Marítimo no logró localizar ningún cuerpo en los cuatro días que peinaron la zona

Una salvamar de Salvamiento Marítimo.

Una salvamar de Salvamiento Marítimo. / Gelmert Finol

Isabel Durán

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Salvamento Marítimo da por finalizadas las labores de búsqueda de las 54 personas desaparecidas a seis kilómetros de El Hierro tras el vuelco del cayuco en el que viajaban. El accidente se produjo durante la madrugada del sábado y, esa misma mañana, se desplegaron medios aéreos, marítimos y terrestre para tratar de encontrar los cuerpos de los migrantes que cayeron al mar. El propio movimiento de los ocupantes, que se concentraron en uno de los laterales al ver el barco de Salvamento Marítimo, desequilibró la barquilla que terminó por volcar. La tripulación de la guardamar Concepción Arenal logró poner a salvo a 27 personas y recuperaron nueve cuerpos. Este incidente se ha convertido en la peor tragedia migratoria registrada en aguas canarias, superando la de la playa de Los Cocoteros (Lanzarote), donde murieron 25 personas, el 15 de febrero de 2009.

La búsqueda se prolongó desde la mañana del sábado hasta la noche del martes. El operativo, que ayer no se movilizó, estaba formado la salvamar Mizar, la guardamar Calíope, el buque Heroínas de Sálvora y el helicóptero Helimer 101 de Salvamento Marítimo; la patrullera Río Guadiato y el helicóptero Cuco de la Guardia Civil, y el helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias con base en El Hierro. Se esperaba que los cuerpos pudieran salir a flote entre el lunes y el martes, pero finalmente no se ha podido localizar ningún cadáver. El accidente se produjo sobre una fosa marina de mil metros de profundidad, lo que dificulta la recuperación de los cuerpos.

El del sábado fue el peor de los desenlaces. 63 personas rozaron con los dedos su objetivo de alcanzar Europa a través del Archipiélago canario. Pero los que logran llegar tampoco lo hacen en las mejores condiciones. La travesía desde la costa africana dura, como poco, cinco días en los que los migrantes no tienen apenas espacio para moverse. Además, la mala organización hace que muchas barquillas se queden sin agua y sin comida para todos los días de navegación. El personal sanitario de El Hierro, la isla que más migrantes ha recibido este año (casi 15.000, 2.137 solo en septiembre), está exhausto. Y es que, el sistema sanitario de la isla al completo, dimensionado para una población de 11.100 habitantes, se ve afectado por el repunte migratorio.

El migrante B9 de la patera 120

Si bien en cierto que se ha creado un dispositivo, llamado el 'equipo patera', para la primera atención de los migrantes en La Restinga, formado por tres equipos de profesionales –tres de Medicina y cuatro de Enfermería– encargados de la atención a la llegada del cayuco y el seguimiento que se precise en el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE), en momentos puntuales se activa también a médicos de atención primaria y auxiliares de enfermería en el hospital de la isla. De ahí que la consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, Esther Monzón, insistiera ayer en reclamar del Gobierno de España mayor «implicación».

Durante una visita al dispositivo del muelle de La Restinga, la consejera reiteró la necesidad de dotar a las Islas de los fondos presupuestarios «adecuados» para mantener los recursos materiales y humanos que garanticen la calidad asistencial a las personas migrantes. Los cálculos del Gobierno de Canarias es que en diciembre habrá gastado 30 millones extra solo en atención sanitaria a los migrantes. El dispositivo especial en La Restinga se ha reforzado además con una ambulancia sanitarizada por parte del Servicio de Urgencias Canario (SUC) para reforzar el transporte sanitario urgente cuando así lo requiera la situación.

La mejor medicina: un abrazo

«Nos enfrentamos a cosas a las que no te acabas de reponer del todo, porque humanitariamente son un golpe», reconoce el director médico de El Hierro, Luis González, quien asegura que los profesionales sanitarios están hechos de otra madera y son capaces de soportar altos niveles de estrés y de dolor, pero «es muy doloroso» ver morir a gente tan joven. «Ver que llegan a su destino y se encuentran con la muerte, te cala muy profundo y te rompe», relata González. 

A mediados de julio llegó a El Hierro un cayuco con una niña de dos años a bordo en muy mal estado de salud. «La tratamos, la intentamos reanimar y la hidratamos por vía intraósea, porque intravenosa no se podía canalizar debido al grave estado de deshidratación. Se derivó al Hospital de La Candelaria y la niña falleció», recuerda visiblemente emocionado el director médico de la isla. Ese mismo día, en el propio servicio de urgencias falleció un joven de unos 20 años que no se pudo trasladar a Tenerife, pues sufría una sepsis que no permitía movilizarlo. «No me olvidaré de que era el migrante B9 de la patera 120, no nos dio tiempo ni a saber su nombre para humanizarlo», lamenta González, a quien se le quiebra la voz al relatar aquella fatídica jornada.

Los médicos y enfermeros de El Hierro dedican muchas horas a atender y ayudar a los migrantes. «Desde el punto de vista profesional siempre pensamos en la mejor medicación que ponerles, pero muchas veces lo que más les ayuda es darles un abrazo, darles la mano, mirarles a los ojos y decirles que están en un lugar seguro, que se van a poner bien y que ahora toca luchar para salir adelante y lograr tu objetivo», concluye el director médico de El Hierro.

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