Vuelta al cole

Aina Tarabini, socióloga: "Hay cierta hipocresía con la FP, todos dicen que es muy buena, pero no la quieren para sus hijos"

La investigadora en Políticas Educativas de la UAB apunta a la mejor orientación y al incremento de plazas públicas como requisitos para solucionar el caos en las preinscripciones de la FP, que este jueves empieza el curso con 31.000 alumnos colgados

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Aina Tarabini, socióloga: "Hay cierta hipocresía con la FP, todos dicen que es muy buena, pero no la quieren para sus hijos"

Aina Tarabini, socióloga: "Hay cierta hipocresía con la FP, todos dicen que es muy buena, pero no la quieren para sus hijos" / MANU MITRU | VÍDEO: EL PERIÓDICO

Helena López

Helena López

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–Que el curso empiece con más de 31.000 estudiantes todavía sin plaza en FP, pese a haber 10.000 vacantes, se explica por una mala orientación?

–Ningún fenómeno educativo es unicausal; pero sí, la orientación es absolutamente necesaria, aunque eso no quiere decir que sea suficiente. Hace falta, también, más oferta pública, por ejemplo.

–De esos más de 31.000 alumnos, las familias que se lo han podido permitir se han ido a la privada. El resto son los que tienen más riesgo de acabar abandonando.

–El diagnóstico es claro: si no garantizas una plaza pública, o de servicio público, para todos los estudiantes, estás haciendo que la desigualdad económica tenga un peso fundamental. Eso no quiere decir que en todos los barrios tenga que haber toda la oferta de todas las especialidades, pero si tenemos un desajuste entre oferta y demanda y la solución que encuentran las familias para que sus hijos no estén desescolarizados o no empiecen tres semanas más tarde es llevarles a un centro privado, el capital económico es el que acaba explicando que unos acaben estudiando y otros no. Por tanto, es un ejemplo muy claro de reproducción de desigualdades.

–Cuando habla de servicio público, ¿se refiere por ejemplo la posibilidad de ofrecer becas para las escuelas privadas?

–Me refiero a que no excluya al alumnado por sus capacidades económicas, ya sea con becas, con la gratuidad de la matrícula o los materiales, con los gastos vinculados al desplazamiento...

–¿Las becas ahora son suficientes? 

–No. Hay consenso en que hacen faltan más y mejores becas para sostener el coste económico que implica estudiar.

No es una cuestión solo de qué quiere la empresa hoy; es una cuestión de qué modelo de ciudadano queremos mañana

–Antes decía que tampoco hace falta un centro de FP en cada barrio. Los sindicatos criticaron los nuevos centros integrados (en Barcelona este curso son ya 18) porque aseguraban que el hecho de alejar la oferta de los barrios fomentaba el abandono prematuro. ¿Usted lo cree así?

–Es evidente que el territorio importa. No solo en términos económicos, sino también simbólicos, de pertenencia. Hay movilidades que se hacen entre mismos barrios, aunque las distancias sean más grandes, porque forman parte de la misma continuidad simbólica. Hay vínculos emocionales con los territorios y eso es importante, porque, si no, se cae en un discurso simplista. 'Barcelona es una ciudad donde todos los jóvenes se pueden mover; facilitamos becas de transporte...' Todo eso es verdad, pero es evidente que hay una desigualdad en esa distribución territorial de la oferta en la propia naturaleza del bachillerato y los ciclos formativos.

La socióloga de la educación Aina Tarabini, esta semana en la UAB.

La socióloga de la educación Aina Tarabini, esta semana en la UAB. / Manu Mitru

–No la sigo.

–Los bachilleratos tienen pocas especialidades y se ofrecen en los centros de ESO, así que siempre tendrás un bachillerato cerca. Sin embargo, la FP tiene muchísimas familias. La clave está en analizarlo en relación con lo que pasa con el bachillerato. Yo volvería a un modelo 6-16 (primaria y secundaria) y después haría un 16-18 integrado, donde tanto el bachillerato como la FP estuvieran integrados. Entonces sí habría igualdad de oportunidades para todo el post16. No parece que vayamos hacia ese modelo.

–No. Vamos hacia adaptar la oferta al tejido productivo de cada territorio...

–Es evidente que la FP en particular, y el sistema educativo en general, no puede vivir de espaldas al mundo y sería surrealista hacer ver que una cosa no está relacionada con la otra, pero todo no puede depender solo de las necesidades de la empresa. Cuando haces una oferta debes tener en cuenta en qué barrio la estás haciendo. No hay ninguna política educativa neutra. No es solo una cuestión solo de qué quiere la empresa hoy: también es qué modelo de ciudadano queremos mañana. Parece que nos extrañamos de que los jóvenes no se sientan atraídos por la FP manual si implica mucho trabajo, y no nos damos cuenta de que probablemente sea porque durante toda su escolarización se les ha dicho que lo manual no es valioso. ¿Cómo puedes crear una vocación para algo que no tiene valor público?

–¿No lo tiene? Es común escuchar expresiones como "uy, un fontanero sí se gana bien la vida".

–En abstracto, sí, pero no sé si en lo concreto. No sé cuántas familias en realidad quieren que sus hijos sean fontaneros. Creo que aquí hay una cierta hipocresía de "uy, sí, qué buena es la formación profesional, pero para mis hijos no".

¿Cómo puedes crear una vocación para algo que no tiene valor público?

–Otro gran reto de la FP es luchar contra el sesgo de género. ¿Qué hacemos para que ellos vean más allá de querer ser mecánicos y ellas peluqueras? 

-Acabar culpando al joven por haber elegido esa opción es injusto. Les responsabilizamos de una cuestión estructural. Tenemos que sacar la culpa de los discursos educativos. Aquí hay una paradoja. Si miras los datos duros, las mujeres parecemos las más beneficiadas del sistema. Tendemos a abandonar y suspender menos. Pero si vas a las cosas más pequeñas, muchas investigaciones muestran que los chicos se siguen considerando más inteligentes con los mismos resultados. O más naturalmente talentosos para lo científico. En temas de orientación, con una misma nota, se tiende a derivar a más chicas hacia magisterio que a chicos. ¿Y qué pasa con las que acaban abandonando, cuando son una minoría en su colectivo? ¿Cómo se gestiona la identidad femenina de ser una estudiante a quien no le gusta la escuela? ¿O cómo reaccionan los profes a un mal comportamiento femenino o masculino?

Muchos jóvenes no sienten que la escuela sea un lugar en el que puedan aprender, hay que mirar ahí

–¿Confía en el que el decreto de orientación acabe aprobándose y funcione?

–Un decreto es fundamental, pero hasta que no lo vea... Nuestra concepción de la orientación es transversal. La orientación como acompañamiento está muy vinculada con la acción tutorial. Todos los docentes de secundaria tendrían que ser tutores.

–¿Todos?

–Sí, en algunos centros los docentes acompañan a los jóvenes no solo en matemáticas y castellano, sino en el crecimiento como personas. Eso implica mirar los sesgos que tenemos. Y ahí es necesario una trabajo de revisión. Los chicos tienden a ser más visibles. ¿Cómo visibilizamos a las chicas? 

–Más allá de la orientación, ¿qué más se podría hacer para reducir el abandono?

–Es básico cómo se construyen los vínculos escolares en la ESO. Muchos jóvenes no sienten que la escuela sea un lugar en el que puedan aprender. Hay que mirar ahí.

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