Sucesos
Los Mossos rastrearán por satélite los cultivos de marihuana ocultos en los bosques
Interior firma un acuerdo con el Institut Cartogràfic de Catalunya para poder emplear sus datos e imágenes
Los Mossos requisan casi 5.000 plantas de marihuana escondidas en bosques de las montañas de Prades
Los Mossos despliegan su policía aérea: drones y una aeronave no tripulada con IA para detectar narcolanchas

Imagen de una plantación de marihuana en zona forestal / Mossos


Germán González
Germán GonzálezPeriodista.
Soy licenciado en Historia y Periodismo. Hace casi 30 años que me dedico a informar. He pasado por varios medios y he sido profesor de Derecho a la Información en la UIC durante una década.
Las plantaciones de marihuana que se ubican en zonas montañosas de difícil acceso solo se pueden detectar a vista de pájaro. Los Mossos d'Esquadra ya disponen de medios aéreos, como helicópteros y drones de vigilancia, para sobrevolar posibles zonas en las que se sospechan que están estos cultivos, pero ahora cuentan con una tecnología más avanzada: las imágenes por satélite.
El Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya (ICGC) y el Departament d'Interior han firmado un acuerdo para que los Mossos puedan acceder a datos de observación aérea o de satélite que tiene el ICGC gracias a sus funciones de geoinformación para la gestión del territorio. De esta forma, los agentes podrán rastrear áreas geográficas específicas y detectar la presencia de plantaciones. Así, luego se podrán preparar operativos especiales por tierra para desmantelarlas.
Desde Mossos se remarca que a menudo existen limitaciones para usar los medios técnicos de los equipos aéreos de los que disponen, como los drones, por lo que las imágenes garantizarán este patrullaje desde el aire. Además, indican que se gana en precisión al disponer de localizaciones exactas gracias a los datos del ICGC. Fuentes policiales confían en que la observación aérea del territorio puede incrementar la eficiencia de las actuaciones policiales.
El convenio entre Interior y el Cartogràáfic también establece el desarrollo de una metodología que permita, a partir de las características biofísicas, fenológicas y estructurales, discriminar el cannabis de la vegetación o cubiertas vegetales circundantes. Tendrá un coste de 27.217 euros y será asumido por Interior en su presupuesto.
Alerta por desforestación
Según explican a este diario fuentes de Interior, uno de los elementos a detectar es la deforestación de zonas boscosas. Las bandas de narcotraficantes acostumbran a cortar árboles para ubicar los cultivos en zonas de difícil acceso, a veces en parques naturales protegidos. Allí es donde acostumbran a sembrar hacia la primavera y se ubican los 'jardineros' aproximadamente ocho meses, que es el tiempo que suele separar la siembra de la recolección+.

Imagen de una plantación de marihuana en zona forestal / Mossos
Estos campamentos, con tiendas de campaña, bombonas de butano, sillas u otros elementos para la vida diaria, acostumbran a generar numerosos residuos que después debe limpiar el propietario del terreno. Además de la desforestación, estos cultivos también implican un riesgo para la lucha contra incendios por utilizar fuego para cocinar o calentarse, acumular basura y emplear el agua de balsas situadas estratégicamente por los equipos de extinción. En ocasiones también se desvía el cauce de alguna riera, lo que genera un importante impacto ecológico en la zona.
De hecho, fuentes policiales remarcan que la presencia de un recurso hídrico es un elemento clave para ubicar la plantación y garantizar el riego de la marihuana. Los Agents Rurals han encontrado algunas de estas plantaciones en parajes muy alejados, a los que se accede únicamente a pie, cuando han realizado tareas de prevención de incendios este verano.
Un acuerdo más amplio
El convenio firmado por Interior y el Cartográfic también permitirá usar a los Mossos otros elementos. Uno de ellos será el acceso a los datos de los aviones o satélites estratosféricos (HAPS, por las siglas en inglés) que pueden volar por encima del espacio aéreo regulado, donde operan los vuelos comerciales ordinarios, pero todavía dentro de la atmósfera terrestre, a unos 20 kilómetros de altitud.
Hasta ahora, el ICGC proveía de datos de observación de la Tierra mediante sensores embarcados en aviones convencionales, plataformas en satélites y, últimamente, con drones. Con esta nueva tecnología de los sistemas HAPS se mejora y se amplía la capacidad de obtención de información. Los Mossos podrán usar esta tecnología para luchar contra la delincuencia en la búsqueda y seguimiento de sospechosos.
Además, se actualizará el mapa delincuencial de Catalunya, elaborado conjuntamente entre los Mossos d'Esquadra y el ICGC desde 2019, con información estadística publicada en los portales de datos policiales. De esta forma, la actualización de la información será automática y permitirá ver la evolución de la delincuencia por zonas o durante años, así como generar gráficos de seguimiento de la actividad policial. El acuerdo entre Interior y el ICGC tendrá un coste de unos 93.000 euros.
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