RADIOGRAFÍA DE LA ESCUELA CATALANA EN 5 CLAVES

De la todavía insuficiente inversión al bajo nivel de comprensión lectora y al alto abandono precoz

El próximo miércoles 6 de septiembre empezarán las clases a jornada completa -tras el fiasco de las tardes de 'ocio educativo' del curso pasado- los estudiantes catalanes de educación infantil, primaria y secundaria. Un curso que empieza con la novedad del cheque escolar de 100 euros para los alumnos de primaria, que ha traído de cabeza a cientos de familias desorientadas, y con el reto urgente de mejorar la comprensión lectora y reducir el preocupante abandono escolar.

Los presupuestos de 2023 reservan 6.961 millones a Educació. Es una cifra importante pero aún insuficiente. El 60% (4.355 millones) se destina a los sueldos de las plantillas de personal educativo.

Esta inversión supone un incremento en el gasto de 405 millones con relación a 2022 (un 6,2 %), e incluye un incremento de un 22%, hasta los 580 millones, para la Formación Profesional.

Pese a este incremento de la inversión, ésta está todavía lejos de llegar al 6% del PIB que indica la propia Ley Catalana de Educación (LEC) y está lejos de la inversión que hacen en educación países europeos de referencia.

La comprensión lectora de los estudiantes catalanes que cursaban cuarto de primaria en 2021 (las últimas cifras públicas) bajó 15 puntos respecto a los resultados de 2016, según el estudio PIRLS (Progress in International Reading Literacy Study), que sitúa a los escolares catalanes muy por debajo de la (ya mala) media española.

Mientras el global de España obtiene una puntuación de 522 puntos (10 puntos por debajo del promedio de la OCDE, en 532), en Catalunya esta cifra baja hasta 507, solo por encima de Melilla (498) y Ceuta (496).

Los resultados de las pruebas de competencias básicas del curso 21-22 (los del 22-23 todavía no se han hecho públicos) muestran un descenso de la puntuación media tanto de los alumnos de sexto de primaria como de cuarto de ESO (los cursos en los que se realizan las pruebas), siendo matemáticas la asignatura en la que el retroceso es más acusado. La puntuación en Matemáticas en las pruebas de evaluación de cuarto de ESO del curso 21-22 ha sido "el valor más bajo" de toda la serie iniciada en 2012, con 61,2 puntos, y rompe la estabilidad en torno a los 68 de los últimos años (en el curso 20-21 ya bajó a 66,7).

En competencia lingüística en lengua catalana, la puntuación media de 2022 fue de 74,1, lo que supone un descenso de 2,4 puntos respecto a la puntuación media del curso anterior. La competencia lingüística en lengua inglesa también sufrió un descenso de 2,1 puntos de media, pasando de 70,5 a 68,4.

La segregación escolar sigue siendo uno de los grandes problemas de la escuela catalana. Pese a que los niveles de segregación en Catalunya se han reducido un 28% desde la firma del Pacto contra la segregación escolar en 2019, uno de cada tres alumnos de matrícula viva -alumnos que llegan durante el curso- es asignado a un centro segregado, hecho que agrava aún más la complejidad en la gestión educativa del aula.


En Catalunya hay 427 escuelas segregadas, es decir, que concentran un porcentaje mayor de alumnos vulnerables que la media de su vecindario. Según el último informe del Síndic de Greuges municipios como Tarragona, Lleida, Badalona, Terrassa, Reus y L’Hospitalet de Llobregat siguen teniendo como mínimo un centro con más del 30% de alumnado extranjero y un centro con menos del 15%.

A ojos de la Fundació Bofill, evitar la adjudicación de la matrícula viva a los centros segregados es un mecanismo de protección clave para frenar su ‘complejización’, pero el 86% de los municipios aún no ha activado esta medida.

Catalunya es, junto con Murcia, la comunidad con más abandono escolar temprano: un 16%. El porcentaje está muy encima tanto de la media española (13,9%) como de la europea (9,3%).
El año pasado, 97.000 jóvenes catalanes de entre 18 y 24 años no tenían ninguna titulación más allá de la ESO ni estaban estudiando. Una tasa que es el doble entre los jóvenes de origen migrante o de familias con bajo nivel de estudios, cuestión sobre la que los expertos llevan años alertando.

Un reportaje de El Periódico

Textos de Helena López
Animaciones de Andrea Hermida y Francisco José Moya
Coordinación de Ricard Gràcia