¿Cómo funcionan los protectores solares?

El verano ya está aquí y con él la exposición de las personas al sol aumenta. Aunque la luz solar tiene muchos beneficios, ya que ayuda a aumentar los niveles de vitamina D y serotonina, y reduce el riesgo de diabetes y ciertos tipos de cáncer, también puede suponer grandes peligros para la salud si no se utiliza la protección solar adecuada y si se abusa de la dosis de radiación ultravioleta. No tomar precauciones frente al sol puede conllevar quemaduras severas y el riesgo de padecer cáncer de piel a lo largo de nuestra vida.

La clave está en evitar la sobreexposición al sol para no quemarnos. La forma más segura de hacerlo es utilizar un protector solar que sea el más adecuado para nuestra piel y evitar las exposiciones solares directas entre las 12 y las 16 horas.

Riesgos y beneficios de la exposición al sol

El sol es imprescindible para nuestro organismo, porque es la principal fuente de vitamina D, indispensable para ayudar al cuerpo a absorber y fijar el calcio, un mineral esencial para el desarrollo óseo, la salud muscular y el buen funcionamiento del sistema inmunitario. Los expertos sugieren que una exposición solar diaria de 15 minutos es suficiente para obtener la vitamina D que nuestro cuerpo necesita.

Por otro lado, el sol también es un gran estimulante del estado de ánimo, gracias a él aumenta la producción de serotonina, la llamada "hormona de la felicidad". Asimismo, la radiación ultravioleta puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, próstata, mama, colorrectal y páncreas.

Pero el deseado bronceado que muchos quieren para el verano se tiene que conseguir con la protección adecuada, para evitar quemaduras y porque la radiación ultravioleta del sol puede comportar grandes riesgos como el desarrollo de un cáncer. El cáncer de piel tiene una incidencia en España de 47 casos por cada 100.000 habitantes. La mayoría son carcinomas que suelen tener buen pronóstico. El melanoma que, es mucho más peligroso, tiene una incidencia menor de unos 9 casos por 100.000 habitantes.

La mejor prevención: protector solar

Para disfrutar del sol y de sus beneficios es importante utilizar las cremas solares adecuadas para el tipo de piel de cada persona, ya sean en forma de 'sprays', lociones, geles o ceras. Se tiene que tener en cuenta el fotoprotector solar (FPS), que mide la eficiencia de un protector solar para frenar los rayos ultravioletas UVA y UVB. Independientemente del tono de piel, es recomendable utilizar protección de al menos FPS 30. Aun así, es recomendable:

• Para tonos de piel oscuros: El máximo FPS que puede ofrecer la propia piel humana con su pigmentación es aproximadamente de FPS 13, por lo que se aconseja utilizar un FPS 30 como mínimo y 50 si se va a estar al aire libre más de una hora.
• Para tonos de piel claros: las personas de tez pálida deben usar crema solar a diario, ya que se queman más rápidamente, y debería de utilizarse una de FPS 50.

Los protectores solares se tienen que aplicar antes y después de la exposición solar. Se recomienda 5 minutos antes (para el caso de filtros físicos) y media hora (filtros químicos) y de forma repetida cada 2 horas e inmediatamente después de salir del agua.