MeToo en la academia

"Buzón de chivatazos": la nueva arma para fomentar las denuncias por acoso en la academia

Abusos en la universidad: "No hay uno o dos acosadores, hay departamentos enteros que están podridos"

Hablan las víctimas de acoso en la universidad: "Denunciar no sirvió de nada"

Dos personas hablan en los pasillos de una universidad, en una imagen de archivo.

Dos personas hablan en los pasillos de una universidad, en una imagen de archivo. / Jorge Gil / Europa Press

Valentina Raffio

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El mundo académico está plagado de casos de acoso, malos tratos y abusos de poder pero, aun así, se estima que solo el 10% de los casos llegan a denunciarse de forma oficial. Todos los demás se comentan en los pasillos pero nunca llegan a ponerse por escrito. Este fenómeno se explica, en gran parte, porque tanto las universidades como los centros de investigación son entornos marcados por jerarquías y dinámicas de poder. En estas instituciones, muchas veces exponer una denuncia significa delatar a un supervisor que podría, a su vez, tomar represalias contra sus subordinados. ¿La solución? Cada vez son más los centros que abogan por implementar "buzones de chivatazos" para recoger denuncias de forma anónima y evitar, al menos en parte, exponer a las eventuales vícimas. 

Hace tan solo unas semanas, la prestigiosa revista 'Nature' lanzaba un contundente llamamiento a favor de este tipo de herramientas. En un editorial publicado a finales de mayo, la publicación denunciaba que "muy pocos líderes académicos están tomando medidas para erradicar el acoso" y que, en general, "las universidades están estructuralmente mal equipadas" para hacer frente a este tipo de situaciones. "Si bien las universidades cuentan con protocolos de quejas y denuncias, los procedimientos a menudo acaban desalentando a quienes pretenden llamar la atención sobre comportamientos o acciones inapropiadas", esgrime la revista. "Las denuncias anónimas, en cambio, proporcionan una forma más justa de obtener justicia", añade el editorial. 

"Es importante crear canales para denunciar el acoso en todas sus formas"

— Julio Gómez, jefe de recursos humanos del ICN2

En España ya hay varias universidades y centros de investigación que han implementado este sistema como, por ejemplo, la Universitat Pompeu Fabra. Otros, como el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2), se disponen a poner en marcha este recurso en breve. "Es importante crear canales para denunciar el acoso en todas sus formas, ya sea sexual, laboral, digital o por razón de género. También es importante ir actualizando los protocolos para recoger diferentes tipos de situaciones como, por ejemplo, las discriminaciones específicas que pueden sufrir personas LGTBI", explica Julio Gómez, jefe de recursos humanos del ICN2. "Los protocolos deben acompañarse de formaciones específicas que ayuden a identificar este tipo de situaciones porque, en ocasiones, las víctimas no son capaces de identificar la dinámica de acoso hasta que ha escalado a un nivel muy grave", añade. 

Centros internacionales

Los buzones de denuncias anónimas ya se han implementado en centros como Oxford, Cambridge o el Massachusetts Institute of Technology (MIT). En ambos casos, las instituciones cuentan con varias herramientas para que las personas que están sufriendo cualquier tipo de discriminación o malos tratos dentro de la academia puedan alertar sobre su caso. También se invita de forma activa a los demás profesionales del centro a denunciar todos aquellos casos de acoso que puedan percibir en su entorno. "El objetivo de esta herramienta es ayudar a cualquier miembro de la comunidad a revelar sus inquietudes sin temor a represalias y, a su vez, iniciar un proceso transparente y confidencial para investigar este tipo de prácticas", destacan desde la Universidad de Oxford. 

"El objetivo de esta herramienta es ayudar a cualquier miembro de la comunidad a revelar sus inquietudes sin temor a represalias"

— Universidad de Oxford

En algunos centros, las denuncias pueden presentarse de forma anónima a través de correo electrónico, buzones virtuales o incluso físicas situados en las mismas academias. En otros, como en la Universidad Nacional Autónoma de México, la de Buenos Aires, la de Chile o la de Sao Paulo, incluso se ha habilitado una línea telefónica gratuita para atender este tipo de situaciones. En instituciones como Oxford, además, también existen profesionales específicamente dedicados a "la lucha contra el fraude o las malas prácticas académicas". "La universidad otorga la mayor importancia a la integridad de sus operaciones y, por eso mismo, alienta a todos los miembros del personal y personas asociadas a plantear cualquier inquietud genuina sobre malas prácticas o irregularidades en la etapa más temprana posible", esgrime la institución.

España, por su parte, acaba de aprobar una nueva ley que obligará a todas las grandes empresas de más de 250 trabajadores a habilitar un buzón de denuncias anónimas. La normativa tiene como objetivo proteger a quien informe sobre irregularidades relacionadas, por ejemplo, con "malas prácticas laborales, medioambientales y de consumo" así como "cualquier tipo de corrupción, nepotismo, clientelismo, tráfico de influencias, derroche de fondos públicos y financiación irregular". Según confirman fuentes del Ministerio de Justicia a este diario, la ley también se aplicará a universidades y centros de investigación públicos de toda España