Tarifas con trampa

Ryanair obliga a unos pasajeros a facturar las ensaimadas mallorquinas a 45 euros cada una

Indignación por las restricciones al embarcar el dulce: «Se pueden conseguir en cualquier ciudad», advierten los turistas

Indignación en el aeropuerto de Palma por la polémica de las ensaimadas: "Es un robo"

Indignación en el aeropuerto de Palma por la polémica de las ensaimadas: "Es un robo" / BERNARDO ARZAYUS

Irene R. Aguado

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"Es un robo y un abuso. El cliente tiene que pagar cada vez más y más". Así de contundentes se muestran María Luisa, María y Antonio poco antes de embarcar en su vuelo hacia Luxemburgo. Lo tienen muy claro: "No vamos a pagar por algo que ya hemos pagado. Si hace falta, tiramos las ensaimadas". En Son Sant Joan la mayoría de turistas no tienen ni idea del revuelo que ha generado Ryanair al obligar a abonar 45 euros a una pareja de viajeros para poder embarcar con las ensaimadas en su vuelo: «¿Ah, que vamos a tener que pagar?», protesta otro pasajero, Luis Martín, preguntado por la polémica.

Martín viaja de vuelta a Salamanca después de unas vacaciones en Mallorca junto a otros 150 inscritos en un programa de viajes para personas mayores. Todos ellos forman una larguísima fila en los mostradores de facturación y la mayoría llevan entre su equipaje el tradicional producto de repostería: «Las hemos encargado en el hotel», explica Martín, junto a una pila de cuatro ensaimadas. "Si me dicen que tengo que pagar por llevarlas y me pillan mosqueado, las dejo. Hoy en día ya puedes conseguir ensaimadas en Salamanca y en cualquier ciudad", asegura.

César Nieto viaja en el mismo vuelo y piensa llevarse de vuelta sus dos ensaimadas: "Me han costado 12,50 euros cada una. Pero si me hacen pagar, con todo el dolor del mundo las dejo en tierra. No vale la pena", comenta. Al igual que otros viajeros, señala que no ha recibido ninguna información, ni de los organizadores del viaje ni del propio hotel, que advierta del riesgo de embarcar el típico dulce. "Por lo menos que nos informen antes, que nadie nos ha avisado", lamenta otro salmantino, Eduardo García.

Quien sí estaba enterado de la controversia es Miquel Irles, originario del barrio palmesano del Puig de Sant Pere, pero confía en que la aerolínea UEP!Fly no le pondrá problema para volar a Eivissa: "Llevo ensaimadas de la Pastisseria Real para mi hijo, mi nuera y mi nieta". Sobre la política de restricciones al tradicional producto, Irles recuerda que «no hace más que perjudicar a los comercios de Mallorca» y fomentar la competencia desleal entre los hornos.

Eso mismo remarca también Susana López antes de volar a Segovia: "Flaco favor le hacen las aerolíneas a los productos locales», apunta. «Además, en el aeropuerto sí las puedo comprar y no me ponen problema. ¿Esas no pesan, o qué?", continúa López, que ha apostado por la Pastelería Ángel para comprar el dulce: "Me ofrecieron enviarlas a casa, pero he preferido hacer el gasto aquí", sonríe.

De hecho, el gerente de la Asociación de Panaderos y Pasteleros de Balears, Pep Magraner, ha considerado tras la polémica que es un «agravio comparativo» que en en el recinto de Son Sant Joan se pueda comprar ensaimadas sin restricción alguna y ha pedido «igualdad de oportunidades» en la comercialización de la ensaimada, «la embajadora de Mallorca en el mundo».