Educación y tecnología

Familias y escuelas de un municipio de Irlanda pactan prohibir los móviles a menores de 12 años

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Ni generación muda ni adictos: los jóvenes de 18 a 25 años prefieren relacionarse cara a cara antes que con móvil

El ministro de Sanidad irlandés recomienda hacer de la medida una política de ámbito nacional

Dos niños atentos a la pantalla de su móvil.

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En pleno debate sobre la caída de la comprensión lectora entre los niños y niñas catalanes en el último informe PIRLS y pocos días después de que trascendiera que Suecia ha decidido paralizar su estrategia digital en las aulas, llega de Irlanda otra noticia significativa de la preocupación que existe entre familias y profesores: Greystones, un municipio de poco más de 14.000 habitantes, se ha puesto de acuerdo para restringir el acceso al teléfono móvil a los menores.

No ha sido una decisión de los poderes públicos, ni ha venido de la mano de los políticos. Han sido los padres, madres y docentes los que han acordado que los niños y niñas menores de 12 años no tendrán acceso a los 'smartphones', según ha avanzado el diario británico 'The Guardian'. Un acuerdo que sirve para cortar de cuajo uno de los problemas más habituales que se encuentran las familias: cómo hacer frente a la presión de que tu hijo sea el único o de los únicos que no tiene móvil. Las familias de Greystones tendrán ahora mucho más fácil decir 'no' a las peticiones de sus hijos.

¿Cómo se ha gestado este acuerdo, tomado apenas hace un mes? Ha sido iniciativa de Rachel Harper, directora del colegio St Patrick, en comunión con las asociaciones de padres de las ocho escuelas de primaria del municipio, que veían con creciente inquietud que el uso de los teléfonos móviles estaba incrementando la ansiedad en los niños y exponiéndoles a contenido no adecuado a su edad. Y han visualizado que un frente conjunto puede ser clave para retrasar el acceso de los niños a los móviles al menos hasta la secundaria.

"Si todo el mundo hace lo mismo, nadie se sentirá como el raro que no tiene móvil. Y hace mucho más fácil decir 'no'", explicaba Laura Bourne, una madre con un niño aún en educación infantil. "Cuanto más tiempo podamos preservar la inocencia de los niños, mejor", argumentaba. Le da la razón Harper: "Las infancias son cada vez más cortas. A los nueve años los niños ya están pidiendo un móvil", lamenta.

Antes de esta drástica decisión, las escuelas ya habían prohibido el uso de móviles en las aulas y en la hora del recreo, pero consideraron que esa medida se quedaba corta. Ahora confían en que una medida que implica a toda la comunidad educativa reducirá el número de niños que tengan un compañero con móvil y que le pidan lo mismo a sus padres y las familias podrán presentar el 'no' como una norma general.

La medida es voluntaria, en ningún caso obligatoria. Así que es de esperar que no todas las familias la asuman, pero los impulsores creen que suficientes familias se han manifestado a favor, creando una importante masa crítica. "Esperemos que con el tiempo este límite será la nueva norma", apunta Harper.

La iniciativa ha sido acogida con interés por asociaciones de familias de todo el país y el ministro de Sanidad irlandés, Stephen Donnelly, la ha recomendado como política de alcance nacional. "Irlanda puede y debe ser líder en asegurar que niños y jóvenes no resultan dañados por las interacciones del mundo digital. Debemos hacer más fácil para las familias limitar el contenido digital al que sus hijos están expuestos", ha escrito en un artículo en 'The Irish Times'.