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Borja Vilaseca: "El autoconocimiento te libera de la jaula mental, pero se ridiculiza"

El escritor y conferenciante es un experto en eneagrama, un sistema de clasificación de la personalidad en base a nueve arquetipos

Borja Vilaseca

Borja Vilaseca / EP

Natalia Araguás

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Borja Vilaseca (Barcelona, 1981) es uno de los mayores expertos de España en eneagrama, un sistema de clasificación de la personalidad en base a nueve arquetipos: para unos una herramienta útil para detectar patrones de comportamiento y transformarlos, para otros, una pseudociencia. Emprendedor –ofrece formación a través de empresas como Terra o la Akademia–, autor de varios libros de autoconocimiento (el último, 'Tú eres lo único que falte en tu vida') y conferenciante, celebra el próximo 10 de junio Kuestiona Experience en Parets del Vallès, un festival dedicado al desarrollo personal donde sus seguidores (más de 610.000 solo en Instagram) participarán en diferentes actividades.  

 

-¿Por qué el eneagrama es una herramienta útil?

-Para mi es la mejor herramienta de autoconocimiento para empezar el camino, tras 20 años investigando. No hemos recibido educación emocional y cuando uno empieza a mirar hacia adentro el eneagrama es muy fácil de utilizar y apto para escépticos. A grandes rasgos describe nueve tipos de personalidad y te hace una radiografía bastante fiel del lado oscuro. También del lado luminoso, de tus cualidades. Y encima te habla de un proceso de transformación y te da claves muy prácticas en función de tu personalidad dominante. Además te ayuda a entender a las personas que te rodean. Mis hijos que tienen ocho y diez años y ya saben su eneatipo, ayuda a potenciar la inteligencia emocional.  

-Uno de sus proyectos es la Akademia, que imparte educación emocional para jóvenes entre 18 y 23 años. Ahora se habla mucho de la salud mental de los jóvenes. ¿Cómo los ve?

-Es uno de mis proyectos más bonitos, está ya en 54 ciudades de siete países y es gratuito gracias al altruismo de mil y pico voluntarios. A la juventud la veo igual que a los adultos, perdidísima. El sistema educativo industrial se forjó en el siglo XIX y sigue adoctrinando a las nuevas generaciones con conocimientos desfasados. No nos acompañan para adoptar una actitud basada en la sabiduría, la resilencia, en encontrar la felicidad dentro. La gente no sabe realmente quién es ni qué quiere hacer con su vida. Los adolescentes, además están en una etapa muy sensible. Al final se refugian en las drogas, en el botellón, en todo tipo de adicciones. Todo esto alimentado por las nuevas tecnologías, las redes sociales, que también generan un culto al ego, al narcisismo.

-La diferencia respecto a su juventud, según usted mismo dice en su web, es que ahora hay redes sociales y antes no.  

-Sí, yo tuve una adolescencia muy complicada por el tipo de infancia que viví, por el tipo de padres que tuve. Una familia muy disfuncional, con una madre que nos maltrató mucho psicológicamente y fue muy duro, pero bueno, al final es lo que yo tenía que vivir para hacer este viaje y esa es la motivación que me mueve a hacer todo lo que hago.

¿Por qué ve entonces peor a los jóvenes de ahora?

-Hace veinte años si tú hacías lo que el sistema te proponía podías comprar la zanahoria de que había salidas profesionales, hoy no hay ninguna garantía con los títulos universitarios. A los jóvenes de ahora les es más fácil ser valientes y que cada cual siga su propio corazón: todo es incertidumbre. Además, la educación industrial no puede competir con la robotización y la inteligencia artificial. Necesitamos potenciar lo más humano que hay en nosotros, que es la inteligencia, la creatividad, la motivación, la pasión. Así se van a prevenir más crisis de los 40, eso es otra epidemia, gente borrega expulsada del mercado laboral por el paro tecnológico. Yo veo una gran generación perdida porque somos una generación bisagra entre dos eras, la era industrial y la era del conocimiento, de la conciencia.

-Habla de revolucionar el sistema universitario. ¿Esto en qué consistiría?

-Nosotros estamos creando una comunidad educativa, online y presencial, con nuevos másteres que responden a nuevas necesidades emergentes. Por ejemplo, un máster en desarrollo personal, en autoconocimiento, en desarrollo espiritual o en pareja y sexualidad.

-También cuenta en su web que a los 20 años se fue de voluntario a Lourdes, a una oenegé en Nicaragua y que quería ser corresponsal de guerra. ¿Su actitud vital ya era de búsqueda, hay gente más espiritual que otra?

-Hace un par de años publiqué un libro sobre espiritualidad para escépticos, 'Las casualidades no existen'. Las estadísticas oficiales nos dicen que en el planeta, ocho de cada diez seres humanos, comulgan con alguna creencia o institución religiosa, aunque no sean practicantes.

-¿Usted es uno de ellos?

-No. Las estadísticas también nos dicen que dos de cada diez se consideran ateos. O sea, unos creen en Dios, otros no, pero la espiritualidad laica no está representada en las cifras oficiales. Y no es una creencia, es una experiencia transformadora. Dios es el universo y lo encuentras en tu interior. Esa espiritualidad laica que deviene gracias al autoconocimiento es en la que yo creo.

'-Vilasecta¡, bromea usted mismo en sus redes sociales. ¿Es un nuevo gurú?

-Hay mucho rechazo porque vivimos en una sociedad muy neurótica, el ego no quiere ser destronado. Eso genera enfermedades mentales. El autoconocimiento, la espiritualidad es precisamente la observación de la mente para ir más allá y reconectar. Es una experiencia que te libera de la jaula mental pero se ridiculiza, se mete en la caja de la pseudociencia, de la autoayuda. Aunque ya estaba en el templo de Delphos de la Grecia clásica escrito 'Conócete a ti mismo'. Yo era una persona que estaba profundamente trastornada y me ha cambiado la vida.

-Háblame de la experiencia mística que tuvo con 25 años.

-Un año antes había conocido el eneagrama. Yo era ateo y a raíz de esa experiencia mística, conecté con mi visión de la espiritualidad. Básicamente Borja Vilaseca desapareció. No había mente, no había pensamiento. Había un estado de conciencia, de dicha. Sentí una corriente de electricidad que me recorrió desde el coxis hasta la coronilla, me explotó la cabeza. Fue una experiencia maravillosa que me duró un mes y medio. Luego fui volviendo a mi estado ordinario de conciencia, pero me dejó un poso imborrable y al cabo de unos meses me puse a dar cursos y cambié el resto de mi vida.

-La próxima semana celebra Kuestiona Experience, el festival consciente del verano, en Parets del Vallés.

-Kuestiona es una comunidad de autoconocimiento, una universidad online, llámalo como quieras, para personas que están despertando y tienen nuevas necesidades formativas. El año pasado montamos el primer Kuestiona Experience, vinieron 600 personas, este año vamos a ser el doble, 1200. Empezamos a la una de la mañana y terminamos a las dos de la noche una masía preciosa, rodeada de naturaleza, con todo tipo de actividades para el cuerpo, la mente y espíritu. Es un lugar de encuentro para la comunidad, muchas de nuestras formaciones son online y es una manera de vernos y tocarnos.

-El programa incluye materias que llaman la atención, por ejemplo la astrología.

-Procuramos ofrecer talleres y formaciones muy prácticas y transformadoras. Luego, a raíz de lo que demanda la gente, abrimos la mente. Aunque somos muy escépticos, damos oportunidad a propuestas más disruptivas y que a veces están muy manchadas por la visión más tradicional, como puede ser la carta natal, que gusta mucho a nuestra comunidad. Tenemos un par de charlas.

-Le va muy bien empresarialmente. Tiene 21 empleados, sedes en Colombia, en Argentina. El sector del autoconocimiento está en auge. ¿Qué le diría a alguien que quiera dedicarse profesionalmente a esto?

-Lo más importante es que tu profesión sea un reflejo de quien verdaderamente eres y te cause dicha y disfrute. Si encima te genera recursos y resulta un éxito, pues qué maravilla. Pero realmente es un secttor que ya está muy masificado. Aunque la sociedad está tan mal, tan perdida que yo creo que pues cuantos más seamos intentanto inspirar a la peña, mejor. el tema es que seamos éticos, honestos y generosos.

-¿Realmente cree que la sociedad está tan mal o que tenemos más tiempo para ocuparnos de nosotros mismos que en otras épocas?

-Muy buena pregunta. Erich Fromm, un psicoanalista, decía que si tú a la mayoría de las personas les redujeras la jornada laboral de ocho a cuatro horas, aumentarían exponencialmente las neurosis, los suicidios. Hay un aburrimiento y un vacío y la gente no sabe cómo llenarlo. Por eso está emergiendo con fuerza el autoconocimiento. Otros lo llenan con el materialismo, el consumismo o la drogadicción. Al final somos una sociedad de buscadores. Todos estamos buscando algo, lo que pasa es que no todo el mundo lo busca en el mismo lugar.

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