Transporte público

La T-Mobilitat acumula ya casi 160 millones de euros invertidos en 40 contratos distintos

¿De quién depende la T-Mobilitat?

El cobro por distancia recorrida: el largo camino pendiente de la T-Mobilitat

La ATM saca a concurso el nuevo centro de control de la T-Mobilitat

La T-Mobilitat, una historia público-privada sobre querer y no poder

Soc Mobilitat: una concesión rescatada por falta de actividad

El Govern prevé que la T-Mobilitat esté operativa en toda Catalunya a finales de 2024

La previsión es que el sistema, objeto de 40 contratos distintos, cubra toda el área de Barcelona en 2024

t-mobilitat

t-mobilitat / Jordi Cotrina

Carlos Márquez Daniel

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La T-Mobilitat se pensó en 2012 pero todo empezó a cocinarse mucho antes, en el año 2000, con la integración tarifaria dentro del ámbito de la Región Metropolitana de Barcelona. En 2014 se firmó el contrato con una unión temporal de empresas que, bajo el nombre de SocMobilitat, tenía en encargo de liderar el proyecto desde el sector privado. Todo el mundo dio por supuesto que aquel contrato millonario (70,4 millones de euros) lo incluía todo. Y aunque no era así, lo cierto es que tampoco se dijo lo contrario. La idea inicial era que el nuevo título de transporte estuviera en los bolsillos de los catalanes en 2016, momento en el que todo el transporte público de Catalunya quedaría bajo un mismo manto gestor, con tarifas que ya no irían por coronas sino por distancia recorrida. A 1 de junio de 2023, la T-Mobilitat sigue desplegándose tras incontables aplazamientos. Se midió mal, se planificó peor y la concesionaria no estuvo a la altura. Pero no solo en cuanto a los tiempos; también en lo que hace referencia a la inversión, pues a aquel primer concurso público, que ha tenido que ampliarse en cinco ocasiones con cerca de 26 millones de euros para evitar la quiebra, le han seguido otros 40 que suman ya casi 160 millones de euros

Este diario ha pasado un buen rato buceando por la plataforma de contratación pública, el 'vademecum' en el que uno puede encontrar todo lo que las administraciones catalanas pagan a empresas privadas para que desarrollen algún trabajo vinculado con el sector público cuando este no puede asumirlo. Recuerden que ahí aparecen todos los proyectos que están por encima de los 15.000 euros, que es el tope a partir del cual la elección a dedo tiene que dejar sitio a la licitación por concurso.

¿Para el 2024?

No solo la ATM está implicada en estas convocatorias ligadas a la T-Mobilitat. También operadores como Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) y Sermetra (participada por la ATM), además del Departament de Territori, han ido hinchando el globo del nuevo título de transporte cuya última previsión del Govern es que ya esté desplegado en todo el entorno de Barcelona en algún momento de 2024. Quedarán pendientes un par de asuntos: la llegada de la T-Mobilitat al resto del territorio (sin fecha y en manos del Govern) y el cobro por distancia recorrida, para el que, por supuesto, tampoco hay calendario pero supone la verdadera razón de ser del invento porque derribará el viejo sistema tarifario por coronas.

La T-16, integrada en la T-Mobilitat como título individual

La T-16, integrada en la T-Mobilitat como título individual / Carlos Márquez Daniel

La ATM, como es lógico, es con diferencia la que más dinero ha destinado a la T-Mobilitat. Son un total de 30 licitaciones por valor de casi 102 millones de euros, a los que hay que sumar las cinco ampliaciones de capital al contrato madre de SocMobilitat, por valor de 26 millones de euros, tal y como confirma Pere Torres, director general de la ATM. El responsable de este organismo, sin embargo, lamenta, en conversación con este diario, que en 2014 se diera por sentado que esos 70 millones iniciales (58, si se le quita el IVA) servirían para desarrollar todo el proyecto, "cuando ni mucho menos era así". Él llegó en febrero de 2016, con la casa medio en llamas.

En la tabla monetaria, a la ATM le sigue Territori, que con solo un concurso a su nombre acumula un gasto de más de 21 millones de euros. El contrato hace referencia a la puesta en servicio y mantenimiento de la maquinaria del nuevo sistema de billetaje de la T-Mobilitat en Lleida, Girona y Camp de Tarragona, pues es el Govern quien comanda las cosas del título de transporte allende las seis coronas implicadas de la capital catalana.

Este contrato se formalizó en agosto de 2022 y está dividido en tres lotes, dos de los cuales los ganó Indra, precisamente una de las empresas que forman parte de SocMobilitat, donde también están Caixa Bank, Fujitsu y Moventia. Una UTE que ha sido sancionada como mínimo en siete ocasiones por la ATM, lo que no ha evitado que estas compañías puedan seguir optando a nuevos pedazos del pastel.

De hecho, Indra ha cosechado otras dos licitaciones. Con la ATM formalizó un contrato en septiembre de 2022 por un valor de 1,2 millones de euros, y hace referencia al "desarrollo e implementación de nuevas funcionalidades en los terminales de validación sin contacto T-Mobilitat tipo Indra para acceder directamente al transporte con tarjeta bancaria EMV".

También en abril de 2022, esta compañía se llevó otro concurso de corte similar. Montante: 1,3 millones de euros. Con estas tres licitaciones, además del contrato madre de SocMobilitat, Indra ha levantado en estos años un total de 18,9 millones de euros.

Indra y la consulta de la Diagonal

En noviembre del año pasado, Indra fue sancionada con 23.500 euros por parte de la Autoritat Catalana de Protecció de Dades por los errores en la web de la T-Mobilitat que en 2021 dejaron al descubierto datos de los usuarios. Esta misma compañía ya pasó por momentos delicados tiempo atrás. Fue la adjudicataria de la plataforma de voto de la consulta de la Diagonal, organizada por el Ayuntamiento de Barcelona del 10 al 17 de mayo de 2010. Los problemas a la hora de depositar el sufragio de manera digital se sucedieron durante toda la semana. Incluso el entonces alcalde, Jordi Hereu, tuvo que simular que votaba, puesto que el ordenador que le tocó no paraba de dar error. Luego trascendió que su papeleta virtual no se había podido validar. Indra aceptó el fiasco y rebajó a casi la mitad una factura municipal de 450.000 euros. Aclara Torres que Indra tiene dos divisiones: "Una destinada a defensa y transportes, que es la nuestra, y otra dedicada a temas electorales", que sería la de la consulta de la Diagonal.

Del resto de firmas de SocMobilitat, también Fujitsu aparece en otra licitación, aunque en este caso su candidatura todavía no ha cristalizado y está en evaluación por parte de TMB, la empresa contratante que en este caso busca alguien que se haga cargo del servicio de copia de seguridad del SIC T-Mobilitat de la compañía. Presupuesto de licitación: 90.750 euros. El resto, Caixa Bank y Moventia, no aparecen en ninguno de los otros 40 contratos vinculados a la tarjeta, aunque esta segunda forma parte del más de medio centenar de operadores de transporte en los que se está implementado el nuevo sistema de validación magnético.

Repetidoras

Por número de licitaciones conseguidas, de los 41 contratos vinculados a la T-Mobilitat desde 2014, hay dos empresas que empatan a siete victorias: Deloitte y Smarting Engineering. En números absolutos, y al margen del contrato de SocMobilitat, esta segunda compañía es la que más dinero ha conseguido -casi 11 millones de euros-, por la gestión de proyectos vinculados a las plataformas tecnológicas que permiten la interacción con los usuarios. La consultoría Deloitte (que de hecho tiene ocho adjudicaciones, pues de un concurso de quedó los dos lotes), aparece casi siempre bajo el epígrafe de "asistencia técnica" a distintas áreas de la ATM, se ha llevado 4,2 millones de euros.

Entre pitos y flautas, el dinero invertido o en vías de invertir en contratos públicos vinculados a la T-Mobilitat asciende a unos 155 millones de euros. Si se añade el gasto de mantener los títulos de cartón (unos seis millones de euros anuales, cifra admitida por la propia ATM), y teniendo en cuenta que la tarjeta magnética recargable debía estar a punto hace siete años, cabría la tentación de añadir otros 40 millones de euros a la caja roja. En cualquier caso, muy lejos de los 70 iniciales, cuando todo el mundo pensaba que con eso ya bastaba. Y no.

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