Aprender a ser maestro con las escuelas del entorno

La construcción de la identidad docente es un camino que tiene que recorrer cualquier persona que aspire a ser maestro. Este proceso no solo implica la adquisición de unos conocimientos pedagógicos, sino también acumular tanta experiencia como se pueda en un entorno real, en las aulas y con los niños y niñas. Todo ello, para reflexionar sobre las propias prácticas educativas y desarrollar una comprensión profunda de los valores y del significado de enseñar y aprender. Porque, afrontar la cotidianidad dentro del aula permite comprender el alcance de lo que realmente significa ser maestro y aprender a actuar como tal. 

Con el objetivo de acompañar a los futuros docentes en este camino, la Facultat d’Educació, Traducció, Esports i Psicologia de la UVic ofrece a los estudiantes de los diferentes grados en Magisterio propuestas formativas innovadoras, que permiten esta inmersión a la realidad profesional. Más allá de los periodos de prácticas ordinarios establecidos, estas actividades son una constante en el plan docente y desde el primer día fomentan que la práctica dé sentido a la teoría en todos los estudios del ámbito que imparte la universidad: grado en Maestro de Educación Infantil, grado en Maestro de Educación Primaria, y dos dobles grados, de Educación Primaria y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte con Mención en Educación Física, y de Educación Infantil y Primaria con Mención en Lengua Inglesa.

Contacto con la escuela

Una de estas propuestas es el programa Mentoria i Identitat Docent, con el cual todos los estudiantes de primer curso pasan un día a la semana, durante todo el año, en las aulas de una escuela. “Maestros del presente acompañan maestros del futuro en el contexto de la docencia universitaria”, afirma el decano de la facultad, Eduard Ramírez. El programa se puso en marcha hace seis años con las escuelas de Vic y, desde entonces, ha incorporado a las de Gurb, Calldetenes y, desde este último curso, a los cinco centros de Manlleu. Según Ramírez, “representa una magnífica oportunidad para que el estudiante pueda saber desde un principio si lo que está haciendo es realmente lo que le gusta y no tendrá que esperar a cursos posteriores para experimentarlo, cuando se hacen las prácticas lectivas”. 

Estas estancias en las escuelas, justo cuando el futuro maestro está empezando sus estudios, suponen una inmersión real en las aulas y permiten contrastar la teoría con la práctica a medida que ésta se va aprendiendo, así como conocer, de verdad, el funcionamiento de una escuela y el día a día del docente. Una figura clave para el éxito del proyecto es el maestro-tutor, que acompaña al estudiante en su paso por la escuela y que, como todo el programa, se inspira en prácticas de los grados en Magisterio de universidades del norte de Europa. Y, a la vez que los estudiantes van a las escuelas, los maestros entran en la universidad en un proceso de doble vía, que tiene como objetivo reforzar la red y las relaciones entre la universidad y los centros del territorio. Se proponen espacios de reflexión conjuntos, en forma de seminarios, en los que maestros-tutores, profesorado universitario y futuros maestros debaten sobre el perfil y las competencias que tienen que desarrollar durante su formación inicial y de acuerdo con la realidad escolar.

‘Escola i Universitat’

Paralelamente, la Facultad también lleva a cabo el proyecto Escola i Universitat.

En este programa, son los niños y las niñas de las escuelas de Vic y de Gurb, tanto de Educación Infantil como de Primaria, los que se desplazan a la universidad. Allí se encuentran con los estudiantes de Magisterio y hacen actividades formativas que éstos han diseñado previamente y trabajado en el marco de una asignatura, y que ponen el foco en la innovación educativa y la gestión del aula. Estas actividades, que se llevan a cabo una mañana o una tarde a la semana durante medio semestre, están relacionadas con la comprensión lectora, las matemáticas, la investigación científica, la música, la expresión dramática, el inglés, la educación física, las ciencias sociales y los recursos literarios, artísticos y digitales, y se llevan a cabo en los laboratorios, en el aula de Educación Visual y Plástica o en la de Música que tiene la Facultad.

“Esta experiencia permite vivir la profesión de una forma más vivencial, aprender a planificar, a saber reaccionar cuando se encuentran con alumnos con diferentes necesidades, a tener planes B cuando lo que han preparado no funciona”, afirma el decano. Este año se han incorporado al programa las escuelas de adultos de Vic y Manlleu, la cual cosa aporta diversas ventajas en diferentes niveles. Según Ramírez, “representa dar visibilidad a una etapa formativa que a veces no se contempla suficiente cuando se estudia el grado”. Además, ofrece a los estudiantes la oportunidad de aprender de los profesores de adultos, que tienen una formación y una experiencia singulares, y de desarrollarse en un contexto docente diferencial.

Espacios de simulación

La simulación como metodología de aprendizaje en la formación de los maestros también es un rasgo de la formación de la UVic, que dispone de espacios especialmente pensados para este tipo de docencia en los que se aprende a aplicar las habilidades pedagógicas adquiridas. Los estudiantes pueden adquirir una experiencia realista y ganar confianza antes de entrar al entorno real.