Riesgo de incendios en Catalunya

La mitad de municipios catalanes con bosque no disponen del plan de delimitación obligatorio

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Incendio en Pont de Vilomara

Incendio en Pont de Vilomara / FERRAN NADEU

Guillem Costa

Guillem Costa

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Hace 20 años que una normativa estatal (Ley 5/2003) exige un plano de delimitación de zonas boscosas a los municipios con terreno forestal. Se trata de un documento primordial para la prevención de incendios. El problema es que en Catalunya de los 600 ayuntamientos obligados a tener este plano, la mitad aún no lo han redactado.

La situación se arrastra desde hace tiempo, ya que son pocos los consistorios que han terminado este documentos en los últimos meses. Uno de ellos, Sant Pere de Vilamajor (Vallès Oriental), preparó un proyecto en noviembre y lo aprobó en enero. Este pueblo de más de 4.000 habitantes sufrió un importante incendio en una de sus urbanizaciones en 2017. También Cistella (Alt Empordà) o Montbrió del Camp (Baix Camp), por poner dos ejemplos de fuera de Barcelona, tienen el escrito publicado.

Este plano es clave para evitar que un posible fuego acabe afectando las casas

Sin embargo, estos casos no son representativos: unos 300 municipios tienen todavía la asignatura pendiente. La mayoría de estos pueblos o ciudades tienen urbanizaciones o directamente viviendas que colindan con el bosque. En estos casos, un plano actualizado es clave para evitar que un fuego afecte a las casas, como ya ocurrió hace un año en la urbanización River Park de El Pont de Vilomara (Bages).

"Es prioritario que todo el mundo esté resguardado. Las urbanizaciones y núcleos urbanos necesitan las medidas de autoprotección", subraya Anna Santijas, Directora General d'Ecosistemes Forestals, en declaraciones a EL PERIÓDICO.

Demasiado bosque

¿Y por qué hay tantos inmuebles en medio de zonas boscosas? Principalmente por dos motivos. El primero es que en los últimos años el porcentaje de masa forestal ha aumentado en Catalunya. Es decir que los árboles fueron ganando terreno y se acercaron peligrosamente a las casas.

"En Catalunya, tenemos dos millones de kilómetros cuadrados de área forestal y hemos descuidado el bosque. No podemos darle vuelta a la situación en poco tiempo. Pero empezamos a cambiar la inercia poco a poco", explica Sanitjas.

Incendio en El Pont de Vilomara

El incendio en El Pont de Vilomara, en 2022. / JORDI PUJOLAR/ACN

La segunda causa es la permisividad de décadas atrás a la hora de tolerar estas urbanizaciones autoconstruidas. A día de hoy no tiene sentido que existan porque están en zona de riesgo, pero cuando se edificaron eran legales.

"Las franjas de protección son como los cinturones de seguridad en la carretera"

— Anna Sanitjas

Ahora, años después de que estos espacios periurbanos proliferaran, la Conselleria d'Acció Climàtica considera que es importante que los ayuntamientos tengan controlado el plano de las zonas de bosque.

De esta forma, se podrá saber con exactitud qué municipios cumplen con las franjas obligatorias y cuáles no. Estas franjas de protección consisten en un espacio de distancia que se debe dejar entre edificios y arboledas. "Son como los cinturones de seguridad en la carretera", dice Sanitjas.

Facilitar el trabajo

¿Qué información aparece en estos documentos de prevención? Deben contener una lista de urbanizaciones y edificios, la localización de estos espacios sobre un mapa comarcal detallado, las franjas de protección existentes o pendientes de ejecutar y finalmente, un documento con las fases de trabajo para cumplir con estos "cinturones de seguridad" esenciales.

Incendio en Calafell el 15 de marzo.

Incendio en Calafell el 15 de marzo. / Bombers de la Generalitat

Esta última tarea es responsabilidad de los propietarios de los bosques, que normalmente se encuentran en terrenos privados, y en segundo lugar del ayuntamiento. En los últimos años, las diputaciones han ofrecido ayudas a los pueblos para que redacten estos planos de delimitación que aseguran las franjas. Pero aun así, la mitad de municipios siguen sin enviar sus mapas y papeles necesarios a la Generalitat.

Ante esta situación, el Govern ha decidido tomar cartas en el asunto: "No podemos entrar y hacer las franjas, pero sí podemos incentivar, coordinarnos con los ayuntamientos y dar ayudas para que se realicen". Con este objetivo, el Departament ha dispuesto 1,5 millones de euros. "La Generalitat y las diputaciones damos apoyo porque se trata de un proceso difícil", admite Sanitjas.

Macizos en riesgo

Desde el Govern, reconocen que a menudo los municipios lo tenían complicado para acceder a las ayudas porque había poco tiempo para ejecutarlas. "Esto ha cambiado y de hecho nos planteamos pedir una prórroga a la Unión Europea para dar más margen de tiempo a los propietarios a la hora de hacer gestión forestal", añade.

Trabajos de hace pocos días en el macizo del Garraf.

Trabajos de hace pocos días en el macizo del Garraf. / Albert Segura

Desde la 'conselleria' destacan que nunca se había dedicado tanto dinero a la prevención de incendios. Consideran que la situación es grave: "Con la actual sequía, los bosques están en emergencia total".

En el pueblo de Olivella, en el macizo del Garraf, por ejemplo, ya han empezado las tareas para reducir el riesgo de incendio. En este caso, la Generalitat ha activado a bomberos, agrupaciones de defensa forestal (ADF), propietarios y ayuntamiento para encauzar la labor en una zona que sufrió fuegos el año pasado. Sin embargo, no siempre es fácil poner de acuerdo a propietarios y municipios.

Para los macizos donde hay riesgos importantes, precisamente, Acció Climàtica está elaborando unos documentos de protección para marcar los perímetros forestales y actuar de forma preventiva. Primero, se redacta el plan y después se empieza a trabajar. Es un proceso que ya está en marcha pero del que todavía queda trabajo por hacer, ya que está pensado a cuatro años vista.

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