Infraestructuras en riesgo

La crisis climática pone en riesgo 24 carreteras y vías de tren en Catalunya

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Las lluvias torrenciales y las rachas de viento amenazan especialmente a la línea de tren del Maresme

Carretera destrozada por el desbordamiento del río Tordera.

Carretera destrozada por el desbordamiento del río Tordera.

Guillem Costa

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Los efectos de la crisis climática amenazan cada vez más infraestructuras catalanas. En los últimos años se ha comprobado una y otra vez: durante el temporal Gloria, con el fuerte oleaje en las comarcas del Ebro o con los episodios de lluvias torrenciales en el Maresme, para poner tres ejemplos icónicos.

Ahora, un estudio elaborado por el Govern pone datos exactos a las consecuencias de los fenómenos meteorológicos sobre vías de tren y carreteras. En total, se han detectado 24 impactos potenciales en la red ferroviaria y de tráfico.

El informe lo ha presentado esta semana la secretaria de Acció Climàtica, Anna Barnadas, en una jornada sobre los efectos de la crisis climática en las infraestructuras catalanas. Las conclusiones de este documento se han incluido en la Estrategia Catalana de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030 (ESCACC30).

El 30% de la red viaria y ferroviaria está expuesta a temperaturas máximas diarias de 35ºC

En el caso de los trenes, los problemas más graves que se prevén son lluvias intensas, inundaciones o deslizamientos. Sobre todo, como era de esperar, están afectadas principalmente las líneas costeras, como la R1 de Rodalies (la línea del Maresme). Las precipitaciones extremas y las potentes rachas de viento también amenazan a la red viaria.

Con el temporal Gloria, se derrumbó el puente de la Tordera. Las afectaciones en trenes y carreteras duraron meses. En el estudio de la 'conselleria' se detalla que la solución definitiva para la R1 de Rodalies es trasladarla al interior.

Sin embargo, se reconoce que es una medida cara y difícil de poner en marcha, por lo que se proponen algunas soluciones momentáneas que suavicen los efectos de los temporales sobre esta línea, como la ampliación de barreras protectoras o la construcción de escolleras.

Temperaturas extremas

Esta evaluación de los posibles impactos del cambio climático propone hasta 16 líneas de actuación para reducir la vulnerabilidad del sistema. Un ejemplo es esta propuesta sobre la R1. A parte de las lluvias torrenciales, hay otro peligro acechando: los episodios de calor extremo.

Ante las altas temperaturas, los materiales de resistencia tanto de vías de tren como de carreteras se resienten y se degradan. Las zonas de Catalunya que más sufrirán esta consecuencia son comarcas de Girona como el Empordà y la mitad sur de las provincias de Lleida y Tarragona.

De hecho, el 30% de la red viaria y ferroviaria está expuesta a temperaturas máximas diarias y reiteradas de 35ºC. En el Cap de Creus y el interior de las comarcas del Ebro, el calor se suma a otro peligro: el elevado riesgo de incendio. Todos estos efectos ya se han percibido en los últimos años, pero en un futuro se pueden hacer todavía más notorios. Todos ellos conllevan costes económicos y sociales. Por este motivo, el informe propone actuar urgentemente.

La intención de estas acciones tiene que ser, siempre según el documento, adaptar las infraestructuras a los posibles impactos. Se puede mejorar la capacidad de drenaje de alguna vías para evitar inundaciones, reforzar los taludes, prevenir daños por altas temperaturas o mejorar la protección solar de algunas instalaciones. También se propone mejorar el confort climático dentro del transporte público durante las olas de calor.

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