Enfermedad discapacitante

El 26% de los españoles sufre dolor crónico, sin una adecuada respuesta del sistema sanitario

"Mi enfermedad es el dolor y la sociedad no está preparada para comprenderlo"

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Más de una cuarta parte desconoce la causa y solo uno de cada cuatro son tratados en las unidades del dolor, con una lista de espera de 11 meses

Conocer los factores ambientales para prevenir el dolor.

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Patricia Martín

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La prevalencia del dolor crónico, aquel que se padece de forma continua durante más de cuatro días a la semana y se extiende más de tres meses, va en aumento. El barómetro del dolor crónico en España, presentado este martes, ha detectado que lo sufren uno de cada cuatro españoles, casi un 26% de la población adulta, cuando estudios anteriores cifraban su incidencia en entre un 17% y un 20% de la población.

Las causas de este aumento se desconocen y no han sido investigadas por el barómetro, pero el estudio demoscópico, efectuado con más de 7.000 entrevistas, sí que permite tener una radiografía de la situación actual del dolor crónico en el territorio español. Una imagen que demuestra que sufren esta enfermedad tan discapacitante sobre todo las mujeres, con una prevalencia del 30,5%, frente a un 21,3% de hombres.

Asimismo, la edad contribuye a su propagación y las personas entre 55 y 75 años son el grupo de edad con más dolores crónicos. Padecimiento que persiste en el tiempo, con una duración media de 6,8 años y una intensidad que un 4% tacha de insoportable y un 67% de alta. Y es que el sistema sanitario no siempre ofrece una respuesta adecuada. De hecho, un 27% desconoce la causa de la enfermedad, lo que dificulta su abordaje y puede contribuir a que se cronifique.

Unidades del dolor

Como sucede con el resto de enfermedades, la Atención Primaria es el servicio de referencia, usado por un 86% de los pacientes con dolor crónico. Y, entre las especialidades, destaca la Traumatología, dado que el 58% de los enfermos padecen dolor lumbar, el 50% contracturas, el 46% dolor cervical, el 33% artrosis y el 33% osteoporosis.

Sin embargo, cuando el dolor no remite, es grave y multicausal, lo recomendable es que los pacientes sean derivados a unidades del dolor, donde trabajan profesionales de distintas especialidades y se usa una amplia gama de tratamientos, que van desde la medicación hasta estimulación eléctrica, rehabilitación, apoyo psicológico, etc. El problema es que hay pocas unidades y la mayoría están desbordadas.

"Los pacientes se quejan de que no les derivan y, cuando lo hacen, las unidades están saturadas [...] Solo una cuarta parte de las personas con dolor crónico son atendidas y el tiempo de espera es de 11 meses", ha destacado Inmaculada Failde, directora del Observatorio del Dolor de la Universidad de Cádiz, coautor del barómetro junto con la Fundación Grünenthal.

Bajas laborales

El estudio detalla que existen en España 417 unidades del dolor, pero la mayoría (el 53%) en hospitales de gestión privada. De ahí que los autores del barómetro reclamen a las administraciones sanitarias que se creen más servicios de este tipo y que se aborde el dolor crónico "desde una perspectiva biopsicosocial, como una prioridad sanitaria", según ha reivindicado Juan Quintana, director de la Fundación Grünenthal.

Para ello es necesario mejorar la formación de los futuros médicos y los ya existentes, invertir en investigación y mejorar la atención, para reducir los tiempos y perfeccionar la coordinación dentro del sistema.

Salud mental

El sondeo también revela que el dolor crónico es muy discapacitante, de forma que casi el 60% de los pacientes tiene alguna dificultad o es incapaz de hacer tareas cotidianas como levantarse de una silla o de la cama. Asimismo, el 28,6% de los enfermos han requerido baja laboral con un tiempo medio de cinco meses y, de ellos, el 32% ha tenido que abandonar su trabajo y el 17% cambiar de puesto dentro de la misma empresa.

En este contexto de dificultades, el 22% de los pacientes sufre depresión y un 27% ansiedad, lo que evidencia, según los autores, la necesidad de integrar la salud mental en la atención al dolor crónico.