María Márquez-González: “También en la vejez hay que tener una hoja de ruta”

La doctora en Psicología clínica y colaboradora del programa ‘Siempre Acompañados’ de la Fundación ‘la Caixa’ reclama una estrategia nacional contra la soledad

María Márquez

María Márquez / María Márquez, col·laboradora del programa Sempre Acompanyats de la Fundació ”la Caixa”, doctora en Psicologia Clínica i de la Salut, investigadora i professora titular al Departament de Psicologia Biològica i de la Salut de la Facultat de Psicologia de la UAM.

Montserrat Baldomà

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La soledad no deseada es un sentimiento demasiado frecuente entre las personas mayores. Para María Márquez-González, doctora en Psicología Clínica y de la Salud, investigadora y profesora titular del Departamento de Psicología y de la Salud de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y colaboradora del programa ‘Siempre Acompañados’ de la Fundación ‘la Caixa”, también en la vejez es fundamental seguir enganchado a un proyecto de vida que ilusione. 

- Más de un 11% de la población española está en situación de soledad no deseada. Todo un reto.

-Enorme. La soledad es una experiencia muy compleja que se relaciona con otras muchas, como depresión, ansiedad y aislamiento, y con merma de salud física y psicológica, lo que supone un alto coste humano y económico. El desafío es tal que, como no lo abordemos pronto, con un buen análisis y una buena identificación de las herramientas necesarias para cambiarlo, estamos listo. Hay muchas ganas y muchas iniciativas a nivel de entidades locales y fundaciones, pero lo que se echa en falta es una estrategia nacional de la soledad. Un director o directora de orquesta.

-En el programa ‘Siempre acompañados” hablan de empoderar a los personas mayores para que gestionen su soledad. ¿Cómo se consigue?

-La gestión de la soledad es la gestión de la vida. No podemos luchar contra la soledad sin tener claro qué queremos instalar en su lugar. Hay que trabajar con la persona para que haga una reconexión con sus fuentes de sentido, de refuerzo, de gratificación, lo que le hace estar viva. Tener una hoja de ruta. Y eso empodera.

-Esa gestión será diferente según la edad. 

-Lo importante es tener proyectos, adaptándote a las circunstancias. No resignándote, sino adaptándote a esas circunstancias, ya sean de salud, de movilidad, de pérdida de capacidad funcional, que nos imponen unos escenarios un poco más limitados, pero eso no impide seguir teniendo proyectos vitales, una hoja de ruta. En gerontología se habla del ajuste flexible de las metas. Vivir la vida de una manera que, a pesar de las restricciones, merezca la pena ser vivida. Hay que estar enganchado a un proyecto de vida que ilusione. 

- ¿Envejecemos como vivimos?

- Tiene mucho que ver, es una de las claves. En la vida vamos sembrando relaciones, formas de conectar con los otros, aprendizajes, percepción de que podemos aprender cosas. Si no siembras, luego es muy difícil cultivar tu jardín vital, porque no tendrás las habilidades o los hábitos necesarios. El envejecimiento se prepara y envejecemos con las herramientas y el enfoque que hemos ido adoptando durante la vida. 

- ¿Cómo nos tenemos preparar?

- Una de las claves es conocernos, descubrirnos, tener espacios durante la vida para plantearnos las preguntas de qué me gusta, qué me hace feliz, qué cosas hacen que mi vida tenga sentido, qué cosas me aportan experiencias que me gustaría seguir teniendo, en qué direcciones quiero caminar, qué plantas quiero cultivar en mi jardín. Y cultivar esas plantas toda la vida. Pero no una o dos plantitas, no; hay que cultivar varias, un jardín vital diverso, porque esta riqueza da flexibilidad psicológica, que es otra de las claves del envejecimiento. 

- ¿Tenemos que poner en valor la vejez?

- Esa es una asignatura pendiente desde hace mucho tiempo, Una sociedad que no valora de verdad el bienestar de los mayores y la riqueza que aportan no es sostenible. Es una tarea urgente, porque son activos que desperdiciamos. La sociedad saldría ganando, y mucho.

- ¿Otra asignatura pendiente es la relación intergeneracional?

-Sí, es otra de las claves. La propia arquitectura de las ciudades, de nuestros espacios, debería permitir mucha más convivencia entre generaciones. Ahora hay segregación. Hemos acabado apartando a los mayores, no ha sido intencionado, pero el resultado es que los hemos ido arrinconando. Para luchar contra la soledad de las personas de todas las edades tenemos que poder encontrarnos en nuestros espacios cotidianos, y poder pararnos a compartir una conversación, unas palabras, una sonrisa…para así, entre todos, construir una sociedad más conectada en la que la soledad cada vez tenga menos lugar.

Un futuro de oportunidades

EL PERIÓDICO y Fundación ‘la Caixa’ dan voz a los perfiles sociales, culturales y científicos que con su esfuerzo están creando una sociedad con más oportunidades para todos.