Crisis climática

Catalunya pierde una cuarta parte de su agua potable por culpa de las fugas

La ACA eleva los escapes a 134.300 millones de litros y evita señalar a ningún municipio en concreto porque cree que es un problema generalizado

El embalse de Darnius Boadella y el río Muga bajo los efectos de la sequía

El embalse de Darnius Boadella y el río Muga bajo los efectos de la sequía / DAVID APARICIO

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Catalunya pierde una cuarta parte (24%) de su agua potable por culpa de las fugas en la red de distribución. Es decir, solo el año pasado se perdieron por las tuberías de la red catalana 134.300 millones de litros, 134 hectómetros cúbicos. Los datos los dejó caer el PSC durante la cumbre contra la sequía que el viernes sentó a todos los partidos políticos con el fin de consensuar las nuevas propuestas para hacer frente a la sequía y 'Rac1' ha puesto cifras a la problemática este domingo.

Sin esos escapes, Catalunya tendría el doble de reservas de agua de las que tiene ahora y no habría alerta por sequía, apunta la información. Las cifras, facilitadas por la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), trascienden después de la cumbre, que se cerró sin un acuerdo sobre las multas a municipios. De hecho, el Govern permitirá llenar las piscinas municipales "por razones de salud pública".

Con los 134.300 millones de litros perdidos en 2022 se podría llenar casi todo el pantano de Sau y Catalunya tendría el doble de reservas, que también indica que el porcentaje de agua que se pierde en Catalunya es ligeramente inferior al que se malgasta en el resto de España y está en la media europea. De hecho, la ACA no ha señalado con el dedo a ningún municipio en concreto porque cree que es un problema generalizado.

El fracaso de la cumbre

El Govern y los partidos se reunieron el viernes en Palau en una cumbre que debía acordar medidas para hacer frente a la sequía, pero la cita se zanjó sin acuerdo. El principal escollo fue la aplicación de la moratoria al régimen sancionador: si bien la propuesta de Acció Climática fijaba para junio el inicio de las multas, la última oferta fue trasladarla a julio, pero el PSC defendió que debía ser en septiembre, es decir, después de la temporada estival. Algo que el Executiu considera inaceptable por cuanto sin el elemento disuasorio de las multas, la prevista llegada al estado de emergencia, es decir, a las restricciones en el consumo doméstico, ahora previstas para septiembre, podría adelantarse.

La cercanía de las elecciones municipales impactó de lleno en la reunión, pero el Executiu decidió que sacaría adelante las medidas que propuso pese a los desencuentros. ERC y PSC se enzarzaron el sábado culpándose mutuamente del fracaso, pero se instaron a seguir negociando. Ahora bien, el Govern no prevé convocar un nuevo encuentro en los próximos días, aunque sí dialogará con las fuerzas políticas del Parlament para impulsar medidas concretas.

La 'consellera' de Acció Climàtica, Teresa Jordà, ha dicho en RAC1 que conoce las dificultades de los municipios, especialmente de los pequeños, pero ha defendido que haya un régimen sancionador "que solo sirva como efecto disuasorio". "El régimen sancionador es disuasivo: si un municipio empieza a hacer unas obras y estas obras tiene que estar finalizadas en un año, lo que haremos es el seguimiento de cómo empiezan y cómo avanzan. Si después de dos años no se han hecho, pues hay que aplicar sanciones", ha argumentado.