ENTREVISTA

Francisco J. Pérez-Invernón: “El riesgo de incendios por rayos va en aumento”

El físico malagueño cursa un posdoctorado en el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) gracias a una de las 105 becas de doctorado y posdoctorado de la Fundación ‘la Caixa’

Francisco Javier Pérez Invernón

Francisco Javier Pérez Invernón / David Campos / Fundación 'la Caixa'

Montserrat Badlomà

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En el mundo se registra una media de 45 rayos por segundo, un 30% de los cuales llega a tocar tierra, pudiendo causar un incendio forestal. Las predicciones apuntan a que tendremos más rayos y, por tanto, más incendios. De rayos sabe, y mucho, Francisco Javier Pérez-Invernón, doctor en Electricidad Atmosférica que ahora cursa un posdoctorado en el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) gracias a una de las becas de la Fundación “la Caixa”, con las que la institución apoya el talento investigador. El físico malagueño es uno de los 105 investigadores que esta semana han recibido formalmente la beca de doctorado o posdoctorado en una ceremonia celebrada en Barcelona.

- Los rayos no son las únicas descargas eléctricas que ocurren en las nubes. ¿Son, sin embargo, las más peligrosas?

-Sí, sin duda, porque llegan al suelo. Las otras descargas, del tipo corona, son plasmas fríos, la temperatura es la misma que la del aire. En cambio, el impacto de un rayo llega a miles de grados.

-No todos los rayos son iguales. ¿Cuáles son los que tienen más probabilidades de provocar incendios forestales y por qué?

-Los más peligrosos son los de corriente continua, que suponen un 10% del total. Además de impactar en el suelo, se quedan conectados durante mucho tiempo y durante este lapso, decenas o centenas de milisegundos, están transmitiendo carga. Y elevan tanto la temperatura del objeto con el que han impactado que es más fácil que produzcan un incendio. Los menos peligrosos son, obviamente, los que ocurren entre nubes y los nube-suelo típicos que pueden ser muy impulsivos, pero con una descarga muy corta, poco más de un milisegundo.

- La investigación que lidera en el IAA-CSIC dibuja un panorama desolador para antes de que acabe el siglo. Más rayos y, por ende, más incendios forestales.

-A nivel global, la mayoría de los modelos predice que los rayos podrían crecer un 40%. Aunque siempre se ha especulado con que los rayos de corriente continua son los que tienen más probabilidades de producir un incendio no había ningún estudio sistemático. Nosotros hemos podido corroborarlo utilizando datos de incendios y rayos vistos desde el espacio en verano de 2018 en EEUU.

- ¿Qué porcentaje de los incendios forestales imputamos a los rayos?

- Los rayos son la principal causa de incendios naturales en el mundo. En zonas muy pobladas, como la península ibérica, casi todos los incendios son provocados por el ser humano y solo el 5% son producidos por rayos.

- ¿A qué obedece ese incremento de los rayos? 

-Al cambio climático. Al tener una atmósfera más caliente podemos pensar que habrá mayor convección, mayor inestabilidad y más tormentas. Y a mayor temperatura y sequía, más riesgo de incendios. Por cada grado de más de temperatura, los rayos aumentan un 11%; un 10% en el caso de los de corriente continua. Eso sin hablar de las tormentas secas, aquellas en las que la alta temperatura en niveles cercanos al suelo favorece que las gotas de lluvia se evaporen antes de tocar tierra, lo que hace aumentar la probabilidad de que un rayo produzca un incendio. 

-Y la cuenca mediterránea es, según su estudio, una de las zonas más amenazadas. ¿Nos ponemos a temblar?

-Sí, es una zona en la que esperamos más sequía, aumento de la temperatura y más rayos, así que crece el peligro de incendios.

- ¿Estamos a tiempo de evitar ese desastre? 

-Sí. Si consiguiésemos emitir menos gases de efecto invernadero, estaríamos yendo a escenarios de cambio climático más optimistas y probablemente habría menos riesgo de incendios por rayos. 

-Por cierto, los incendios también contribuyen al cambio climático.

-Porque transforman en gas el CO2 que estaba asimilado en el suelo por la vegetación. En latitudes polares hay mucho carbono en el permafrost, acumulado en el suelo, y un incendio puede contribuir a que ese permafrost se funda y se libere el carbono. Por eso hay mucho interés en estudiar esa área. 

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