"Fuera agresores de la universidad": un centenar de alumnos acusa a la UAB de encubrir el acoso sexual

"Fuera agresores de la universidad". Este es el grito que han enarbolado este martes un centenar de personas durante una concentración convocada en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) en denuncia a los casos de acoso sexual en la institución denunciados en las últimas semanas. "¿Cómo nos vamos a sentir seguras en una universidad que encubre casos tan graves de acoso sexual? ¿Cómo se supone que vamos a ir tranquilas a clase si no sabemos si hay más casos como estos en nuestras aulas?", denuncia Nerea P., estudiante de filosofía de 22 años, en las puertas de una manifestación que ha reunido a un gran número de alumnos de grado, estudiantes de doctorado y personal docente e investigador de la universidad.

La semana pasada se dieron a conocer dos casos de acoso sexual de profesores a alumnas ocurridos entre las paredes de esta universidad catalana. El primero, en la facultad de Física. El segundo, en la de Letras. En ambos casos, la comunidad académica denuncia la falta de agilidad de los protocolos para hacer frente a este tipo de situaciones. Sobre todo porque, según denuncian fuentes cercanas a estos casos, los docentes acusados de acoso sexual siguieron dando clase en la universidad hasta que se destaparon sus respectivos casos. 

Los manifestantes reunidos este martes acusan a la universidad de "encubrir" estos casos de acoso sexual y denuncian que el rectorado no actuara antes para apartar a los docentes implicados. "Resulta que la universidad, que tanto se llena la boca de feminismo, apartó la mirada ante estos casos. Queremos una institución que nos haga sentir seguras y que no encubra a los agresores", ha denunciado una de las estudiantes que ha liderado la concentración de este martes ante la atenta mirada de decenas de manifestantes. La protesta, convocada por los alumnos, se ha iniciado en el patio de la Facultat de Letras y se ha desplazado hacia el rectorado a grito de “si tocan a una, nos tocan a todas”. 

"Se supone que las universidades son espacios seguros donde, además de cursar nuestros estudios académicos, aprendemos valores y nos preparamos ante la vida. ¿Qué se supone que tenemos que aprender de todo esto? ¿Que las instituciones donde se forman las generaciones del futuro están ancladas en el pasado? ¿Que lo normal cuando se detecta un caso de abuso es encubrirlo?", argumenta María B., alumna de Sociología de 25 años, durante la manifestación de este martes. "Cuando se denuncian casos de bullying en un instituto nos quejamos de que no se actúa de un día para otro, pero luego pasan cosas así en la universidad y nos parece normal que el protocolo sea mirar hacia otro lado hasta que ‘pete’ el escándalo", añade Pau H., de 25 años, tras el comentario de su compañera.

Dos casos en una semana

El primer caso en salir a la luz fue el de Àlvar Sánchez, catedrático de la facultad de Física de la UAB condenado a un año y medio de cárcel y a nueve de inhabilitación por acosar sexualmente a una alumna de doctorado. La primera denuncia contra este académico llegó a manos de la universidad en 2018. El caso se elevó a los tribunales y mientras, a la espera de una resolución definitiva, Sánchez siguió asistiendo a clase, trabajando en su laboratorio y estando en contacto con otros alumnos. La universidad no anunció su suspensión temporal hasta la semana pasada, un día después de que trascendiera el escándalo. 

Unos días después, el diario 'Ara' desveló un segundo caso de acoso sexual en la universidad catalana. Se trata de Ángel Gallego, profesor de la facultad de Letras suspendido un año y dos meses de empleo y sueldo por varias denuncias de acoso sexual, mala praxis y abuso de poder. La primera denuncia contra este docente se presentó en marzo de 2022. El caso también se elevó a los tribunales y, de la misma manera que pasó con Sánchez, el docente siguió asistiendo a clase y realizando sus labores ordinarias hasta la resolución definitiva del juicio. No fue hasta la semana pasada que, según anunciaron desde la propia universidad, el docente quedó suspendido de empleo y sueldo. 

Tras la publicación de estos casos, el rector de la Universitat Autònoma de Barcelona, Javier Lafuente, admitió la "falta de agilidad" de los protocolos ante los casos de acoso sexual denunciados en la institución. En un comunicado enviado a la comunidad universitaria dos días después de que se hiciera pública la sentencia, el rector se comprometió a mejorar los procedimientos internos ante este tipo de casos.