Nueva detención

Los peores pasos de Rafael Amargo

El presunto caso que vuelve a vincular al bailaor con la venta de droga desvela la podredumbre en la que el artista vive

Rafael Amargo: "Soy inocente porque si no, no estaría aquí"

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Europa Press

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La detención del bailaor Rafael Amargo en Alicante este jueves, de nuevo vinculado a un supuesto caso de venta de droga, ha dejado al descubierto los problemas económicos del artista granadino tras verse implicado en otra trama de estupefacientes, pendiente de enjuiciarse. Amargo quedó en libertad provisional y con medidas cautelares el sábado, tras negar ante la jueza que se dedique al narcotráfico y afirmar que atraviesa apuros para sostenerse: contó que se desplazaba en tren para actuar en un local de Alicante donde lo contratan una vez por semana a cambio de 200 euros, con lo que dijo que costea los gastos de su familia al verse con las cuentas bloqueadas por orden judicial. Este domingo ha trascendido que el coreógrafo se siente víctima de una "persecución".

A través de su defensa, el bailaor alega en su descargo que los toxicómanos que merodean por el edificio donde reside en el barrio de Malasaña de Madrid, no acuden a su vivienda a conseguir la droga, sino que acceden al portal a trapichear y a consumir estupefacientes. Dice que ocurre "antes, durante y después" de mudarse al domicilio.

El artista está acusado de un delito contra la salud pública y otro de atentado a la autoridad. Se le detuvo en el marco de la investigación abierta a raíz de una denuncia interpuesta el pasado mes de julio por vecinos del inmueble donde reside por presunta venta de droga en su piso.

Vigilancias desde agosto

Tras la denuncia, el juez de Instrucción número 27 de Madrid acordó el pasado 16 de septiembre abrir diligencias y oficiar a la Policía para esclarecer los hechos. Tras ello, comenzaron el pasado mes de agosto las vigilancias sobre el piso del artista, donde se observaron a diario a toxicómanos entrar y salir de forma apresurada.

El abogado de Rafael Amargo, el letrado Jaime Caballero, sostiene que hay "una persecución" contra su cliente. Cree que la fecha en la que se le ha detenido no es "casual", a dos meses de que sea juzgado por la denominada 'Operación Codax'.

Amargo ya fue detenido el 1 de diciembre de 2020 junto a su pareja y otras dos personas por hechos similares. El juicio por esta causa se celebrará el próximo mes de junio por la presunta comisión de un delito contra la salud pública. El fiscal solicita nueve años de cárcel por presuntamente vender en su propio domicilio de sustancias estupefacientes a terceras personas de manera "persistente" a cambio de dinero.

Para consumo personal

Caballero niega de forma tajante que el artista sea "un narcotraficante" de drogas. Defiende que las sustancias que se le hayan podido incautar eran para consumo personal al ser una persona drogodependiente, una adicción de la que se está intentando rehabilitar desde hace tiempo, ha añadido.

Amargo se habría mudado al piso donde se le acusa de trapichear el pasado septiembre al no poder pagar el segundo plazo que debía al propietario, vecino del inmueble. En el atestado policial, al que tuvo acceso Europa Press, constan vigilancias policiales posteriores a la fecha en la que había dejado el edificio.

En esa época, habría invertido todos sus ingresos en una producción que falló al no llegar a estrenarse la obra. Tuvo que abandonar el piso y se fue a vivir con sus padres y de forma ocasional a casas de amigos, pero nunca a pisos turísticos al no tener dinero para ello.

Al parecer, el impago del segundo plazo de la vivienda, cuyo propietario era un vecino. Sería el origen de las rencillas que derivó en la denuncia que propició las investigaciones. Los vecinos de la comunidad culpaban a Amargo del trapicheo de drogas que tiene lugar en las proximidades del inmueble.

Sin embargo, la versión de la defensa es que los vendedores de droga abundan en las aceras de la zona y los drogadictos accedían al portal, una situación que lleva años y que los residentes del edificio conocen.

Trasiego constante

Según el atestado, los agentes comprobaron fruto de las vigilancias que de manera constante "accedían al interior del inmueble diversidad de personas con aspecto de toxicómanos, los cuales, tras permanecer unos minutos en el interior, abandonaban el mismo". "De los hechos expuestos existen indicios suficientes que llevaban a creer que en el domicilio del denunciado se pudieran estar llevando a cabo venta de sustancias estupefacientes", recalcan las diligencias policiales.

Los agentes de la Policía Nacional encargados de la investigación determinaron que era el propio Amargo "el que personalmente estaría llevando la distribución" de las sustancias. De acuerdo a esa versión, actuaba de intermediario.

Según el atestado, "el comprador contactaría con el investigado, el cual a su vez solicitaría la sustancia estupefaciente a un tercero que llevaría la droga al domicilio del investigado donde el propio Rafael se la entregaría al comprador, dando parte del beneficio obtenido al proveedor y quedándose él con una partida como comisión".