Operación Sau: los pescadores de Blanes cambian el mar por el pantano

Seis pescadores de agua salada esperan sentados a orillas del pantano de Sau. "¡Esto es agua dulce, eh!", suelta uno de ellos. "Ojo, que aquí delante hay un árbol hundido", advierte otro de los recién llegados. Enseguida le responden: "Sí, no hay problema, pasaremos por el otro lado". Desde donde están, ven como la gran grúa descarga sobre el agua una de las dos barcas que han traído. Se llama 'Nautes' y viene de la cofradía de Arenys de Mar. La otra embarcación, 'Cigronet', algo más grande, de momento espera sobre un camión. Esta la han transportado desde Blanes. Son los encargados de pescar a todos los peces del pantano y preservar así la calidad del agua, dentro del plan de vaciado del embalse para hacer frente a la sequía en Catalunya.

"Ahora nos tocaría pescar sonso, pero la veda se ha ampliado porque cuando se tomaron las muestras se vio que no había suficiente pescado en el mar", explica el patrón mayor de esta cofradía de La Selva. "Lo normal estos días estaba siendo capturar pescado azul o trabajar con artes menores", detalla. En 2005, la Generalitat ya se puso en contacto con uno de los pescadores de Blanes para pedirle ayuda ante la situación del embalse de Sau, que en aquel momento también era crítica. Esta vez han retomado los contactos, pero el pescador que ha acudido es otro, que se estrena en el pantano.

Un técnico de la Agencia Catalana del Agua (ACA) relata que de momento tienen que hacer pruebas: "Van cargados con varias redes y ya se verá cuál les funciona mejor". Estos hombres de mar aplicarán sus técnicas marineras para pescar toneladas de siluros, luciopercas, alburnos y carpas.

Restaurantes sin mesa

Todo este operativo ha generado muchas expectación en la comarca de Osona. En la carretera, dos agentes de los Mossos d'Esquadra obligan a dar la vuelta a unos motoristas: "Hoy por aquí no podéis pasar, están trabajando". Ellos se resignan: "Cambio de ruta, pues". En el restaurante principal de Vilanova de Sau es imposible conseguir una mesa sin reservar. El despliegue para vaciar el pantano es la conversación principal en la barra, la terraza y las mesas: "¿Cuándo comenzarán a sacar pescado? Hay que venir a verlo", comenta uno de los comensales.

Abajo en el embalse, hay trabajadores de la ACA repartidos por todo el pantano. Varios operarios charlan sobre la dificultad de la operación. Uno de ellos hace un mes que está repintando la baranda de unas escaleras que dan acceso a la orilla: "El domingo vine con la familia, para enseñarles cómo estaba la cosa aquí. Era increíble ver tanta gente dando vueltas a los alrededores, ahora estamos pendientes de ver qué harán los pescadores, pero normalmente entre semana todo esto es más tranquilo".

El plan es complejo: en todo momento se ha de garantizar la seguridad de los pescadores y también el buen estado del agua, que se irá revisando constantemente. De momento, la primera intención es amarrar los nuevos barcos a las boyas y empezar a explorar el terreno, algo que ya ha hecho una primera embarcación para calcular cuántos peces se pueden llegar a acumular en el pantano: aproximadamente unas 60 toneladas de pescado. Este será el objetivo de los seis pescadores que por una semanas, cambian el sonso por los siluros.

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