Movilización del 8M
El feminismo resiste en las calles de Barcelona en una jornada celebración de la diversidad
Unas 40.000 mujeres, según la Guardia Urbana, toman el centro de la ciudad con carteles como 'Mi copa menstrual en la boca de Abascal'

Manifestación del 8-M en Barcelona / Ferran Nadeu


Beatriz Pérez
Beatriz PérezPeriodista
Responsable del área de sanidad/salud de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA desde 2018. En este tiempo he podido profundizar en temas de relevancia social y humana, como la pandemia de covid-19, el sistema de salud catalán, los avances médicos o las desigualdades en el acceso a la sanidad. En abril de 2024, gané la primera edición del Premi Salut i Drets Socials del Col.legi de Periodistes de Catalunya.
El feminismo ha vuelto a tomar las calles de Barcelona este 8 de marzo y ha demostrado, un año más, que mantiene su capacidad movilizadora. Unas 40.000 mujeres según la Guardia Urbana y 60.000 según la organización (la Assemblea 8M) han recorrido este miércoles el centro de la ciudad detrás de una gran pancarta que rezaba: 'Vaga feminista contra el sistema cishetero patriarcal racista i capitalista'. Pero también se han podido leer muchas otras más ingeniosas, como la que decía: 'Mi copa menstrual en la boca de Abascal'.
La marcha ha arrancado a las 18.30 horas de la plaza de Universitat; una hora después, mientras la cabecera llegaba a la plaza de Tetuán, todavía había muchas manifestantes en Universitat sin poder arrancar. Algunas aprovechaban para perrearle al patriarcado. La jornada ha transcurrido en todo momento en un ambiente festivo, de resistencia y, sobre todo, de celebración de la diversidad.
"El 8 de marzo sale a la calle todo el trabajo del feminismo durante todo el año. Nosotros hoy ponemos el foco en las violencias LGTBI, en la ley de extranjería y también pedimos el cierre de los centros de internamiento de extranjeros (CIE)", señalaba a este diario Natàlia Càmara, miembro de la Assemblea 8M.
Esta entidad celebra la unidad del movimiento feminista catalán, a diferencia del madrileño, marcado por el cisma. En la capital española se han vuelto a celebrar dos manifestaciones separadas: la de la Comisión 8M (que apoya el Ministerio de Igualdad de Irene Montero) y la del Movimiento Feminista de Madrid, contrario a la ley trans y que pide la dimisión de Montero.
Nada de esta separación se ha visto en Barcelona, si bien había carteles, hechos a título individual, que pedían "unidad feminista". "El movimiento feminista catalán tiene claro que las personas trans forman parte de este movimiento y todo lo que suponga más derechos para ellas, como la ley trans, es una conquista del movimiento feminista", certificaba Càmara. De fondo se escuchaban cánticos como: 'Anem a cremar aquest sistema, anem a cremar el patriarcat'. Y más pancartas: 'Te cansas de oírlo; nosotras, de vivirlo'.
Temor a la pérdida de conquistas
Mercè Caparrós, de casi 73 años, y Dora Ardanaz, de 78, son dos de las manifestantes. Aseguran estar en la movilización para reivindicar "la lucha de la mujer feminista". "Nosotras somos de las primeras luchadoras feministas", dicen con orgullo. Y no esconden su temor de que las conquistas logradas se pierdan. "Mira cuántas mujeres se quejan de lo mal que las tratan sus parejas", comenta Caparrós.
Aun así, admiten que se vive mejor ahora que cuando ellas eran jóvenes. "Hay más seguridad. Y, además, podéis estudiar", comenta Ardanaz a esta periodista. Lo que más lamentan ambas es, precisamente, no haber podido ir a la universidad. "Claro que nos hubiera gustado estudiar, pero entonces solo se estudiaba una formación profesional que se llamaba comercio práctico para ser administrativas o secretarias. Las que quisimos hacer carrera no pudimos", se lamenta Caparrós.
'La feminización de la pobreza es violencia machista' o 'Estic fins els ovaris de tants collons' son otras de las pancartas que se han podido leer. Cèlia Barahona y Clàudia Marimon-Clos, de 17 años, son de las manifestantes más jóvenes. "Pese a nuestra edad ya hemos vivido situaciones en la calle", dice Barahona. Marimon-Clos es más precisa: "Nadie tiene derecho a decirte 'qué tetas tienes' por el hecho de ser mujer".
Es la primera vez que esta última viene a la manifestación del 8 de marzo, pero Barahona vino por primera vez en 2018, acompañada de su madre. Aquella fue la primera histórica manifestación del 8M en España (solo Barcelona sacó a la calle a 200.000 mujeres), motivada por la sentencia de 'La Manada'.
Para Carla Bossi, de la asociación Construïm Juntes (compuesta por mujeres de la construcción), lo más importante el 8 de marzo es recordar a las mujeres "todo el trabajo hecho y el que queda por hacer". Junto a ella, Laia Boixart, pide una cosa: "Tengo hijos adolescentes a los que les cuesta interpretar el discurso feminista. Tenemos que decirles a los hombres que queremos que formen parte de nuestro movimiento".
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