Día de las Mujeres

8M | ¿Cisma o pluralidad? El feminismo llega a su gran día enredado en grandes tensiones

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La ministra de Igualdad, Irene Montero (i), saluda a la presidenta de la Comisión de Igualdad, Carmen Calvo (d), en una sesión de la Comisión de Igualdad. /

La ministra de Igualdad, Irene Montero (i), saluda a la presidenta de la Comisión de Igualdad, Carmen Calvo (d), en una sesión de la Comisión de Igualdad. / / EFE

Patricia Martín

Patricia Martín

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El 8M en Barcelona contará con una manifestación unitaria. También en un grueso de ciudades catalanas y españolas. En Madrid, sin embargo, las divisiones que en los últimos años han tensionado el movimiento feminista a cuenta de la ley trans, la prostitución o la 'ley del sí es sí' volverán a escenificarse con dos marchas distintas. Por un lado, desfilará la manifestación convocada desde hace años por la Comisión 8M, a la que se adhieren cientos de entidades y sindicatos. Por otro, se manifestará el autoproclamado Movimiento Feminista de Madrid, cuyo objetivo es pedir la abolición de la prostitución y mostrar su oposición a la ley trans y a las políticas de la ministra de Igualdad, Irene Montero. El aparente cisma no es ajeno a la pugna entre el PSOE y Unidas Podemos por ondear la bandera feminista.

De hecho, el feminismo es un movimiento plural y tensionado desde sus inicios: las sufragistas blancas, por ejemplo, no dejaban desfilar con ellas a las mujeres negras, y en los años 70 y 80, los colectivos de activistas lesbianas y negras también lanzaron una fuerte enmienda a la agenda feminista de entonces. Sin embargo, es indudable que los debates en el seno del movimiento -entre una corriente más tradicional y transexcluyente y otra más joven, transversal y popular- se han hecho más visibles con la explosión en pro de la igualdad de los últimos años. Y más aún en España, donde el Gobierno de coalición ha mantenido posturas abiertamente opuestas en temas sensibles.

Desencuentros

Montero ha impulsado la 'ley sí es sí', la ley trans y la reforma del aborto. Todas ellas han generado tensiones en el seno del Ejecutivo y han dejado debates abiertos en torno a la prostitución, los derechos de las personas trans y el punitivismo contra los violadores. El PSOE, por su parte, ha promovido una ley abolicionista de la prostitución, que no cuenta con el visto bueno de Podemos y que, de momento, duerme en un cajón del Congreso, dado el terremoto político y judicial que ha provocado la entrada en vigor de la 'ley sí es sí'. Ya son más de 700 las rebajas de penas a violadores.

Para tratar de corregir este "efecto indeseado", los socialistas han presentado un retoque legal que los morados rechazan porque, en su opinión, supone volver a dividir los delitos en función de si hubo violencia, dejando de lado el consentimiento. Además, el PSOE, teniendo en cuenta las reivindicaciones del feminismo clásico, intentó limitar la posibilidad de que los menores puedan cambiar de sexo, a través de la ley trans, sin aval judicial, pero su propuesta decayó por falta de apoyos.

Eco en el movimiento

Todos estos enfrentamientos están teniendo un gran eco en el movimiento feminista hasta el punto de que ha surgido una federación que plantea una agenda propia y crítica con Montero, que apenas tiene fuerza en otros territorios, pero sí en Madrid. Convoca su propia marcha porque "Podemos ha colonizado" la tradicional manifestación con "intereses ajenos a los derechos de las mujeres" y "puede tener la tentación de usar el 8M para validar sus chapuzas legislativas", según argumenta Lola Venegas, una de las portavoces del Movimiento Feminista de Madrid. Esta federación defiende la abolición de la prostitución y de la pornografía.

"Podemos puede tener la tentación de usar el 8M para validar sus chapuzas legislativas"

— Lola Venegas

Pero su mayor crítica tiene que ver con la ley trans, que ya está en vigor y permite el cambio de sexo en el DNI con la mera voluntad del interesado, sin demostrar dos años de hormonación y un informe médico. En opinión del sector feminista contrario a Montero, que bebe de la oposición internacional a las teorías queer o transfeministas, el movimiento "nunca ha reclamado que los varones puedan autoproclamarse mujeres" y "sustituir el sexo por la identidad de género es reaccionario y misógino". Puede "borrar a las mujeres", sostienen.

-¿Perjudica al feminismo?

Importantes socialistas, como Carmen Calvo, se alinean con este pensamiento. Sin embargo, en global este sector discrepa de la actuación del PSOE por no haber frenado la ley trans o la 'ley sí es sí'. "Han ignorado las alertas", lamenta Venegas.

Por su parte, Patricia Aranguren, miembro de la histórica Comisión 8M, ve "lógico" que haya una manifestación diferenciada, en coherencia con la organizada el año pasado, y no considera que estas tensiones "perjudiquen" al movimiento porque la escisión es de un grupo "pequeño". La Comisión no se opone a la prostitución porque en su seno hay abolicionistas y regulacionistas, pero sí ha impulsado los derechos trans.

La filósofa feminista Silvia L. Gil tampoco considera que la "división" en el feminismo pueda "frenar" una revolución que lo está cuestionando "todo", desde la "desigualdad en los cuidados hasta la naturalidad con la que se asume la violencia sexual o cómo se construye el género". Esta profesora también remarca que el movimiento de las mujeres "siempre ha sido plural" y las divisiones actuales en España responden a "intereses políticos".

"El peligro no son los debates feministas, sino las resistencias conservadoras"

— Silvia L. Gil, filósofa

Ojo a las resistencias

Para la autora de 'Horizontes del feminismo', más importante que los "debates" en torno a los temas en los que no hay consenso, el verdadero peligro para la igualdad son las "resistencias conservadoras". "Creo que el foco debe ponerse en criticar a quienes se resisten a los avances y no en quienes los impulsan. El conflicto no lo crean las feministas, sino una sociedad desigual [...] Justo por eso necesitamos movimientos capaces de generar complicidades desde las diferencias", reflexiona.

"Las divisiones han hecho que el movimiento sea ahora más débil", mantiene la experta en comunicación Verónica Fumanal

Sin embargo, otra especialista, la experta en comunicación y liderazgo Verónica Fumanal, sí que considera que "la radicalización de algunas posturas", espoleadas por la "lucha de poder" entre el PSOE y Unidas Podemos, "han divido al movimiento y eso lo hace más débil". "Divide y vencerás", recuerda. Y vaticina que, a medida que se acerquen las elecciones, "se exacerbarán las diferencias para marcar perfil".

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