Fauna amenazada

La sequía en Sau: una oportunidad para eliminar especies invasoras

Biólogos expertos piden que se aproveche el vaciado para preservar la poca fauna autóctona que queda

Carpas muertas en el Besòs

Carpas muertas en el Besòs / David Perpiñan

Guillem Costa

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La Generalitat ya ha creado una comisión para analizar cómo se gestiona el vaciado del pantano de Sau. ¿Qué hay que hacer con las especies invasoras que degradan la biodiversidad? ¿Es viable eliminarlas a medida que el embalse vaya perdiendo agua? El proceso estará vigilado por la mirada de varios expertos y ecologistas que coinciden: hay que convertir esta crisis en una oportunidad.

Lo primero que hay que tener claro es que un pantano no es un hábitat natural, está creado por la acción humana. Acumula más sedimentos de lo normal y tiene una vida útil limitada. Pero en Sau, el embalse conecta con algunas rieras que han facilitado la llegada de peces como la trucha, de anfibios como el tritón palmeado o de mamíferos como la nutria.

Cuando estos animales tratan de instalarse en este ecosistema artificial, chocan con un duro rival: un ejército de especies invasoras que se ha hecho con el control del pantano. La milicia la componen siluros, luciopercas, alburnos, carpas y un crustáceo con tenazas: el cangrejo de río americano. Ante este escenario, varios biólogos piden al Govern que aproveche el vaciado del embalse para eliminar tantos miembros de este batallón acuático como sea posible.

"Es lo que dice la ley, si retiran fauna no tienen otra opción", sentencia Jaume Grau, del área de conservación de Ecologistes en Acció. Se refiere a la ley española de biodiversidad. Es consciente de que no se eliminarán todas, pero ahora que la Generalitat se lo plantea considera que hay que intentarlo. Joan Maluquer, biólogo experto en anfibios y peces, considera que es un reto difícil: "Implica mucha organización pero el oxígeno en el pantano se reducirá y las especies invasoras se deben capturar".

Consultados por el Govern

Cuando se haga el proceso, advierte Grau, habría que poner rejas para que cuando baje el agua estas especies no se escapen. "Si encuentran especies autóctonas, han de salvarse y trasladarse río arriba", detalla. En el último informe sobre el estado de la naturaleza, los sistemas fluviales aparecen como los más débiles. ¿Y cuáles son las causas? El cambio climático y las especies invasoras.  

"Las carpas no se podrán sacrificar, los pescadores deportivos hicieron presión y se consideran especie naturalizada", lamenta Marc Ordeix, director del Centre d'Estudis dels Rius Mediterranis. Ordeix ha recibido un mensaje de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA). Le piden que ayude a asesorar el procedimiento. Él tiene decidido qué les dirá: "Tienen qué hacerlo con redes, a lo grande, como si pescaran en el mar. Si no, será imposible que el trabajo tenga efectos positivos".

Lodo amontonado

Otro asunto son los sedimentos que yacen a montones en el fondo del embalse. "Son un problema porque provocan que nazcan más algas de las que tocaría -declara Ordeix-, entonces el agua está más eutrofizada, tiene menos oxígeno y pierde calidad". Con la aceleración del proceso de vaciado que pone en marcha el Govern, algunos expertos plantean la eliminación de estos restos de barro que llevan años acumulándose.

"¿Cómo lo sacas?", se pregunta Maluquer. "Con maquinaria pesada es difícil porque te puedes quedar allí clavado y tardarías meses", se responde a sí mismo. Una opción sería mandarlo río abajo para que regenere los frágiles deltas. Pero primero, es importante comprobar en qué estado se encuentra este lodo. Los científicos consultados dudan de que pueda servir como adobe porque conforma la parte más contaminada del pantano. Al fin y al cabo, por eso se vacía el agua hacia Susqueda, para que no se contagie de este mal estado tan clásico de la parte baja de los pantanos.

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