Causa abierta
¿Por qué Alves sigue en prisión?
Guillem Sánchez
Redactor
Periodista de sucesos. Antes trabajé como redactor de sociedad en la Agència Catalana de Notícies (ACN).
Profesor asociado en la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna.
Libros Publicados: 'El Estafador' (Editorial Península) y 'Crónica del Caso Maristas' (Ediciones B).
J. G. Albalat
Redactor
Ha trabajado en el Diario de Barcelona, El País y AVUI. Desde hace años en El Periódico cubriendo los acontecimientos judiciales. Premios Ortega y Gasset, Save the Children, Ramon Barnils y Josep Maria Planes por la investigación del 'caso Maristas' sobre abusos sexuales en los colegios. En el 2016, mención honorífica de la Generalitat en el Día de la Justicia. Colaborador de publicaciones jurídicas. Profesor asociado Master de Criminología de la Universitat de Barcelona.
Dani Alves, acusado de violar a una joven en la discoteca Sutton de Barcelona, seguirá en prisión preventiva. Así lo ha decidido este martes la Audiencia de Barcelona, que ha desestimado el recurso presentado por el abogado del jugador, Cristóbal Martell. Esta decisión significa que el exlateral del F.C.Barcelona seguirá entre rejas mientras prosigue la instrucción de la denuncia por violación.
¿Cuáles han sido los elementos que han tenido en cuenta los jueces para mantener a Alves en prisión preventiva? Los desgranamos a continuación.
Riesgo de fuga
El motivo principal por el que la Audiencia de Barcelona ha decretado que Alves permanezca en prisión preventivamente es el riesgo de fuga. Alves se presentó el 20 de enero voluntariamente en Barcelona tras acudir al entierro de su suegra en Canarias. Y entregó voluntariamente una muestra de ADN. La Audiencia le reconoce ambos gestos pero subraya que esa actitud colaborativa se debió a qué "desconocía el alcance de la investigación y los indicios de criminalidad" que pesaban contra él. Ahora que Alves es consciente de la carga de prueba, el tribunal considera que sí que existe riesgo de fuga. "Su inicial colaboración no neutraliza el riesgo de huir y eludir tanto el final de la investigación como el previsible juicio oral", concluyen.
Arraigo en España
Uno de los argumentos que esgrimió el abogado Martell contra el riesgo de fuga fue que Alves era un ciudadano arraigado en España. La Audiencia de Barcelona, sin embargo, ha dado la razón a la fiscalía y a la letrada Ester Garcia, que representa a la víctima. El tribunal reconoce que Alves dispone de una residencia en Esplugues, en la que además está empadronado. También valora que posee dos empresas españolas y valora que ya se ha extinguido su contrato con el club mexicano debido a esta causa. Pero subraya sobre todo que el vínculo de Alves con Barcelona fue intenso entre 2008 y 2016 –cuando jugaba en el Barça– pero ya no lo es, destaca que es un futbolista con gran movilidad y recuerda que la mayoría de empresas que posee están en Brasil y que, salvo su mujer, el resto de su familia –también sus hijos– residen allí.
Brasil y la extradición
Para el tribunal ha pesado que Brasil no extradite nacionales. Esto significaría que, en caso de volar a ese país –con el que tiene más arraigo que con España– sería inalcanzable para la justicia española, que no podría reclamarlo. Así lo argumentan en su escrito los tres magistrados: "En el presente caso, la capacidad económica del investigado permite prever las posibilidades de abandonar nuestro país y trasladarse a Brasil y así hacer imposible la celebración del juicio oral".
Capacidad económica
A pesar de que el "músculo económico" de Alves –en palabras del abogado Martell– ha perdido el contrato que lo vinculaba con el club mexicano Pumas y el favor de algunas marcas comerciales, el tribunal mantiene que "no es admisible minimizar su vasto capital, propio de un jugador de futbol de élite, como es de todos conocido". Además de la suma amasada durante su larguísima trayectoria –es el futbolista con más títulos de la historia–, los magistrados añaden a su patrimonio "la cantidad de empresas en las que consta como administrador según han acreditado tanto su propia defensa –que menciona solo las dos españolas– como la acusación particular que ha aportado documentación en la que Alves figura como administrador o titular en más de 15 empresas en Brasil constituidas entre el año 2019 y el año 2022".
Indicios abundantes
El proceso judicial al que se enfrentará el exjugador del Barça es por un delito de agresión sexual que, según el Código Penal, puede suponer una condena de cárcel de entre 4 y 12 años. Se trata, en consecuencia, de una pena lo bastante importante como para mantener la prisión preventiva. La Audiencia de Barcelona, además, considera al igual que la jueza de instrucción Anna Marín que existen "indicios mucho más que suficientes" para considerar que el futbolista violó a la joven de 23 años. En palabras de los tres magistrados: "Los indicios de criminalidad contra el Alves son diversos y no parten solo de la declaración de la denunciante". Los magistrados apuntan que la instrucción del caso está prácticamente finalizada y, por lo tanto, el juicio se podría celebrar en los próximos meses.
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