Fiestas

El Carnaval, sin restricciones, vuelve a lo grande en un fin de semana primaveral

La fiesta en Vilanova i la Geltrú bate récords de participación

Celebración del Carnaval de Vilanova i la Geltrú

Celebración del Carnaval de Vilanova i la Geltrú. / FOTO Y VÍDEO: CAROLA LÓPEZ / ACN

Agencias

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tras dos años de restricciones, el Carnaval ha vuelto a lo grande y la fiesta ha prendido por todo el territorio catalán en un fin de semana de ambiente primaveral. En Vilanova i la Geltrú, una de las citas con más solera, las comparsas han regresado este domingo con récords de asistencia y en su máximo esplendor.

Por primera vez en la historia, han participado 10.016 parejas, cuatro mil más que el pasado año y unas 2.000 más que antes de la pandemia. Este año la plaza de la Vila ha vuelto a tener público, algo que no ocurría desde 2020, y ha recuperado las coloridas batallas de caramelos. Este año, durante las más de tres horas que han durado las ocho guerras de caramelos, se lanzaron unas 125 toneladas de dulces, treinta de las cuales eran sostenibles.

"¡La plaza es vuestra!"

Las comparsas han arrancado a las diez y media de la mañana con la entrada de las barquitas, donde viajaban niños y niñas de entre 1 y 5 años. Hacia las once y media, se ha hecho la primera comparsa de niños, seguida de la correspondiente guerra de caramelos. El turno de los mayores ha llegado sobre las doce y media y se ha alargado hasta pasadas las tres de la tarde. En total se han hecho ocho guerras de caramelos, dos de niños y seis adultos.

Como cada año, y tras la tradicional tonada carnavalesca 'Turuta' previa a la guerra, la batalla se ha iniciado sin compasión al grito de "Comparseres i comparsers, ¡la plaza es vuestra!". Tradicionalmente son los hombres quienes arrojan los caramelos, mientras las mujeres utilizan el mantón como escudo protector.

De Torelló a Sitges

Con las particularidades de cada agrupación, las chicas han llevado vestido o falda, claveles en la cabeza y el imprescindible mantón de Manila con el que se han protegido de los lanzamientos de los dulces. Como marca la tradición, los chicos se han vestido con camisa blanca, pantalón oscuro, chaleco o americano, el lazo o pajarita, la barretina y algunos de ellos la faja.

Más allá de Vilanova, el Carnaval ha llenado de fiesta y disfraces todo el territorio catalán, desde los barrios de Barcelona a las citas tradicionales como las de Torelló, Sitges y la Costa Brava.