Investigación judicial

La defensa de Alves alega "sexo consentido" y las acusaciones insisten en la violación

La fiscalía sostiene que existe riesgo de fuga del futbolista y la abogada de la víctima apunta que podría huir en avión privado

Dani Alves

Dani Alves / Iván Terron

Guillem Sánchez
J. G. Albalat
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La fiscalía y la acusación particular han puesto este jueves sobre la mesa de los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia de Barcelona todas las pruebas que, por ahora, existen para incriminar al exjugador del Barça Dani Alves en la presunta violación de una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona. La defensa del futbolista, ejercida por Cristóbal Martell, ha hecho lo contrario: ponerlas en duda, sobre todo el significado del vídeo grabado por las cámaras del local. "Hay razones para dudar", ha señalado el letrado, para después añadir que la sesión de este jueves es un "juicio anticipado". En su opinión, fue "sexo consentido", aunque las dos acusaciones han insistido en que fue una violación. El tribunal decidirá en las próximas horas, o días, si libera o no al deportista, que está en prisión preventiva desde el pasado 20 de enero.

Tanto la fiscalía como la abogada de la víctima, Ester García, se han opuesto a la excarcelación del deportista argumentando, no solo la gravedad de los hechos, sino el "grave" riesgo de fuga. La acusación particular ha esgrimido en su informe dentro de la sala que el jugador podría coger un vuelo privado e irse a Brasil, donde tiene una quincena de empresas, según fuentes jurídicas. "Entiendo que se ha de mantener la prisión provisional comunicada y sin fianza, no solo por los indicios de criminalidad, que los hay, sino también porque hay un riesgo de fuga elevado (...) Ponerle en libertad supondría atentar contra la integridad psicológica de mi clienta (...) la Administración de justicia no puede permitir que él esté en libertad y ella encerrada (en su casa)".

El debate jurídico de fondo, además de la valoración de las pruebas, gira en realidad entorno a si existe o no riesgo de fuga del deportista por los medios económicos con los que cuenta en Brasil, y si tiene el suficiente arraigo en España para corroborar que no huirá si queda en libertad. Este es uno de los motivos que la jueza instructora sostuvo en su día para acordar su ingreso en prisión. Alves está dispuesto a llevar una pulsera telemática para que lo controlen, aunque, según la acusación particular, ese sistema no es eficaz.

Martell ha defendido el arraigo del futbolista en nuestro país. "Claro que Alves tiene arraigo en España. Su vida ha girado en torno a España. Desde 2010 está empadronado en España. Está casado con una española (la modelo Joana Sanz)", ha enumerado en su intento de rebatir ese riesgo de fuga que mantiene a Alves entre rejas, según las fuentes jurídicas consultadas por este diario. Para demostrarlo, ha aportado documentos que corroboran que el jugador tiene dos empresas en España. En su día, la defensa ya entregó la escritura de una vivienda en Esplugues de Llobregat, que es de él y de su exmujer y donde vive su actual pareja.

El exjugador del FC Barcelona se aferra para defender su inocencia a la grabación de la cámara de vigilancia del reservado de la discoteca Sutton de esa madrugada del 30 de diciembre pasado donde, en un lavabo privado, presuntamente agredió sexualmente a la joven. En su recurso detalla que en ese vídeo se puede ver cómo el jugador se dirige al baño del reservado. A los dos minutos (3.44 horas), la denunciante, "tras estar durante un tiempo hablando con sus dos amigas y un camarero", va hacia la puerta de ese habitáculo y entra sin que el jugador, que estaba dentro, "le franquee el paso o abra la puerta", asegura Martell, en contra de la interpretación que de las mismas imágenes han hecho la acusación y los Mossos d'Esquadra.

"No hay heridas vaginales"

Con estas imágenes, Martell trata de defender que lo que sucedió en el baño se trató de un encuentro sexual consentido por la joven de 23 años. Este relato es el que ha mantenido este jueves la defensa en su exposición ante el tribunal. Sin embargo, la víctima, que asegura que Alves usó la violencia y desatendió sus ruegos de que se detuviera, también declaró que entró en el baño sin saber que era un lavabo y porque el deportista le hizo señales insistentemente para que le siguiera.

El jugador cambió su declaración en el juzgado antes de entrar en prisión el pasado 20 de enero en la medida en que se le iban mostrando las pruebas. Primero dijo que no había pasado nada, después que había entrado la joven en el lavabo y habían estado uno al lado del otro sin hacer nada y, por último, que la víctima se abalanzó sobre él y le practicó una felación. En ningún momento admitió que existiera penetración, como demuestra el ADN que se encontró en la cavidad vaginal de la denunciante. La acusación entiende que su abogado ha asumido de forma indirecta, por primera vez, que podría haber existido penetración, al subrayar que la joven no tenía lesiones en esa parte del cuerpo, que sí se hubieran producido en el supuesto de utilizar la fuerza. En la sala, Martell ha señalado que "no hay heridas vaginales", sin precisar más, y ha dejado constancia que la relación fue "sexo consentido".

Arraigo en España

La capacidad económica de Alves para vivir en cualquier lugar del mundo es lo que ha esgrimido la abogada de la acusación particular, Ester García. En el juzgado ha entregado documentación que demuestra que el futbolista cuenta con una quincena de sociedades en Brasil, su lugar de origen y donde residen sus hijos. Eso avalaría, en su opinión, el "elevado" riesgo de fuga. La fiscalía han concretado todas las pruebas que, a su entender, sostienen que Alves cometió la agresión sexual. Una de ellas es el análisis del semen intravaginal hallado en la víctima y otros restos en su ropa interior. El ADN de estos fluidos es del futbolista. Esta prueba revelaría que hubo penetración, tal y como relata la denunciante.

La abogada también ha hecho alusión a la grabación publicada por EL PERIÓDICO en la que se ve a la víctima llorando y junto con sus dos amigas y Alves pasa por detrás sin hacerle el mínimo caso. Eso, al parecer de la acusación, desmontaría que el sexo fue consentido, ya que el jugador no se acercó en ningún momento a la joven para preguntar por qué estaba llorando.

La fiscalía también ha requerido el mantenimiento de la prisión para Alves, que lleva un mes entre rejas, al "existir indicios suficientes de la comisión de un delito de agresión sexual y un grave riesgo de fuga". Ha expuesto que existen "múltiples" indicios que corroboran la versión ofrecida por la víctima. Recalcó que el jugador podría huir porque dispone de "un elevado patrimonio" y "no tiene arraigo suficiente en España". Las medidas alternativas propuestas por la defensa, indició, no son suficientes para garantizar que el deportista acuda ante la justicia cuando le sea requerido. La pelota está ahora en el tejado de los jueces.

Suscríbete para seguir leyendo