Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia

Las ingenieras del futuro: "Quiero ser profe de Robótica para que las niñas vean que pueden hacer tecnología"

Marta, Mercè, Aroa, Bruna e Isabel, cinco alumnas de 15 años de un instituto escuela, explican cómo se relacionan las chicas de su generación con la ciencia y la tecnología

MULTIMEDIA | Los avances que las científicas de hoy desean para las mujeres de mañana

7.2.2023 - Sant Celoni - Institut Escola Pallerola - Niñas de 4rto ESO con vocaciones cientificas en la clase de tecnologia - de izquierda a derecha Marta Collet, Merce Ledo, Aroa Castaños, Bruna Jané i Isabel Maldonado - Foto Anna Mas

7.2.2023 - Sant Celoni - Institut Escola Pallerola - Niñas de 4rto ESO con vocaciones cientificas en la clase de tecnologia - de izquierda a derecha Marta Collet, Merce Ledo, Aroa Castaños, Bruna Jané i Isabel Maldonado - Foto Anna Mas / ANNA MAS TALENS

Helena López

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Fuera llueve a mares, pero el colegio es siempre refugio. Son las doce del mediodía y Marta, Mercè, Aroa, Bruna e Isabel están sentadas alrededor de una de las mesas cuadradas del aula de tecnología, uno de sus rincones favoritos de la escuela. Hablan de cátodos, ánodos, circuitos, resistencias, cables y leds con una soltura pasmosa mientras abren cajas de las que sacan algunas de sus creaciones. "Esto era una trampa para ratones que hicimos con una impresora 3D; la puerta se abría y se cerraba -explica Mercè mientras muestra algunas de las piezas rojas que la conformaban-; fue nuestra propuesta el año pasado en el RetoTech".

¿Cómo dibujan los niños a un científico? Gafas, bata blanca, probetas… pero casi nunca mujer

¿Cómo dibujan los niños a un científico? Gafas, bata blanca, probetas… pero casi nunca mujer. /

Las cinco tienen 15 años y al menos tres cosas claras: que en 2023 los roles de género siguen vigentes, que tener referentes es clave para revertirlos y que ellas están dispuestas a ser las referentes del futuro. Marta, Mercè, Bruna e Isabel cursan cuarto de ESO y Aroa, tercero. La primera quiere ser docente de secundaria en el ámbito científico-técnico; la segunda está entre Medicina y Astronomía; Bruna todavía no sabe por qué carrera optar, pero sí está convencida de que quiere que esté relacionada con la ciencia; Aroa quiere estudiar alguna ingeniería -aún no sabe cuál-, y a Isabel le gustaría ser arquitecta. Viéndolas, y sobre todo escuchándolas, no cabe duda de que lo lograrán.

"Nunca he ido con mi padre a arreglar el coche y me he encontrado a una mecánica; ni las veo en los programas de motor ni en la Fórmula 1"

"Quiero ser profe de Robótica para que las niñas, al verme dar clase, vean que no solo los hombres pueden hacerlo; que las chicas también podemos, y podemos hacerlo bien", reflexiona Marta insistiendo en la urgencia de tener más referentes cercanos. "Salimos al patio y vemos a los niños de primaria jugando siempre con profesoras, mujeres y, en cambio, en tecnología o matemáticas la mayoría de profesores son hombres", añade Mercè. Todas asienten.

Abriendo caminos

"De niña no eres consciente, pero cuando te haces mayor te empiezas a dar cuenta de las diferencias de género. Hace un mes fuimos a Granollers a las pruebas Cangur [certamen internacional sobre conocimiento matemático], y mirábamos a nuestro alrededor y un 70% o un 80% de los participantes eran chicos. Era un concurso mixto, pero en la mayoría de equipos no había ni una chica. O, si había, había una por equipo; el nuestro era prácticamente el único equipo equitativo y aún así había un chico más", señala Bruna.

Marta, Mercè, Aroa, Bruna e Isabel, esta semana en el IE Pallerola de Sant Celoni.

Mercè, Marta, Aroa, Bruna e Isabel, esta semana en el IE Pallerola de Sant Celoni. / ANNA MAS TALENS

En la optativa de Robótica de tercero, el curso de Aroa, son cuatro chicas y unos 15 chicos (las alumnas optan más por cultura clásica, francés y teatro); pese a que la robótica es una de las señas de identidad de este instituto escuela, el IE Pallerola de Sant Celoni, colegio público convertido en instituto escuela en el año 2019 en el marco de la apuesta de Educació para luchar contra la segregación escolar que sigue esperando que el Departament construya el prometido edificio para la secundaria.

¿Cómo revertir esa situación? "Cómo se enseña la tecnología es importante, se debe hacer atractiva para despertar el interés de las chicas", responde Marta, cuyo objetivo es ese. Isabel es optimista: "Las charlas para despertar vocaciones científicas entre las chicas están abriendo horizontes".

"Los roles de género siguen muy vigentes, aún nos faltan referentes", afirman alumnas de la ESO del instituto escuela Pallerola, de Sant Celoni

Bruna insiste en la necesidad de las referentes. "En muchos ámbitos. Yo toco la trompeta. En el momento en que tuve que elegir el instrumento, yo tenía claro que quería hacer trompeta, pero me daba miedo porque no había visto nunca a ninguna mujer tocándola", apunta la joven. Su madre, profesora de música, y sobre todo sus hermanas, recuerda, fueron las que la animaron a hacerlo. "Si no hubiera sido por ellas seguramente no me habría atrevido, porque realmente soy la única chica de toda la escuela que la toca, y todos mis profesores han sido siempre chicos", prosigue.

A Mercè le pasa algo parecido con los coches. "Soy muy amante de los coches, me encantan, y me gustaría formar parte de algún proyecto de mecánica, de algo que tenga que ver con la aerodinámica, pero como siempre veo a hombres mecánicos... Nunca he ido con mi padre a arreglar el coche y me he encontrado a una mecánica. Ni las veo en los programas de motor o en la Fórmula 1, nunca ves a una mujer arreglando un coche o cambiando una rueda, y eso corta un poco y te hace pensar que quizá es mejor irte a Medicina, que habrá más chicas y me entenderán mejor", se sincera.

El papel de la familia

Aroa pone sobre la mesa otro elemento: la importancia de la familia. "Mis abuelos nunca me han dicho que no estudie Ingeniería, pero sí me dicen cosas como 'piensa que es muy difícil, que por ser una mujer se te hará más difícil...'; en cambio, mi padre es electromecánico y a mí me gusta mucho lo que él hace; él y mi madre siempre me han animado a hacer lo que me gusta -relata-; pero si en casa te dicen que no puedes, te influye; quizá al final eliges no estudiar lo que querrías por miedo a malgastar años de tu vida estudiando algo de lo que después no podrás ejercer", reflexiona.

Según datos recientes del CSIC, 96 investigadores de instituciones españolas figuran en el 1% de los científicos más citados del mundo. De ellos, 85 son hombres y solo 11, mujeres, lo que supone un porcentaje de un pírrico 11,46%. Niñas como Marta, Mercè, Aroa, Bruna e Isabel están dispuestas a poner su grano de arena para hacer añicos ese dichoso techo de cristal.

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