Investigación en marcha
Así descubrió la Guardia Urbana de Barcelona la expansión de una banda latina en Nou Barris
La Policía Nacional propuso al cuerpo municipal compartir información y conjuntamente desplegaron una operación que se saldó con 15 detenciones
Guillem Sánchez
Redactor
Periodista de sucesos. Antes trabajé como redactor de sociedad en la Agència Catalana de Notícies (ACN).
Profesor asociado en la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna.
Libros Publicados: 'El Estafador' (Editorial Península) y 'Crónica del Caso Maristas' (Ediciones B).
La conducta de algunos jóvenes, sobre todo de nacionalidad hondureña, llamó la atención de los agentes de la Guardia Urbana de Barcelona que trabajan a pie de calle. Pretendían desplegar un control en los espacios públicos parecidos al que ejercen las temidas maras, pandillas juveniles que se han convertido en un problema social en Centroamérica. Había ocurrido en el parque de la Guineueta, en el distrito de Nou Barris, y los patrones amenazaban con repetirse en zonas de los distritos de Sant Andreu y de Horta-Guinardó. Así comenzó a armarse la operación que este martes el cuerpo municipal y la Policía Nacional desplegaron en la capital catalana y que finalizó a última hora de la tarde con quince detenciones de miembros de una organización criminal.
Según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO, esa observación atenta de los policías municipales permitió comprobar que los jóvenes, algunos menores de edad, no solo replicaban el funcionamiento de las bandas latinas en cuanto a la ocupación y control de parques o plazas, sino que también habían comenzado a cometer robos violentos e incluso alguna agresión por encargo, una posibilidad que cabía enmarcar dentro de los ritos de iniciación.
La policía localizó a un hondureño que pretendía reproducir una mara en BCN y detectó cambios de conducta en algunos jóvenes
Para poder pertenecer a una mara es frecuente que sus líderes sometan a los aspirantes a pruebas que deben superar. Pueden ser exámenes tan violentos como la comisión de un homicidio, un extremo que no se da en España sino en sus países de origen. En este caso, eran robos o agresiones. Los colegios de la zona detectaron, como lo habían hecho los agentes, que algunos de sus alumnos también daban problemas. La Guardia Urbana efectuó alguna detención y varias identificaciones. De su actividad policial se enteró la Comisaría General de Información de la Policía Nacional.
Un líder oculto en Barcelona
La Policía Nacional sabía por avisos enviados desde Estados Unidos de que un hombre de más de cuarenta años, de nacionalidad hondureña, vinculado a la banda Barrio 18 en Centroamérica se había establecido en Barcelona. Según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO, los agentes estatales seguían sus movimientos porque pretendía reproducir en la capital catalana una mara a imagen y semejanza de las salvadoreñas. "En el fondo lo que perseguía era que otros cometieran delitos a sus órdenes y poder vivir de esa actividad", matizan las mismas fuentes, que añaden que Barcelona no tiene un problema de bandas latinas y que elevar la organización que estaba construyendo este líder a esa categoría resulta excesivo.
La Policía Nacional contactó con la Guardia Urbana y propuso al cuerpo municipal montar una investigación conjunta y compartir la información que ambos habían conseguido tirando de hilos opuestos: los agentes barceloneses habían reunido indicios a pie de calle al observar el cambio de conducta de algunos jóvenes y los estatales, siguiendo la información facilitada desde el otro lado del Atlántico, habían puesto la lupa sobre el líder y las personas adultas que estaban a sus órdenes.
Operación policial
Tras meses de investigación, a las órdenes de un juzgado de Barcelona que declaró secreta la instrucción, este martes ambos cuerpos policiales activaron una operación que supuso el arresto de quince miembros de la organización criminal liderada por ese jefe aterrizado en Barcelona procedente de Honduras. Como él, la mayoría de los detenidos son de nacionalidad hondureña, todos mayores de edad, dado que la intervención se centró en la parte más estructurada de la red. Los investigadores les atribuyen los delitos de pertenencia a organización criminal y también de amenazas y de tráfico de droga.
Hubo registros en cuatro domicilios –dos de Nou Barris, uno de Sant Andreu y otro en L' Hospitalet de Llobregat– y en un bar también de Nou Barris. El líder de la organización, al que costará relacionar directamente con delitos perpetrados por más jóvenes supuestamente a sus órdenes, frecuentaba ese local que, para los policías, se había convertido en un punto de encuentro.
La Policía Nacional, que en la operación de este martes a agentes de Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documental (UCRIF), revisa la situación legal de los detenidos en España y estudia la deportación de aquellos que se encuentren en situación irregular. La investigación judicial se mantiene abierta.
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