RACISMO

"Servicial" y "sin conflictividad laboral": cómo anuncian las agencias de forma "racista" a empleadas del hogar filipinas

Varias agencias de colocación describen en su web a sus empleados filipinos como trabajadores "leales", que se distinguen por su "ausencia de absentismo"

Descripción de MIMUCAMA de sus empleados filipinos.

Descripción de MIMUCAMA de sus empleados filipinos. / WEB MIMUCAMA

Ana Ayuso

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"Actitud servicial, positiva, con valores como la discreción, la honestidad, capacidad de adaptación e integración en su familia". De esta forma define a sus empleados Interfil Services, una agencia fundada por "jóvenes emprendedores" que al principio de la pandemia se percataron de la gran demanda de profesionales filipinas, principalmente internas. Esas cualidades destacadas para ganar clientes se repiten continuamente en los escaparates web de varias empresas de este tipo a la hora de reseñar las aptitudes de sus trabajadores.

La agencia de colocación de empleadas del hogar MIMUCAMA, que presta servicios en Madrid y sus alrededores desde el año 2010, considera en su página web que sus profesionales cuentan con una "gran capacidad de trabajo, honestidad, lealtad a la familia para la que trabajan, actitud cariñosa y paciente hacia los niños, discreción, actitud respetuosa, iniciativa". Incluso, se llega a afirmar que los empleados domésticos filipinos se distinguen por su "ausencia de absentismo laboral" y de "conflictividad laboral". Este tipo de descripciones "no sólo es que sobrepasen la normalidad, sino que además incumplen la norma", sostiene Ana María Corral, responsable del Departamento de Mujer y Migraciones de UGT. "Se vende esto aprovechando una situación de vulnerabilidad y de dependencia irreal", añade.

Una compañía similar, Luxury Philippines Domestic Services (LPDS), ofrece "empleados del hogar filipinos con cobertura nacional". Reflejan que todo su personal ha pasado por "entrevistas exhaustivas de selección" y "ha sido previamente evaluado". En su portal web indican que sus candidatos "reciben bonos al buen comportamiento y a la fidelidad con los clientes", y describe el servicio doméstico filipino como "ampliamente valorado en todo el mundo" por su "gran capacidad de adaptación, por su eficiencia y por la alta calidad de sus servicios". El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, se ha puesto en contacto con estas agencias. Ni Mimucama ni LPDS han querido hacer ninguna declaración e Interfil Services no ha respondido a los correos ni a las llamadas que este diario le ha enviado. "Es un enfoque totalmente racista, excluyente y discriminatorio", advierte Alicia Pacas, del Sindicato de Trabajadoras del Hogar y los Cuidados (Sintrahocu).

Según Ana María Corral, de UGT, se trata de "una definición bastante clasista", indica, especialmente en aquellas agencias destinadas a un público de "nivel alto", que no busca empleadas del hogar, sino "criadas" o "mayordomos". O simplemente "Filipina Mayet", como tenía guardada la doctora y modelo Carla Barber a la empleada que se encargó de cuidar de su hijo Bastian durante sus primeros meses de vida tal y como divulgó ella misma en las redes sociales. La que fuera Miss España en 2015 ha recibido duras críticas por ese apelativo en las citadas redes. "Seguimos con este lenguaje del siglo XIX", dice. "Es una barbaridad, es como afirmar: 'Tengo esclavos. Haga usted lo que quiera, que no van a protestar'", apostilla Corral.

Desde la Embajada de Filipinas en España encuentran "incorrecto" que se hable de "ausencia de conflictividad laboral", dado que "podría sugerir que los filipinos van a aceptar cualquier incumplimiento de las leyes laborales (como pagas por debajo del salario mínimo) por parte de sus empleadores", señalan, a la vez que indican que, si eso ocurriese, sus compatriotas podrían acudir a la oficina laboral de la Embajada en busca de asistencia "con el fin de hacer valer sus derechos". "Lo mismo ocurre con la 'alta capacidad de trabajo'", añaden.

Estas definiciones suponen "una enorme sobrevaloración que va más allá de una realidad, porque ellas son personas como nosotras, no son objetos, no son robots a las que aprietas un botón y ya entran en acción", y vienen de agencias que "son manejadas por personas clasistas, machistas y colonialistas", dice Alicia Pacas. Desde Sintrahocu muestran la dificultad para acercarse a estas trabajadoras, lo que favorece que estas agencias puedan "explotarlas al máximo", dado que "el hermetismo creado por ellas mismas no permite que otras trabajadoras se aproximen a ellas y hablar sobre los derechos que como empleadas del hogar y los cuidados tenemos".

"No es la primera vez que pasa. En nuestro caso, hemos presentado denuncias ante la Inspección de Trabajo contra varias agencias de colocación a lo largo de los últimos años que, en algún caso, hacían referencia a la nacionalidad, la atribución de roles por género o el lenguaje", expresa esta representante sindical, que aclara que desde UGT no han intercedido todavía en incidentes en los que se mencione a ciudadanos filipinos. Sostiene que desde el sindicato no observan "una gran atención por parte de la Administración para poner coto a esto".

Contratación por nacionalidad

La contratación en estas agencias se realiza de dos maneras. Por una parte, los demandantes de empleo disponibles en el mercado nacional "acuden a nosotros buscando trabajo, explicando qué puesto esperan, qué es lo que saben hacer y qué quieren, porque si se coloca a alguien en un empleo que no quiere hacer", indican fuentes del sector. Además, estas compañías se desplazan a los países de origen de los candidatos para seleccionar a los perfiles que les puedan resultar interesantes. Precisamente, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, criticó recientemente una iniciativa del Gobierno encaminada a buscar personas desocupadas en sus territorios para cubrir puestos que se quedan permanentemente vacantes en el nuestro.

Según estas mismas fuentes del sector, una familia paga por un trabajador interno -"cada vez hay más hombres", dicen- alrededor de 1.200 euros mensuales en 14 pagas. Su jornada se extenderá de lunes a viernes, durante 40 horas semanales y un máximo de otras 20 de presencia, que se retribuirán al precio de la hora o serán compensadas con los descansos equivalentes. Durante las horas de presencia, que tienen una legislación diferente a las horas extra, los empleados del hogar desarrollarán tareas más livianas, como abrir la puerta o velar porque todo en la casa se mantenga en orden. "Sirven para quien necesite que en la casa haya alguien, más allá de las horas que corresponden a su jornada laboral. Está especialmente previsto para la atención de personas", explican estas fuentes.

El propietario de la agencia Interfil Services, que ofrece servicios domésticos en varias localidades de la Comunidad e Madrid, pero también nepalíes u hondureñas, confirma esta información en uno de los vídeos de promoción de su empresa. Una interna cobra 1.200 euros mensuales en 12 pagas, a lo que se suman dos medias pagas y la seguridad social, por lo que el sueldo final rondaría los 1.500 euros al mes. Por su parte, una trabajadora externa recibiría entre 1.000 y 1.050 euros, más las mismas dos medias pagas y la seguridad social, por lo que finalmente ingresaría entre 1.300 y 1350 euros. Los honorarios que la agencia percibe suponen una mensualidad más IVA. Desde esta compañía no han respondido a los correos ni a las llamadas de este periódico.

Ana María Corral manifiesta que, generalmente, este tipo de agencias cuentan con "sus propias bolsas de trabajo y también buscan trabajadores por nacionalidad", algo que "no está permitido por la norma, por la Ley de Empleo", que se basa en el fundamento de no discriminación. Estas entidades, que actúan como intermediarias en el mercado de trabajo, "no pueden incluir en una oferta de empleo elementos que no tengan que ver con el propio empleo, a no ser que se trate de un requisito profesional determinante de la actividad, que no sería el caso", aclara la representante de UGT. 

En el sector doméstico, una parte de la gestión y de las ofertas que se queda al margen de la normativa laboral"

Ana María Corral

— Responsable de Mujer y Migraciones de UGT

"Imaginemos que viésemos la página web de cualquier otro tipo de empresa que hablase así, no solo de las mujeres migrantes, sino de las mujeres en general", ejemplifica Corral, que recalca que en el sector del trabajo doméstico "aún nos queda por avanzar", por lo que todavía no chirría que haya "una parte de la gestión y de las ofertas que se queda al margen de la normativa laboral". 

La 'fama' de los filipinos

En España, "ha habido demanda de filipinos por el tema del inglés", aseguran fuentes del sector del empleo doméstico. "Los filipinos hablan muy buen inglés, prácticamente sin acento y muy claro", dice afirma María Dolores Elizalde, investigadora Científica en el Instituto de Historia del CSIC especializada en Filipinas.

A pesar de que avisan de que los trabajadores filipinos se ofrecen en menor medida que los de otras nacionalidades porque "son más escasos", se trata de un país en el que sus ciudadanos están acostumbrados a emigrar por motivos laborales. "En Filipinas hay muchos trabajadores en el exterior y el retorno de los mismos es una parte importante en el PIB nacional. Son trabajadores domésticos, marineros, enfermeras o personal auxiliar en clínicas", afirma Elizalde. Los ciudadanos de este país asiático se han convertido, alega, en "una fuente de trabajo muy deseada y muy aceptada, y es en parte por esta disposición al trabajo en el exterior que tienen y por la fama que se han ganado".

La sociedad filipina es "un crisol de culturas", señala la investigadora del CSIC, en el que conviven la sociedad indígena de las etnias filipinas con parte de la población con influencia china e hispana. "A pesar de las resistencias coloniales, que indudablemente existen, hay un poso de simpatía mutua" entre los filipinos y los españoles, valora.

Los calificativos 'cariñoso' o 'servicial' que emplean algunas agencias en sus webs derivan de un estereotipo que se ha formado durante siglos. En su idea de la familia, dice María Dolores Elizalde, "sí que se nota la relación colonial". Se sucedieron tres siglos en los que "las órdenes misioneras estuvieron muy metidas y enseñaron un concepto de familia y de relaciones familiares que quizás ha impregnado la sociedad filipina". Filipinas, agrega, sigue siendo "uno de los países más católicos del mundo", aunque "eso está cambiando", apostilla. 

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