Los Mossos alertan a las víctimas de un agresor sexual de su excarcelación

Las fuentes penitenciarias consultadas por EL PERÓDICO aseguran que el "riesgo de reincidencia es alto" y, por lo tanto, no ha completado su periodo de rehabilitación. El hombre permanecía ingresado en la prisión de Ponent (Lleida) y fue excarcelado después de que la Audiencia de Lleida le rebajara su pena, de 15 años de prisión a nueve años y medios, en aplicación de la ley de 'solo sí es sí'.

Daniel Padial, que tiene un largo historial de encarcelamientos, siguió en el centro penitenciario todos los programas formativos y de tratamiento y su evolución ha sido "positiva", pero los funcionarios penitenciarios consideran que todavía tiene un alto riesgo de reincidencia. Por eso, se activó el protocolo habitual para la excarcelación de presos considerados de alto riesgo y que está en marcha desde 2009.

En aplicación de este protocolo, Serveis Penitenciaris de la Generalitat se puso en contacto con el Grupo de Atención a la Víctima de los Mossos un día antes de la salida de la prisión de Padial para alertarles de esta situación, según fuentes de la Administración catalana. Además, trasladó toda la información disponible a la Fiscalía de Lleida, que podrá instar otras medidas.

Medidas no invasivas

Estas medidas no pueden ser invasivas, pues el agresor sexual ha cumplido la pena y, por lo tanto, puede moverse con libertad. Sin embargo, sí que puede hacerse un seguimiento, como comprobar dónde vive y dónde trabaja. Eso sí, no puede ver limitados sus movimientos si no delinque de nuevo, pues podría denunciarlo.

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La excarcelación ha causado una gran alarma entre los vecinos de Lleida, donde este hombre, de 37 años, tiene fijado su domicilio. Y es que está considerado un depredador sexual. Fue detenido en 2008, justo cuando había acabado de salir de la prisión por varios delitos sexuales que cometió cuando era menor de edad. El año 1999, cuando todavía no tenía 18 años, atacó sexualmente a seis chicas e ingresó a un centro de menores. Se escapó el año 2000 y en pocos días agredió a dos chicas más, siempre menores de edad. En total, pesan sobre él unas 17 agresiones sexuales. Pero ahora, ha vuelto a salir de la cárcel sin estar rehabilitado.

Lo único que tiene prohibido por sentencia es acercarse a sus víctimas durante 10 años. Si incumpliera esta orden, sí que se le podría detener de forma inmediata e, incluso, acordar de nuevo su prisión por los que supone el quebrantamiento de la condena. En este caso, los jueces no impusieron la libertad vigilada porque esta medida no había entrado en vigor cuando se le condenó, en el 2010.