El PSC quiere "aparcar" de los presupuestos el plan piloto de la Renta Básica Universal

El PSC quiere aparcar el plan piloto de la Renta Básica Universal (RBU) que está impulsando la Generalitat, de los presupuestos de la Generalitat. El proyecto, propuesto por la CUP, debía de iniciarse a mediados de este 2023. Tiene un coste de 40 millones de euros al año, algo que los socialistas no están dispuestos a asumir en estos momentos. "Es una decisión de sentido común ante el contexto que estamos viviendo. Ya buscaremos otro momento más oportuno, pero ahora dediquemos todos los recursos que podamos a proteger los ciudadanos", explica a EL PERIÓDICO Salvador Illa. El experimento de la RBU catalana busca conocer cómo una renta así puede cambiar la vida de los 5.000 participantes en el piloto y demostrar que esa es la única forma real de acabar con la pobreza.

La Renta Básica Universal es una propuesta, impulsada por un grupo de economistas con reconocimiento mundial, que considera que los estados deben dar a todas las personas una cantidad mínima para evitar que vivan bajo el umbral de la pobreza. A diferencia de las prestaciones sociales ya existentes, la Renta Básica se otorga a todos los ciudadanos, independientemente de su renta y sin que dejen de cobrar su salario. En Catalunya, la idea es pagar 800 euros al mes por adulto y 300 euros al mes por menor a su cargo y dejar fuera al 10% más rico.

"En el actual momento de dificultad, de aumento generalizado de los precios y del coste de la vida, dedicar 40 millones a hacer una prueba piloto pues lo mismo no es el momento. Lo que decimos es que lo aparquemos y dediquemos esos 40 millones a ayudas sociales y a las personas que peor lo están pasando", ha aclarado el secretario general de los socialistas, Salvador Illa. Fuentes socialistas de la negociación explican a este diario que quieren destinar estos 40 millones de euros a mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras de las residencias.

De haber pacto entre Govern y PSC y suspenderse el proyecto de la renta universal, se debería desmantelar la oficina que lo coordina. Otra opción es que no haya acuerdo en los presupuestos: el plan se aplicaría pero se retrasaría varios meses su puesta en marcha.

Tal y como explicó EL PERIÓDICO, el experimento catalán está desarrollado para que haya 2.500 beneficiarios elegidos de forma aleatoria y otros 2.500 para vecinos de dos pueblos de entre 1.200 y 1.400 habitantes de dos provincias diferentes a lo que, de entrada, los municipios no se han opuesto. A nivel mundial se han hecho experimentos similares, pero ninguno con las características y alcance de la prueba piloto catalana. Los miembros de la oficina técnica de este plan han presentado el proyecto catalán a gobiernos de todo el mundo interesados en la iniciativa, entre ellos Finlandia, Corea del Sur o México.

Las reticencias de los socialistas al proyecto han enojado a algunas federaciones y entidades sociales, que ya están señalando a la RBU como la solución necesaria ante el importante incremento de la pobreza.