Educación en Catalunya

Los colegios Maristas lanzan un proyecto pedagógico contra los abusos sexuales

El material, abierto a la comunidad educativa, ha permitido aflorar cada curso una veintena de casos entre el alumnado

Escuela de los Maristas en Sants-Les Corts.

Escuela de los Maristas en Sants-Les Corts.

El Periódico

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En los últimos años, un total de 18 profesores o monitores de colegios Maristas han sido denunciados por abusos cometidos desde los años 60, aunque solo uno de ellos, el profesor de Educación Física Joaquín Benítez, ha llegado a juicio y ha sido condenado, mientras que el resto de denuncias han sido archivadas porque habían prescrito. Hace seis años, los diez colegios Maristas de Catalunya empezaron a elaborar material pedagógico innovador para ayudar a sus alumnos y profesores a prevenir, detectar, evitar y denunciar posibles casos de abusos sexuales.

El material, que se ha presentado este jueves en Barcelona, se reúne bajo el epígrafe 'Trencar el silenci' (Romper el silencio) y estará accesible en formato en línea. Según los Maristas, gracias al uso de estos recursos, en cada curso escolar han aflorado una veintena de casos de abusos sexuales entre sus estudiantes, que en el 90% de los casos se produjeron en el ámbito familiar y en el 10% restante fueron agredidos por sus compañeros.

La orientadora de los Maristas Júlia Slater ha explicado que el material está formado por 34 sesiones de tutoría dirigidas a los alumnos desde Infantil 3 hasta segundo de bachillerato pero ha subrayado que sus efectos "van más allá de la acción tutorial" porque "se genera un clima de confianza con el tutor que facilita hablar de agresiones sexuales sin que sea tabú".

De hecho, según la orientadora, muchos de los casos detectados se han revelado en las tutorías donde los profesores "han descubierto a niños más nerviosos de lo habitual o incluso llorando" y también en las clases. "Cuando detectamos un caso, lo tratamos en el Equipo de Protección a la Infancia de Maristas para explorar las vías de solución y algunos que han llegado a Fiscalía de Menores y a la Dirección General de Atención a la Infancia de la Generalitat", ha afirmado Slater.

Sesiones adaptadas a cada edad

Las sesiones de tutoría, que los Maristas han diseñado junto a Baula-Edelvives, se han adecuado a la sensibilidad de los alumnos según su edad y ofrecen actividades para trabajar de manera individual o en grupo.

Así, se pretende que los alumnos de 3 años "tomen conciencia de su cuerpo" y que puedan explicar lo que sienten a partir de la autoexploración, del masaje y del trabajo con diferentes texturas para que "sean capaces de detectar qué les gusta y qué les molesta y verbalizarlo", ha dicho la orientadora.

Avanzando en la misma línea, el objetivo entre los alumnos de 4 años es "que sepan identificar a alguien en quien confiar para pedir ayuda" y para ello "se trabaja el tema del secreto, revelando que si nos produce vergüenza o nos hace sentir mal, el secreto no es bueno para nosotros", ha descrito Slater, que ha añadido que en Infantil 5 se orienta a los niños para "poner límites de una manera natural".

En primaria, donde "las semillas iniciales aparecen de una manera definida", se pretende que los alumnos "sepan valorar su cuerpo y aprendan a decir 'no' de manera natural, estableciendo relaciones positivas", ha dicho Júlia Slater.

En esta etapa, para los alumnos más mayores el material propone como herramienta de reflexión los cuentos 'El vecino de la escalera', en el que aparecen los abusos sexuales infantiles de manera explícita y las estrategias de autoprotección que se deben seguir, o 'Chilla fuerte, Estela', donde se relata la historia de abusos sexuales sufridos por una niña por parte de su tío y que orienta para "saber negarse sin sentimiento de culpa". Para trabajar los relatos, se proponen dinámicas de grupo orientadas con el fin de que los niños "puedan identificar situaciones de abuso" y "extrapolarlas a su vida" ha dicho la orientadora.

El trabajo entre los alumnos de ESO se centra en los valores de la amistad, la fiabilidad de la información, la estrategia de la autoprotección y el sentido de la imprudencia. Se incide en conceptos como "el error de sentirse culpable cuando se es víctima", se desmitifican ideas como que el abuso "ha sido provocado por el abusado" y se orienta en estrategias para pedir ayuda, detalla Slater. Con una visión "mucho más adulta" se trata el tema entre los estudiantes de bachillerato, a los que se orienta también para "ser agente activo y ayudar en casos de abusos sexuales a otras personas".