Informe de los Mossos

El 'clan Jodorovich' blanqueó dinero con un restaurante dedicado a Camarón

La policía sostiene que uno de los miembros de esa familia y presidente de una asociación gitana presuntamente lavó 1,2 millones de euros a través de varios proyectos empresariales

Los Mossos durante la operación contra el 'clan Jodorovich' en la Zona Franca, en 2019.

Los Mossos durante la operación contra el 'clan Jodorovich' en la Zona Franca, en 2019. / ACN

J. G. Albalat

J. G. Albalat

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Hay a quien el apellido no le dirá mucho, pero los cuerpos policiales, desde la Policía Nacional hasta los Mossos, han seguido sus pasos desde hace décadas. Es el ‘clan Jodorovich’, al que la policía vincula históricamente con el tráfico de drogas en Barcelona y cuyas raíces se encuentran en la Zona Franca. Sus miembros han sido investigados a lo largo de los años de arriba a abajo y algunos, detenidos y condenados. Una jueza indaga desde hace meses los negocios de Simón Montero Jodorovich, presidente de la Federació d’Associacions Gitanes de Catalunya (Fagic). Un nuevo atestado de la policial de la Generalitat entregado en el juzgado y al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO le atribuye presuntamente haber blanqueado 1,2 millones de euros a través de variopintas inversiones, entre ellas su participación en un restaurante dedicado al cantaor Camarón de la Isla.

Simón Montero Jodorovich fue detenido en septiembre de 2019. Tras pasar a su disposición, la titular del Juzgado de Instrucción número 10 de la capital catalana, Miriam de Rosa Palacio, le dejó en libertad, pero continuó imputado junto con otras personas, entre ellos tres empresarios y excónsules honorarios con los que tuvo relación. Los Mossos han entregado un extenso informe en el juzgado en que detallan los negocios bajo sospecha y que supuestamente fueron utilizados parar blanquear dinero. En el atestado, los agentes relacionan el origen de los fondos con el 'clan Jodorovich' y "su conexión con actividades de tráfico de estupefacientes o personas relacionadas con las mismas".

Simón Montero Jodorovich fue investigado en el pasado, pero no condenado. La Audiencia de Barcelona le impuso una pena en octubre de 2011 por un delito de depósito de armas, pero, al año siguiente, el Tribunal Supremo le absolvió al anular las escuchas telefónicas. Por el mismo motivo fueron exculpados otros miembros de la familia. Los Mossos, sin embargo, inciden ahora en la vinculación de él y su familia con el tráfico de drogas.

Movimientos en efectivo

Los Mossos sostienen en su nuevo informe que Simón Montero Jodorovich "efectuaba habitualmente transacciones económicas en efectivo, fuera de los mecanismos de rastreo legales". Dichos movimientos, a su entender, "no están justificados" por ingresos legales que se hayan podido constatar. Los investigadores enumeran varios sistemas de blanqueo de capitales presuntamente utilizados por el clan. En las operaciones investigadas se han encontrados "indicadores típicos de una presunta operación de blanqueo de capitales, como puede ser la justificación del financiamiento inicial bajo la simulación de un préstamo jamás devuelto, operación de adquisición del vehículo, precios de compra infravalorados y totalmente ilógicos" y "comisiones incoherentes".

Los agentes rechazan la versión de Simón Montero de que vive gracias a los beneficios económicos logrados con la intermediación de la compraventa de vehículos o el alquiler de sus propiedades. A su entender, "obligatoriamente ha de tener una fuente de ingresos paralela no declarada que financie su ritmo de vida y sus inversiones inmobiliarias/vehículos y proyectos empresariales, porque el dinero percibido de manera legal no cubre con todos los gastos".

Las inversiones sospechosas

Una de las inversiones bajo sospecha es el proyecto de un restaurante dedicado a Camarón de la Isla. La idea era crear un restaurante de homenaje al cantaor y que, además, ofreciera actuaciones de música en directo dedicadas al género del flamenco. Simón Montero Jodorovich participó en este proyecto y su función, según los Mossos, "iba a ser dirigir la parte artística del negocio y aportar sus contactos para conseguir los derechos de explotación" del artista y así poder "utilizar el nombre e imagen del cantante como reclamo del local".

Para instalar el restaurante se encontró un local en el centro de Barcelona. La valoración de todas las obras hechas para acondicionar el establecimiento asciende, según la policía, a unos 300.000 euros. La intención era financiar este negocio mediante el patrocinio de grandes marcas distribuidoras y después con dos ampliaciones de capital. A los meses de su apertura, empezaron los problemas entre diferentes grupos de socios y las disputas para controlar la sociedad. Al final, Simón Montero Jodorovich y sus allegados abandonaron la sociedad.

Los Mossos precisan que cuando se quedó al frente del negocio una mujer, los investigados (no dice cuáles) llegaron a contratar a una persona para que la coaccionase y amenazase para forzarla también a dejar el restaurante.

En su declaración, Montero Jodorovich se desmarcó de la inversión económicas diciendo que no había aportado nada de dinero y que la valoración encontrada en la documentación de la sociedad explotadora del local respondía a su trabajo y a los contactos aportados. Los Mossos subrayan, en cambio, que han hallado indicios que vinculan directamente a este imputado con la inversión, tanto el pago de la cesión de derechos a la familia de Camarón como en las obras de reforma. En total, detalla la policía, 200.000 euros.

Otros sistemas que relatan los Mossos en su atestado son: la compraventa de vehículos de segunda mano con dinero en efectivo y el traspaso de los fondos a una sociedad (134.998 euros), pero también centran sus sospechas en la adquisición de una casa en la población de Seva (Osona) a un empresario y excónsul honorario (352.050 euros), un proyecto de construcción de una máquina de extracción vegetal y el cultivo de cannabis en Mali (la policía calcula que el total de dinero invertido ascendería a unos 737.000 euros) y la explotación en la temporada 2017/2018 de los bares de los campos de fútbol de La Bóbila y Les Fontetes que utiliza el Cerdanyola CF (como mínimo 200.000 euros).

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