Investigación en marcha
El fuego provocado de Santa Coloma mató a los cuatro vecinos cuando abrieron la puerta del piso
La noche del 4 de mayo, en el bloque se encontraban otras seis personas, que salvaron su vida porque no trataron de huir por las escaleras comunitarias
Guillem Sánchez
Redactor
Periodista de sucesos. Antes trabajé como redactor de sociedad en la Agència Catalana de Notícies (ACN).
Profesor asociado en la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna.
Libros Publicados: 'El Estafador' (Editorial Península) y 'Crónica del Caso Maristas' (Ediciones B).
Manuel Arenas
Redactor y coordinador del equipo de información del área metropolitana de Barcelona
Periodista de información y audiencias locales del área metropolitana de Barcelona. Antes trabajé en la productora audiovisual Clack, donde investigué y desarrollé guiones de documentales, y colaboré con EL PERIÓDICO firmando la contraportada del diario y publicando reportajes en las secciones Gran Barcelona, Sociedad y Entre Todos. Empecé en la prensa local de mi ciudad, Santa Coloma de Gramenet, concretamente en el Diari de Santa Coloma.
Las cuatro personas que murieron en el grave incendio intencionado de Santa Coloma de Gramenet, declarado a las 4.29 horas del 4 de mayo del 2022 en el bloque del número 23 de la calle Sant Joaquim, residían en el mismo domicilio: el 2º 1ª. De los cinco inquilinos que aquella noche pernoctaban en ese piso solo uno pudo sobrevivir a las llamas descolgándose tres plantas por la fachada. El resto murieron. Tres hombres fallecieron durante el siniestro y una cuarta víctima, una mujer, pereció varias semanas después, tras un largo ingreso hospitalario. El siniestro pudo ser más trágico: en el bloque había esa noche otras 10 personas. Las seis que sobrevivieron a la virulencia de las llamas se confinaron en su casa o alcanzaron la calle a través del balcón, pero no intentaron huir a través de las escaleras comunitarias, donde fallecieron las víctimas.
Tal como avanzó EL PERIÓDICO, se trató de un fuego provocado. Los Mossosd’Esquadra arrestaron recientemente a un hombre de nacionalidad marroquí con antecedentes por este suceso. Para los investigadores catalanes es responsable de cuatro delitos de homicidio y un delito de incendio. La fiscalía no solicitó su ingreso en prisión y, tras pasar a disposición judicial, salió en libertad. La investigación sigue abierta en busca de nuevas pruebas.
Los Mossos, tras los exhaustivos análisis de la policía científica, llegaron a la conclusión de que el sospechoso provocó el fuego en la planta baja, junto a la escalera y al lado de un cuarto en el que se guardaban pinturas y productos disolventes. Los Bombers de la Generalitat detectaron, además, un segundo punto de ignición en una planta superior.
Productos inflamables en cuatro puntos
De hecho, se hallaron posibles restos de productos inflamables que el sospechoso pudo usar para acelerar la combustión en cuatro puntos distintos. Sin embargo, en el laboratorio no resultó posible averiguar de qué sustancia se trataba. Tampoco pudo acreditarse sin margen de duda que el autor prendiera dos focos distintos porque no logró descartarse que uno se generara a causa del otro. De lo que no hubo ninguna duda por parte de los investigadores es que el autor de ese incendio había intentado que ardiera otro edificio ubicado en el número 42 del paseo de Llorenç Serra, cerca del número 23 de la calle de Sant Joaquim.
El sospechoso hizo arder un cochecito de bebé vacío que estaba bajo la escalera comunitaria del bloque de Llorenç Serra. Después, se dirigió al de Sant Joaquim, y provocó en este segundo bloque otro fuego también junto a la escalera comunitaria. El primer fuego no fue a más. El segundo, sin embargo, debido al combustible que encontraron –la habitación con pinturas–, las llamas sí se propagaron fatalmente. Una cámara de seguridad captó al sospechoso cuando se desplazaba de un edificio al otro coincidiendo con las horas de inicio de ambos siniestros. Todavía no ha resultado posible aclarar por qué provocó supuestamente ambos incendios.
Llamas mortales
Esa noche, en el edificio había 10 personas, según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO. El matrimonio que residía en el entresuelo 1º fue rescatado por los bomberos cuando las llamas ya estaban extinguidas. La pareja de ocupas de origen dominicano que vivían en el entresuelo 2º no resultaron heridos y, según todos los indicios, huyeron saltando a la calle por el balcón. El dueño del 1º 1º se quedó encerrado en su domicilio y refrigeró la puerta desde dentro con una manguera hasta que fue rescatado desde el balcón por la escalera de los bomberos. Los vecinos del 1º 2º no durmieron esa noche en casa. El 2º 2º es una vivienda desalojada judicialmente que, en consecuencia, estaba vacía y blindada por una puerta antiocupa. Las cuatro víctimas residían en el 2º 1º.
En este piso de la segunda planta había tres habitaciones en la que vivían cinco personas realquiladas: dos hombres de nacionalidad georgiana, un hombre español y una pareja formada por un hombre suramericano y una mujer de nacionalidad española. Las personas de este piso, debido a que se encontraban en la planta más alta del edificio, intentaron alcanzar la calle abriendo la puerta del domicilio y huyendo por las escaleras comunitarias. Pero el humo y las llamas, muy virulentas, se colaron en su casa en busca del oxígeno que proporcionaron al abrir la puerta.
Descolgarse por la fachada
Uno de los hombres de nacionalidad georgiana fue hallado sin vida en el rellano de la primera planta. El segundo hombre georgiano murió en el rellano de la segunda planta. El cuerpo del hombre español estaba en el interior del domicilio. La pareja formada por el hombre suramericano y la mujer de nacionalidad española no escapó por las escaleras, sino que trató de huir descolgándose por la fachada. Él salió ileso. Ella sufrió quemaduras tan graves que, a pesar de los cuidados médicos, terminó muriendo un mes más tarde.
El interior de este domicilio fue devorado por las llamas. El humo inundó el piso y, a continuación, entró el fuego. Hace un mes, un bombero del Ayuntamiento de Barcelona compartió un vídeo del interior de un fuego declarado en un piso de la calle de Rosselló: el inmueble estaba completamente calcinado pero el funcionario abría la puerta de la única habitación que permaneció cerrada y revelaba que su interior estaba intacto.
Los bomberos insisten en que, en caso de incendio en un bloque de viviendas, huir a través de la escalera comunitaria –sobre todo si ello implica adentrarse en una nube de humo– dispara el riesgo de morir, casi siempre intoxicado. Las probabilidades de sobrevivir se disparan si se cierran todas las puertas, se llama al 112 y, siempre que resulte posible, se espera en el interior sin abrir ventanas que puedan aportar más oxígeno al incendio. Confinarse en el domicilio es más seguro que huir, repiten los funcionarios de emergencias.
El trágico incendio de Santa Coloma de Gramenet muestra con claridad que seguir este consejo en caso de incendio puede marcar la diferencia entre vivir o morir.
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